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El docu Manos Limpias retrata la iglesia de DAYTONA BEACH

Manos Limpias: Así es recibir misa dentro de un coche como en un autocine

Jamás había visto una iglesia con puntuación en Tripadvisor, pero lo cierto es que la Auto-Iglesia Cristiana de Daytona Beach cuenta con ella, y no le va mal: tiene 4,5 puntos (de 5) y 118 opiniones bastante positivas. Probablemente hayas visto muchas iglesias, pero difícilmente una como esta, sin puertas, ni ventanas, ni muros y sin bancos ni tejadillos.

-La Iglesia para coches que funciona como un auto-cine

La Iglesia para coches que funciona como un auto-cineRaised By Wolves Production

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Basta un documental de nueve minutos para reflejar cómo se celebra un domingo de liturgia en este atípico templo. 'Clean Hands' (Manos Limpias) es el corto de Lauren DeFilippo que ya ha recibido varios premios y que en clave naturalista refleja, paso a paso, cómo funciona este templo de automóviles en Florida, donde los fieles no salen de su coche para recibir la palabra de Dios.

Manos Limpias hace referencia al salmo (24:3b-4a) que reza “¿Y quién estará en el Lugar Santo? Aquellos que tienen sus manos limpias y el corazón puro”. Y bueno, el corazón no lo sé, pero claramente aquí la gente trae las manos limpias de casa y no se las ensucian. El coche es su burbuja, y en un domingo soñoliento, podrían ir a misa en calzoncillos si quisieran, y regresar a casa para seguir durmiendo. Y nadie tendría ni qué lavarse las manos, “el coche es casa”.

Esta iglesia es como un autocine: una explanada de césped de unos 1.000 metros. Un parking, vaya. Cuando los coches llegan a esta auto-Iglesia hacen cola en la garita de acceso para recibir su hostia consagrada. Un portero les entrega una paquetito, como si fuera una dosis de comida rápida suministrada en el mostrador para coches de una hamburguesería. La hostia debe reservarse hasta el fin de la misa, serás tú mismo quien te la administres.

Unos 50 coches atraviesan esta garita para llegar a tiempo al rito más importante para los cristianos, porque se ejemplifica el sacrificio de Jesús y el sacerdote se transforma durante unos minutos en alter Chris, ofreciendo su sangre y su pan y rememorando pasajes colosales del viejo testamento. Puede que la misa, como liturgia, ya esté muy spoileada, pero su metáfora sigue siendo potente.

 

Según los coches acceden al parking se lee en los carteles: “Sintonice la 88.5 FM para el servicio”. Se trata de una emisora de radiofrecuencia que solo puede escucharse en esta llanura. Todos los coches entran ya con la emisora sintonizada y a todo volumen. Fuera todo es silencio, pero dentro de los coches Cristo ya ha tomado el control de las ondas y de los volantes.

La explanada de césped donde aparcan tendría cabida para más de 300 vehículos, sin embargo, para cuando empieza el sermón apenas hay 40. Ocurre como en un templo “real”, conseguir un lleno absoluto es difícil.

No obstante, puede que estos fieles se quedarán en casa si no pudieran ir a misa en su propio coche. Si han elegido una auto-Iglesia es porque este es su estilo, aquí pueden traerse al gato o al perro, y abrazarlo mientras escuchan parábolas. Pueden ir vestidos en pijama o con una camiseta negra con la cara de un extraterrestre. El interior de cada coche sigue siendo su casa, su propio templo.

Y, pese a ello, están en comunión tal y como la entiende la Iglesia: la unión de la comunidad. Porque el poder de la misa se genera cuando se forma un grupo, y no se puede hacer desde casa: hay que salir y juntarse, y mirar al mismo sacerdote pronunciando la misma epíclesis, invocando al Espíritu Santo.

Lo que hay frente a todos los coches es una pequeña iglesia con una balconada, y como si el sacerdote fuera a leer un pregón, sale a dar el sermón con un micro sin megafonía, emitiendo directamente en FM. El sacerdote aprovecha para elevar sus metáforas y parábolas a cuestiones mundanas, y se apoya en efectos de audio y canciones populares.

Hoy habla de los Jetson, unos dibujos de los años sesenta sobre una familia del “futuro”, y más que predicar: locuta, acompañado por la sintonía de estos dibujos de Hanna Barbera. Esto no solo es misa, tiene su dosis de radio y de espectáculo.

Cuando el sacerdote pregunta '¿cuántos de vosotros habéis sentido eso?', se refiere a la impotencia de los Jetson por entender el mundo en el que viven, y cómo se aíslan en una frenética rueda de hámster, luchando contra los elementos que ha creado el hombre, sin tiempo para mirarse a sí mismos, para cultivar la espiritualidad ni reposar y amar las cosas realmente valiosas.

Entonces, para responder a la pregunta, con unos feligreses a los que el sacerdote no ve, donde nadie puede asentir, mirarse entre ellos y reconocer que sus vidas son así, donde nadie puede pronunciar en alto un ”sí, amén”. En la auto-Iglesia, la clave es el claxon. Da un bocinazo si te sientes atrapado en una vida tecnológica que ha olvidado a Jesús. ¡BEEEP! Ahora abrid el mini-tupper y tomad vuestra hostia.

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