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UNO DE LOS FRACASOS DE MICROSOFT

Microsoft Kin: los teléfonos que duraron seis semanas

Hace poco menos de cuatro años, en abril de 2010, Microsoft presentó Kin One y Kin Two, dos teléfonos enfocados en la nube y las redes sociales con los que pretendía hacer frente al iPhone 3GS, cuatro generaciones anterior al modelo actual (el iPhone 4 estaba a punto de ser presentado), y a los terminales Android que empezaban a hacerse un hueco en un mercado que más tarde dominarían. Los de Redmond cancelaron el proyecto seis semanas después.

Kin One y Kin Two, dos teléfonos de Microsoft que murieron poco después de nacer

Kin One y Kin Two, dos teléfonos de Microsoft que murieron poco después de nacer TecnoXplora

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La historia de Microsoft está llena de éxitos (Windows XP, Xbox...), pero también tiene algún fracaso sonado. Cuando pensamos en estos, lo primero que nos viene a la cabeza es Windows Vista, pero el sistema operativo llegó a millones de usuarios y, sobre todo, sentó las bases de lo que sería Windows 7. Kin One y Kin Two ni siquiera pueden presumir de ello: según los rumores tan solo se vendieron 500 unidades.

Kin One

A pesar de ello, no eran malos teléfonos. Fabricados por Sharp, contaban con un procesador Nvidia Tegra a 600 Mhz, 256 MB y un teclado deslizable, que permitía escribir de forma mucho más cómoda que con sus pantallas táctiles. La de Kin One era de 2,6 pulgadas y estaba acompañada de una cámara de 5 megapíxeles y 4 GB de almacenamiento (en realidad, casi todo el contenido se guardaba en la nube).

Por su parte, Kin Two se iba hasta las 3,4 pulgadas y mejoraba la cámara (8 megapíxeles y grabación de vídeo en 720p) y la memoria interna (8 GB). Para lo estándares de la época no estaba mal y tampoco se trataba de unos dispositivos especialmente caros. Por suerte.

Kin Two

La combinación de lo táctil y lo físico de su diseño también resultaba atractiva, especialmente para el mercado al que estaban dirigidos: los jóvenes. La idea era que pudiesen usar el teléfono para acceder al contenido de sus redes sociales (Facebook, Twitter y Myspace, que eran otros tiempos) y que, además, creasen una especie de álbum digital en la nube, con imágenes y notas. También tenían que servir para intentar revitalizar Zune, el reproductor que debía competir con iTunes y la gama iPod en otra batalla que Microsoft había perdido antes de comenzar.

Entonces, ¿qué falló? Principalmente, que llegaron demasiado tarde a la fiesta. Para cuando entraron, todo el mundo estaba pendiente de las historias que contaban iPhone y Android. Mucha chica mona, pero ninguna sola, que diría Mecano. Nokia, por cierto, ya se había tomado esa 'copa de más' que causó una resaca que casi termina con la compañía (más tarde volvería a entrar en esta fiesta de la mano de Microsoft, pero esa es otra historia).

Además, los Kin no solo llegaron con retraso, sino que no se enteraron de que finalmente no había que ir disfrazado. De nuevo Apple y Google, los nuevos amigos elegantes y cosmopolitas del grupo, ejercían su influencia: el mercado maduraba y empezaba a no haber sitio para terminales incapaces de instalar aplicaciones.

La reacción de Microsoft no tardó en llegar y el 30 de junio, 77 días después de su presentación y seis semanas después de su llegada al mercado, desapareció el proyecto Kin. Castigado de por vida. Al menos, la empresa aprovechó la experiencia (y el equipo) para mejorar Windows Phone 7, un sistema operativo que sí les ha dado alegrías, aunque tampoco lo ha tenido fácil.

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