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NUEVO TERMINAL DE SAMSUNG

Galaxy A5 y todo lo que deberían ser los teléfonos de Samsung

El Galaxy A5 lidera la nueva gama de Samsung, dirigida a los jóvenes, aunque más por diseño y herramientas que por precio. Además, su apariencia da pistas sobre lo que podrían ofrecer los sucesores de Galaxy S5 y Galaxy Note 4.

Nuevo modelo de Samsung

Nuevo modelo de Samsung Samsung

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Los nuevos modelos Galaxy A (Galaxy A3, A5 y A7) tienen un doble objetivo: por un lado, rejuvenecer una marca que comienza a oler a BlackBerry; por otro, ofrecer un productos a un precio algo más asequible que el de los buques insignia de Samsung (Galaxy S5, Galaxy Note 4 y, en menor medida, Galaxy Alpha). En definitiva, hacer lo que ya hacen compañías como Motorola o Nokia (ahora, Microsoft), que es algo tan sencillo como ofrecer dispositivos económicos que funcionen bien.

El Galaxy A5 cumple más con lo segundo que con lo primero. Su Snapdragon 410 de cuatro núcleos a 1,2 GHz y sus 2 GB de RAM se encargan de ello. Los 399 euros que cuesta el teléfono, por su parte, lo sitúan en el límite de la gama media en lo que a precio se refiere.

A un rendimiento prácticamente de gama alta (hay juegos con los que sí se pueden notar ralentizaciones, pero en el uso diario todo funciona de forma fluida) hay que sumar un panel AMOLED que también sorprende. La cámara trasera de 13 megapíxeles rinde bien en casi cualquier situación y la frontal (5 megapíxeles) tiene las típicas herramientas para 'selfies' y un modo para crear gifs con imágenes. Tal vez habría sido más cómodo hacerlo mediante vídeos, aunque al menos sí es una función algo novedosa.

Nuevo Samsung Galaxy A5

En definitiva, por rendimiento cumple con creces, la pantalla AMOLED es de lo mejor que hay en el mercado, a pesar de no ser Full HD, y la cámara está bastante por encima de la media de la gama ídem. Sin embargo, los 399 euros pesan como 399 kilos en esta balanza. La buena noticia es que en esta ocasión el diseño y los materiales juegan a su favor y consiguen equilibrar esta báscula.

Hasta ahora, la principal crítica que han recibido los terminales de Samsung —o una de ellas, al menos—  ha sido la misma que hacía Radio Futura a su chica: están hechos de plástico fino. Con la gama A esto ha cambiado y por fin ha llegado el aluminio, más elegante y noble. Esto ha traído consigo algunos cambios, como que la carcasa trasera ya no se puede retirar (es decir, la batería tampoco es extraíble) o la desaparición del lector de huella digital y el sensor de ritmo cardíaco (posiblemente, tanto por ahorrar como por el público al que va dirigido), pero en general es una muy buena noticia... aunque podría ser mejor.

Samsung es una de las pocas empresas que se puede permitir hacer pruebas con los móviles que lanza al mercado y es muy posible que el A3, el A5 y el A7 den pistas de lo que podríamos ver en los próximos Galaxy S y Galaxy Note, tanto en diseño como en construcción. Y es que el aspecto del nuevo teléfono hacía mucha falta en el saturado catálogo de la compañía. Con tanto plástico parecía un invernadero, así que se agradece el soplo de aire fresco.

En cualquier caso, los nuevos Galaxy tienen papeletas para quedarse en este catálogo (algo de lo que el Alpha posiblemente no pueda presumir), si bien dependerá de si consiguen atraer al público. Por diseño y rendimiento, podrían hacerlo; por precio es más complicado. Si finalmente los 'hermanos mayores' adoptan sus materiales y aspecto, podrían convertirse en dispositivos demasiado redundantes y caros como para hacerse un hueco. Por el momento, no lo son. Y merecen la pena.

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