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LA GUERRA POR LOS PRECIOS Y LA CALIDAD

Moto G 2014 vs Aquaris E5 4G: batalla en la Tierra Media

Hasta hace poco la gama media era la gran olvidada por los fabricantes. Para qué iban a prestarle atención -se preguntaban- si ni se lleva titulares ni da grandes beneficios. Sin embargo, una serie de compañías apostaron por ella y se ha convertido en un nuevo campo de batalla del sector. Uno en el que los dos generales más condecorados son Moto G y Aquaris E5 4G.

Nuevo Aquaris E5 con 4G

Nuevo Aquaris E5 con 4G bq

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La clave para ganar la guerra de la gama media es sencilla: ofrecer gran rendimiento y un dispositivo con un diseño cuidado por el menor precio aceptable. A pesar de ello, son pocos los que se lo toman en serio y suelen descuidar alguno de los tres factores. O los tres, directamente. Y eso cuando no tratan de vendernos una versión mini de alguna de las armas con las que combaten en otros campos de batalla.

Motorola y BQ comprendieron hace tiempo el plan de batalla y lo han ido perfeccionando. Por eso es tan difícil que haya un ganador: ambos siguen la misma estrategia. En 2014, las dos compañías lanzaron versiones mejoradas de los que ya eran los mejores gama media del mercado. En el caso de los españoles, a finales de año llegó -por fin- una versión con 4G del E5 (acompañado de un spot patriótico); en el de su rival, el nuevo modelo de Moto G.

Como en todas las guerras, al final los que se tienen que enfrentar no son tan diferentes. Portan distintas banderas, pero los dos tienen un cuerpo con pantalla de 5 pulgadas, un procesador Snapdragon (400 el Moto G, 410 el BQ) y 1 GB de RAM. Básicamente, lo que se puede conseguir por menos de 200 euros.

A pesar de ello, la sensación es bastante diferente. Su tamaño es muy similar, pero a primera vista el Aquaris E5 parece mucho más grande. Cuestión de diseño, de grosor y de marco. Ocupan prácticamente el mismo espacio en el bolsillo, pero si el tamaño importa -que sí-, Moto G ganará este combate.

Con el diseño ocurre algo parecido: el Moto G ofrece carcasas intercambiables y más variedad de colores -en el universo BQ, por el momento todo es blanco o negro-, así como un aspecto más llamativo. Para bien o para mal, el E5 es un ladrillo sin mucha personalidad.

Eso sí, lo bueno de utilizar ladrillos es que los cimientos son más resistentes (si hay algún arquitecto en la sala dirá que no, y con razón, pero obviémoslo) ¿A dónde voy a parar con esta metáfora cogida por los pelos y con pinzas? Pues a la tarde del día siguiente a la última carga, por ejemplo. La batería del E5 es de otro planeta. De uno en el que los teléfonos cuestan unos 700 euros, para ser exactos. Moto G se queda en un día de uso normal, que tampoco está mal visto lo que hay.

En rendimiento y sistema operativo la lucha es de nuevo pareja. La diferencia en procesador decanta ligeramente la balanza del lado patrio, aunque se vuelve a equilibrar con el hecho de que Lollipop ya esté llegando a los terminales de Motorola. Cuando BQ finalmente lance la nueva versión de Android en sus dispositivos, se llevará este set ya que es de los pocos fabricantes que no trata de imponer una capa de personalización molesta.

Por último, con las cámaras se aprecia de nuevo el esfuerzo que han puesto las dos empresas, pero que nadie espere resultados profesionales. Para Instagram o Facebook pueden valer, pero los premios de fotografía deberán esperar. En cualquier caso, el flash dual del E5 le da cierta ventaja respecto a su rival, pero una corta.

En resumen, como en todas las guerras, no gana nadie. O sí, que tampoco hace falta que nos pasemos de pacifistas. En realidad, en esta guerra ganamos todos los que queremos un teléfono de los que se pueden comprar con un solo billete y no necesariamente de los morados.

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