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Barcelona acogerá el 11 de agosto la Marcha Antiespecista

El antiespecismo se manifiesta en Cataluña por los derechos de los animales

La céntrica Plaza de Catalunya, en Barcelona, acogerá el 11 de agosto la Marcha Antiespecista por los derechos de los animales. Una manifestación que pretende congregar a personas de toda España y que han organizado conjuntamente Anonymous for the Voiceless, Barcelona Animal Save, Events4Animals y DxE Barcelona.

-Antiespecismo

AntiespecismoTras los muros

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Pero, ¿qué es exactamente el especismo? ¿Contra qué luchan los organizadores de la manifestación? Cata Faria, filósofa portuguesa y activista por los derechos de los animales, lo explica con detalle: “El especismo es un tipo de discriminación injustificada que consiste en tratar peor a quienes no pertenecen a una determina especie”, cuenta a Tribus Ocultas.

“La forma de especismo más extendida es la que está en la base de que tratemos a todos los animales no humanos de formas que jamás consideraríamos aceptables si fueran seres humanos, a pesar de que todos tienen intereses en vivir, en no sufrir y en disfrutar de sus vidas”, añade Faria.

“Ello se manifiesta, en la práctica, en el sistema de explotación animal y en la omisión de ayudar a aquellos animales que, en un momento dado, lo necesitan. Por ejemplo, por motivo de alguna catástrofe natural, como ocurre habitualmente con los incendios o las inundaciones”.

“El antiespecismo es precisamente una posición ética y política que rechaza esta discriminación injustificada y lucha por la igual consideración de todos quienes puedan sufrir y disfrutar de sus vidas, ya sean humanos o no humanos”, concluye.

En la práctica, la puesta en práctica de esa posición ética y política no es otra cosa que el rechazo a consumir cualquier producto que provenga de la explotación animal. O lo que es lo mismo, el veganismo. No comer carne, ni pescado, ni huevos, ni lácteos, ni miel. No comprar ropa fabricada pieles ni utilizar cosméticos testados en animales. No financiar ningún espectáculo en el que haya sufrimiento animal. Una manera de vivir que, según apuntan los datos, no para de crecer.

“Tenemos una sociedad cada vez más sensibilizada por el bienestar animal, y esto poco a poco se va traduciendo en un mayor interés por el veganismo”, señala Óscar L. Sánchez, de Events4Animals . “La información, hoy en día, está al alcance de cualquiera. Queremos transmitir que no es necesario seguir esclavizando a los animales no humanos para satisfacer nuestros caprichos, y para ello es fundamental otorgarles de derechos básicos”, apunta.

Liberación animal
Liberación animal | Agencias

Como el resto de convocantes, Óscar está convencido de que la marcha es una oportunidad para “transmitir fuerza” y “reivindicar la necesidad de avanzar hacia un mundo de convivencia justo para todos”. Eso sí: las fechas pueden hacer complicada la afluencia: “En la última manifestación de Madrid se congregaron unas dos mil personas”, cuenta. “Pero Barcelona no es una ciudad céntrica, y además la temporada estival es un arma de doble filo para las agendas del personal”.

Y es que, por mucho que cada vez sean más los ciudadanos que rechazan el maltrato animal, Óscar es consciente de que siguen siendo una pequeñísima minoría los que dan el paso de eliminarlos de su cesta de la compra. Incluso de que muchos les miran como a bichos raros o radicales peligrosos. “Picamos grandes muros con pequeños cinceles”, lamenta.

“El ritmo de concienciación es mucho más lento de lo que querríamos y de lo que se precisa para conseguir destruir una estructura sistemática de negocio que existe a costa de los animales, tan fuerte y además blindada”.

¿Cómo convencería a quien pueda estar leyendo estas líneas de la importancia de su lucha? “Los otros animales también son seres sintientes. Disponen de la capacidad de sentir, de poder sufrir, de entender sus experiencias como positivas o negativas, y aprender de ellas para repetirlas o huir de ellas en función de si la disfrutaron o padecieron”, argumenta.

“Los animales han sido y son el grupo más oprimido, en número, y de momento no tiene fecha de fin. Matamos a 3.000 animales por segundo, para nuestros fines, innecesariamente. Dejar de explotarlos solo conlleva cosas positivas; para ellos por su libertad, para la salud de los humanos y para frenar la destrucción del planeta”, concluye.

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