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"Mañana te vas a la calle"

Así trabajan los teleoperadores: despido exprés, ataques de nervios y la ambulancia del SAMUR

La regla es un sufrimiento por el que debemos pasar las mujeres todos los meses. Tres o cuatro días al mes (a veces incluso una semana entera) con cambios de humor, dolores de estómago, ovarios, riñones… un suplicio que siempre he maldecido hasta el otro día. La regla me salvó de un trabajo de mierda.

-Trabajadores de un call center

Trabajadores de un call centerGetty Images

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Cuando no encuentras empleo, especialmente de tu especialidad, y has agotado todos tus recursos siempre acabas en el mismo sitio. Sabes que has tocado fondo cuando te resignas y aplicas a esa oferta de teleoperador que no para de aparecer en Infojobs. Así estaba yo hace una semana.

Tras una entrevista breve, y en grupo, en la que por lo menos éramos 20 candidatos, me volvieron a llamar para comenzar la semana de formación, por supuesto, no remunerada. Cuando llegamos allí el primer día, nos comentan que esa formación es selectiva, es decir, el trabajo no estaba asegurado.

La idea de pasarme una semana perdiendo seis horas diarias de mi vida, no me hacía nada de gracia pero prometían que, normalmente, todo el mundo pasaba ese periodo de prueba. El sueldo superaba los 1.000 euros, más incentivos, algo que me venía estupendamente pero había un problema: ese tipo de trabajo me da ansiedad.

El trabajo consistía en captar clientes telefónicamente en un horario de 13:00 a 21:00 de lunes a jueves y viernes hasta las 20:00. Media hora para comer y cinco minutos de descanso por hora. Estaba claro que el sueldo me lo gastaría en un psicólogo si acababa consiguiendo el trabajo.

Pero me vino la regla y pasó lo que no me ha pasado en la vida: acabar con el pantalón manchado de sangre como si fuese una novata en esto de la menstruación. Pensé en ir a cambiarme y regresar, pero entre el estrés y el bochorno, acabé con ansiedad y llorando en un taxi en el que pensé “quizá esto es una señal divina”.

Un amigo que ha tratado con varias empresas teleoperadoras me comenta que si hubiese decidido volver, quizá mis posibilidades de conseguir el puesto se hubiesen desvanecido “a mí no me dejaron entrar en una formación por llegar diez minutos tarde. Venía de que me quitaran unos puntos en el hospital y les dio igual que estuviese justificado”.

Me llamó la atención que fuesen tan poco permisivos con esto así que empecé a preguntar a algunos compañeros cómo fueron sus experiencias con este tipo de empresas. Este mismo compañero me comentó que precisamente por haber llegado tarde aquella vez, le pusieron en una lista negra y lo rechazan automáticamente de todas las ofertas de esa empresa.

En relación a los descansos de cinco minutos, otro compañero explica que estas pausas están controladas telemáticamente y si te pasas un poco más de la cuenta te piden explicaciones. De los compañeros con los que hablado normalmente aguantaban una semana o como mucho un mes. “Me echaron en el mes de prueba porque le pregunté a un cliente si se estaba riendo ya que las llamadas durante ese periodo se graban y analizan”.

Pero, a veces, las empresas utilizan lo del periodo de prueba como un comodín para no renovar contratos. “A uno de mis compañeros lo echaron con la excusa del mes de prueba y ya llevaba cuatro meses allí, luego escuché a la jefa admitir a otra persona que se había inventado las razones del despido”.

Otros muchos no esperan a que los echen, simplemente no aguantan la presión a la que se ven sometidos y acaban dejando el puesto. “Estuve en una empresa cuyo método de motivación al trabajador consistía en amenazar explícitamente con el despido a cada hora que pasaba si no lograba X ventas. Todos y cada uno de los días, la jefa nos gritaba: Mañana te vas a la calle”.

Este clima provoca que los empleados acaben con problemas de ansiedad y de estrés tanto que “un día, la chica que más vendía de toda la campaña se desmayó en mitad de la plataforma de tanto estrés y se la llevó el SAMUR”.

No sé si mi caso llegaría a estos extremos, tengo una amiga que trabaja de teleoperadora y el ambiente de su empresa es muchísimo más positivo. Tiene un horario de cinco horas con descanso de 25 minutos para comer, 10 para merendar y puede ir al baño en cualquier momento de la jornada.

Así que ante una oferta de este tipo sugiero investigar un poco sobre la empresa en cuestión. En mi caso, lo que vi en Internet de la mía no era nada bueno, por lo que cuando me vino la regla me lo tomé como una señal y esa misma tarde me llamó una empresa de otro sector interesada en entrevistarme para un puesto. Definitivamente, sí fue una señal, una señal divina.

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