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SUPERÓ EN FOLLOWERS AL PERFIL DEL FBI

¿Cómo debe ser el Twitter de la Policía? Cinco ejemplos, de lo brillante a lo lamentable

No todo vale. Se puede ser gracioso, sí; se puede hablar de buen rollo con los seguidores, sí; se puede aprovechar el potencial de las redes sociales para mejorar la labor del día a día; por supuesto. Sin embargo, en internet también hay líneas rojas y las fuerzas de seguridad ya han estado a punto de cruzarlas alguna que otra vez.

La Policía, celebrando sus buenas cifras en Twitter

La Policía, celebrando sus buenas cifras en Twitter Ministerio del Interior

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El Twitter de la Policía española, capitaneado por Carlos Fernández Guerra, ha sido alabado y citado en múltiples ocasiones como ejemplo del tono que deben utilizar las fuerzas del orden en las redes sociales. Con más de 730.000 seguidores, el martes superó al FBI y se convirtió en el cuerpo de seguridad con más followers de la plataforma de 'microblogging'.

Su modelo lo han tratado de replicar, con más o menos éxito, en otros rincones del planeta. A estas alturas, nadie duda del potencial que tienen las herramientas sociales para mejorar la labor policial, ya sea en su vertiente divulgativa/preventiva o a la hora de perseguir ilícitos. No obstante, allí donde hay luces se producen sombras y el debate sobre los límites y el cariz de la actuación de las autoridades en internet se reabre una y otra vez.

Hay cosas que la Policía puede hacer en Twitter y otras que no debería. Por ejemplo:

¿Fomentar la delación?

La Policía de Roma ha puesto en marcha recientemente un sistema de denuncias a través de Twitter para que los vecinos de la ciudad delaten a sus conciudadanos cuando dejen el coche mal aparcado. Lo cierto es que, a la vista de las imágenes y las declaraciones que han publicado diversos medios italianos, la gravedad del problema al que intentan dar respuesta es indudable. Básicamente, los bárbaros se han apoderado de la capital del antiguo imperio y reina el caos: los romanos contemporáneos se toman la ley por el pito del sereno en lo que a estacionamiento se refiere.

Y, claro, surge la duda: ¿el fin justifica los medios en este caso concreto? En España tenemos las 'tweetredadas' de @policia, que fomentan la colaboración ciudadana para perseguir delitos graves como el tráfico de drogas y la pornografía infantil, pero está claro que poner multas por un tuit no es ni de lejos comparable.

¿Esto de chivarse del vecino por cualquier chorrada no es más bien cosa de los años '30? ¿Se está imponiendo la cultura de la delación en tiempo real?

¿Explicar cómo saltarse las normas?

Dicho así, suena muy fuerte. Evidentemente, la Policía no debe ir por ahí enseñando técnicas para pasar desapercibido al delinquir, pero hay casos en que la frontera es más difusa y cabe el dilema moral. Sucedió recientemente con @policía, que respondió de la siguiente forma al tuit de una revista preguntando por la mejor forma de pasar porros por el control de un aeropuerto:

“Mejor si los llevas liados y donde los perros no los detecten (como en un paquete de tabaco) pero te arriesgas a un acta por consumo público”.

Evidentemente, se armó la marimorena. Pero, claro, en España es legal el autoconsumo, así que... Opinable, como casi todo. Al final el mensaje fue borrado y el cuerpo emitió una disculpa.

¿Dejar en evidencia a un famoso?

No está bonito que un cuerpo de seguridad desvele públicamente que se ha producido la detención de un personaje conocido, puesto que su imagen y su reputación se pueden ver marchadas aunque luego todo resulte un malentendido y el famoso en cuestión sea inocente.

Es cierto que si se trata de Justin Bieber la tentación es muy grande, y que probablemente le sirva como escarmiento, pero aún así es dudosamente ético. Pues bien, la Policía de Miami publicó la foto del cantante con el uniforme de presidiario en su cuenta de Twitter después de arrestarle por conducir borracho, resistencia a la autoridad y toda una serie de barrabasadas que no vienen al caso.

¿Dejar al detenido a los pies de los caballos?

Aquí si está algo más claro. En principio, y siempre habrá quien tenga argumentos para defender lo contrario, lo que hizo en 2011 la Policía británica es un error. Utilizó su cuenta de Twitter para publicar la lista de personas arrestadas durante los disturbios de Londres, con nombres y apellidos, fechas de nacimiento, direcciones, crímenes y tiempo que pasarían en la cárcel.

¿Necesita tanta información el ciudadano o es como marcar la puerta de su casa? ¿Hacía falta colocarlos en el punto de mira de la sociedad con el letrero de 'enemigos'?

¿Torear al personal?

Esto tuvo que ser coña o no cabe explicación. Los agentes de un pequeño pueblo del noroeste de Inglaterra lanzaron al viento la siguiente pregunta a través de su cuenta de Twitter: “¿Vives en Little Hulton o en Walkden? ¿Odias a la Policía? ¿Quieres presumir y restregar tu éxito en nuestras narices? Haz retuit si tienes drogas y no te han pillado”.

En el momento de escribir estas líneas tiene más de 1.000 retuits, pero apostamos la uña de un pulgar a que no se ha producido ni un arresto gracias a este mensaje. ¿Puede una institución seria tomar el pelo de esta forma a sus seguidores? ¿Dónde está la línea que separa la estulticia y el humor?

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