RIESGO PARA LA BIODIVERSIDAD IBÉRICA
Más de 1.200 especies no nativas están establecidas en la Península
Su introducción y expansión están modificando los ecosistemas locales y representan un riesgo creciente para la biodiversidad autóctona. La colaboración internacional dentro y entre las entidades políticas de la península ibérica es esencial para mitigar de manera efectiva los impactos de las invasiones biológicas.

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La península ibérica alberga ya más de 1.200 especies no nativas establecidas; es decir, aquellas que tras su introducción son capaces de reproducirse y mantener sus poblaciones sin depender de la intervención humana.
Así lo revela un estudio publicado en la revista Diversity and Distributions que advierte cómo la introducción y expansión de especies no nativas está modificando los ecosistemas locales y representa un riesgo para la biodiversidad autóctona ibérica.
El trabajo, liderado por el investigador Ismael Soto, de la University of South Bohemia in České Budějovice en República Checa, ha contado con la participación de equipos científicos de España, Portugal y Andorra.
Entre ellos destaca la contribución de investigadores e investigadoras de la Estación Biológica de Doñana, entre los que se encuentran Francisco J. Oficialdegui, Sergio Bedmar, Elena Angulo y Margarita Florencio.
El equipo ha analizado la taxonomía no nativa y la variabilidad espacio-temporal de estas especies a lo largo de la península. En total, se han identificado 1273 especies establecidas, de las que el 75% son plantas vasculares e insectos. La mayoría de ellas proceden de la región del Paleártico; es decir, de Europa, las regiones templadas de Asia y el Norte de África, seguida de América del Norte y América del Sur.
"La principal vía de introducción de estas especies corresponde a los escapes desde jardines y viveros, impulsados fundamentalmente por el comercio de plantas ornamentales y la horticultura", explica el Ismael Soto.
Mayor concentración en zonas costeras y urbanas
En España, la mayor concentración de primeros registros de especies no nativas se encuentra en áreas costeras y urbanas, especialmente en Cataluña, la Comunidad Valenciana y Andalucía. Esta distribución, fundamentalmente cerca de capitales y grandes ciudades, refleja su estrecha relación con la actividad humana, en particular con el uso ornamental en jardines urbanos o la intensa dinámica de transporte de los puertos marítimos.
Muchas de estas especies se consideran invasoras, las cuales representan una de las mayores amenazas para la biodiversidad y una de las principales causas de la extinción de especies. Entre los principales impactos identificados se encuentran la alteración de las redes tróficas, la competencia con especies nativas por recursos, la transmisión de enfermedades y la modificación de hábitats.
Como resultado, las especies invasoras están causando cambios irreversibles en los ecosistemas de la Península Ibérica, afectando a la fauna y flora autóctona. El cangrejo rojo (Procambarus clarkii) es uno de los ejemplos. Fue introducido por primera vez en la península ibérica en 1973 y rápidamente traslocado a numerosas cuencas fluviales y humedales.
"Este crustáceo invasor está ocasionando graves daños ecológicos a múltiples taxones nativos acuáticos, así como importantes repercusiones socioeconómicas", sostiene el investigador Francisco J. Oficialdegui.
Otro ejemplo notorio en los ecosistemas acuáticos es el siluro (Silurus glanis). "Su gran tamaño y elevada abundancia de sus poblaciones, hace que prácticamente ningún individuo de otras especies escape al riesgo de depredación.Al mismo tiempo, su valor como atractivo trofeo de la pesca recreativa fue el principal motivo de su introducción y expansión por la Península", subraya Bedma.
Dentro de las especies invasoras en España, las hormigas destacan por la cantidad de especies no nativas detectadas. La investigadora Elena Angulo advierte de la necesidad de controlar mejor los puertos de entrada y los viveros, desde los cuales se dispersan y escapan nuevas especies de hormigas.
"La hormiga argentina ya está presente en la mayor parte de las grandes ciudades y pueblos costeros, y causa graves impactos en los ecosistemas a la vez que su gestión económica es muy costosa. Debemos prevenir la entrada de otras especies, como la hormiga de fuego, que ya está cerca, en Italia", explica.
En cuanto a las especies vegetales, las plantas invasoras también representan una amenaza significativa para la biodiversidad. Por ejemplo, el helecho Azolla filiculoides se ha convertido en un caso especialmente preocupante.
"Esta especie puede degradar la calidad del agua, generando condiciones anóxicas que comprometen la vida de animales y plantas acuáticas nativas", declara la investigadora Margarita Florencio.
Por otra parte, el jacinto de agua, nativa de América del Sur, está incluida entre las cien especies más invasoras del mundo por los enormes daños que causa a los ecosistemas acuáticos.
Conciencia pública y una gestión integrada
Francisco Oficialdegui subraya la importancia de un enfoque integrado de gestión y prevención, que incluya la vigilancia continua, el control de especies ya establecidas y la restauración de hábitats degradados.
"Para proteger la biodiversidad de la península ibérica, es esencial combinar el conocimiento científico con políticas efectivas y la colaboración activa de la sociedad", afirma.
El estudio también resalta la necesidad de incrementar la conciencia pública sobre los riesgos asociados con la introducción de especies no nativas y de promover medidas preventivas en sectores como la acuicultura, la pesca recreativa, el comercio de mascotas y la horticultura.
En conjunto, estos hallazgos evidencian la necesidad de fortalecer las políticas de conservación urgentemente y de adoptar estrategias coordinadas entre la comunidad científica, responsables de la gestión ambiental y la ciudadanía para mitigar los impactos de las invasiones biológicas y salvaguardar la riquísima biodiversidad y los endemismos que posee la Península Ibérica.
Referencia:
Soto, I., et al. "Over 1200 Non-Native Species Are Established in the Iberian Peninsula".Diversity and Distributions.
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