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MOBILE WORLD CONGRESS BARCELONA 2015

Los 'fucking spaniards' llegan al Mobile World Congress

Aunque BQ no presentó novedades en el MWC, aprovechó la feria de Barcelona para mostrar sus últimos productos: un móvil con Ubuntu y otro que aún no tiene ni precio confirmado.

BQ con Ubuntu instalado

BQ con Ubuntu instalado Guillermo del Palacio | TecnoXplora

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La edición de 2015 del Mobile World Congress pasará a la historia -a una historia muy local y chovinista- por ser la primera en la que participó BQ con un stand propio. Lejos de las grandes, al final del hall 5 (lo gordo está en el 3, aunque HTC se ha ido hasta el 7, pero ellos van a su bola) en un espacio pequeño y que parece estar siempre lleno. Por el momento aseguran que nadie les ha llamado “jodidos españoles”. Y eso que cada vez tienen más motivos.

Aunque BQ no tenía lanzamientos programados para la feria, sí se trajo lo último que había presentado y que apenas se había podido ver: Aquaris M y Aquaris E4.5 Ubuntu Edition. Los primeros, sin terminar; los segundos, con mucho que demostrar.

Que la versión móvil de Ubuntu ya sea una realidad no es decir mucho. Todos los años hay una alternativa punk al dominio que ejercen iOS y Android en el mercado y finalmente los únicos que plantan cara son los Lumia con Windows Phone. Ocurrió con Firefox OS (que, a pesar de contar con el apoyo de industria y operadores dos años después no ha demostrado nada) y, en menor medida, con el teléfono seguro de Geeksphone

¿Correrá Ubuntu la misma suerte? Por el momento, BQ se ha visto desbordada por el interés.

BQ con Ubuntu

El terminal es básicamente un E4.5 (que a su vez es un E5 más pequeño y menos potente) con alma linuxera. Pierde los botones de la parte inferior de la pantalla -no hacen falta-, pero por lo demás es idéntico a simple vista. Eso sí, el sistema operativo es completamente diferente. Aún está muy verde y parece muy complicado que vaya a conseguir una tienda de aplicaciones en condiciones; no obstante, ahí está. Por 169,90 euros son muchos los que se pasarían a la alternativa antisistema (en el mejor sentido de la palabra, por supuesto).

Por lo que hemos podido ver, todo corre de forma fluida y funciona, que ya es más -pero mucho más- de lo que podían decir los dispositivos con la plataforma de Mozilla que se vieron en 2013. La interfaz de control por gestos es bastante liosa y requiere tiempo para hacerse a ella, pero esto nunca ha sido un problema y, al fin y al cabo, a pocas cosas les dedicamos tanto tiempo como al teléfono.

Un aspecto reseñable es que la elección de la pantalla y el modelo no han sido una casualidad. El control por gestos distingue entre deslizar un dedo en una dirección a hacer lo mismo desde el borde de la pantalla. Es decir, que el tamaño en este caso sí importa, y mucho. Eso quiere decir que será difícil ver phablets con Ubuntu Phone porque el control lo pondría difícil.

Aquaris M

Aquaris M, por su parte, ha pasado algo más desapercibido. Lo raro vende y Aquaris M no destaca en este sentido -ojo, que tampoco es una mala noticia-. Los teléfonos son una prueba más de la madurez de unos BQ que probablemente prefieran que les llamen 'enfant terribles' a que les digan que son parte del sistema. Aún no tienen precio, pero está claro que cuando lleguen servirán para ampliar el catálogo y como alternativa algo más elegante a los Aquaris E. Aunque sea simplemente porque se manchan menos de huellas.

De todos modos, aún no estaban en una fase final, por lo que no sería justo juzgarlos... si fuesen mal. En las pruebas todo parecía funcionar de forma correcta. Es cierto que la compañía decidió dejar en casa a uno de ellos (el modelo de mayor tamaño) que no estaba del todo preparado (ya saben: da mala suerte ver a la novia con el vestido puesto antes de la boda), pero se agradece la honestidad y, por qué no decirlo, bemoles de BQ. No está terminado, pero tampoco traen una maqueta. Estos españoles...

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