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TAN PARECIDOS Y TAN DISTINTOS

¿Qué necesitan Android, iOS y Windows Phone para ser los mejores?

¿Qué pasaría si Android tuviese un diseño tan cuidado como el de iOS? ¿Y si la plataforma de Apple fuese tan personalizable como las de sus rivales? ¿Hasta dónde llegaría Windows Phone con una tienda de aplicaciones tan completa como Google Play o App Store?

iOS7

iOS7 Apple

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Los tres sistemas operativos que dominan el mercado de la telefonía inteligente (lo sentimos, BlackBerry) tienen cada uno sus señas de identidad que les hacen únicos. Y lo que no tienen, lo copian con más o menos disimulo a sus rivales, que el sector sería mucho más aburrido sin sus guerras de patentes

En cualquier caso, todos tienen trabajo por hacer. Y, en mayor o menor medida, lo hacen. En la industria es tan importante saber qué te hace bueno como saber qué es lo que el público aprecia de tus contrincantes (e inspirarse en ello). Así pues, ¿qué lecciones puede tomar cada una de las grandes plataformas de sus rivales? Y, sobre todo, ¿cuáles están tomando?

Android y la salida de la autopista

El líder por usuarios, Android, siempre ha tenido cierto complejo de segundón. Sí, lo parten, pero quien cambió el mercado fue Apple con iOS y el iPhone. A pesar de ello, fueron los primeros en implementar algo tan básico como el centro de notificaciones (que luego adoptaron Apple en iOS y OS Xy más tarde Windows Phone).

El problema para Google viene más a nivel de diseño. La fragmentación en dispositivos también se traslada a las versiones del sistema operativo. Cada fabricante tiene su capa de personalización que hace que el Android puro esté reservado a los dispositivos Nexus y, en menor medida, a los terminales de Motorola (al menos, hasta que el buscador vendió esta compañía a Lenovo). De hecho, lo que las versiones Google Play de los grandes terminales ganan en pureza, lo suelen perder en funciones.

Todo esto podría cambiar gracias a Material Design, las directrices de Google para hacer de Android un sistema operativo más limpio, elegante y... parecido al nuevo iOS. Ojo, para nada idéntico, pero también se aleja de skeumorfismo (que el aspecto de las aplicaciones imite el de sus equivalentes físicos) que al parecer tanto odia Jony Ive, el jefe de diseño de Apple.

Además, el androide se está quedando algo atrás en lo que a asistentes virtuales se refiere. Decir 'Ok, Google' abre un mundo de posibilidades, pero está muy lejos de ser algo parecido a Siri o Cortana. Responde, pero no da conversación. Como tu pareja cuando te pasas la salida de la autopista y encima tienes la cara de echarle la culpa.

Ábrete, Apple

Por su parte, la firma de la manzana se encuentra con que, tras años como símbolo de la innovación y el pensamiento diferente, empieza a parecer una fábrica de corsés. Sus opciones de personalización son más escasas que su catálogo (que actualmente se divide entre el iPhone caro y el iPhone un poco menos caro). Carpetas, fondos de pantalla... y poco más.

En este sentido, tampoco vendría mal un poco de apertura. Apple hace las cosas para que funcionen, sí, pero a su manera. Y si su manera implica utilizar Safari en lugar de Chrome, utilizarás Safari en lugar de Chrome, te guste o no. Son como una madre: saben lo que es mejor para ti. Si se equivocan puedes independizarte, pero en su casa, sus reglas.

Windows Phone, el perro verde

Mientras, Windows Phone va adaptándose poco a poco. Llegó tarde al mercado con una propuesta completamente distinta y por el camino se dejó cosas tan básicas como el centro de notificaciones. Finalmente llegó, junto a un asistente virtual, Cortana, que todavía tiene que aprender idiomas para poder ser utilizado en todo el mundo.

El problema es que lo que necesita, aplicaciones, no depende de Microsoft. Sí, pueden tirar de cartera, pero hasta Florentino Pérez descubrió que no siempre es suficiente. Los galácticos necesitan una base para funcionar y traerte las 50 mejores apps no va a hacer que lleguen de un día para otro las 2.000 siguientes. Es un proceso que lleva tiempo y tiempo es, precisamente, lo que le falta a esta plataforma. Ganó bastante con su apuesta por la gama baja, pero Google ya se ha dado cuenta de que esa estrategia da sus frutos y está dispuesta a montarse una frutería con más género.

La buena noticia para Microsoft es que tienen algo que no podrán copiar sus rivales: son diferentes, para bien o para mal. Su interfaz es algo nuevo, atractivo, elegante y útil. Y solo la ofrecen ellos. Si consiguen convencer a otros fabricantes de que ahí hay un mercado, llegarán los desarrolladores. Y entonces, tal vez, Google y Apple tengan que inspirarse en Microsoft por primera vez en su historia.

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