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PROPUESTAS PARA UNA ASIGNATURA PENDIENTE DEL SECTOR

Mi carta a Papá Noel: cómo tendría que ser una tablet para poder trabajar con ella

Si quisiera una tablet funcional, compraría un iPad; una tablet para hacer cosas, una Nexus 9, una tablet-ordenador, una Surface 3 Pro ¿Para trabajar? Un Mac Book Air. Lo malo es que nada de todo lo anterior satisface al resto: ¿por qué no una mezcla mejorada?

De izquierda a derecha, MacBook Air, Surface 3 Pro, iPad Air y Nexus 9

De izquierda a derecha, MacBook Air, Surface 3 Pro, iPad Air y Nexus 9 Borja Ventura

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Hace unas semanas el compañero Guillermo del Palacio reflexionaba acerca de cuál era la mejor tablet para trabajar, y apuntaba (más o menos) en la dirección de la Surface Pro 3 de Microsoft. Aprecio mucho a Guillermo, pero discrepo un poco. Cómo el mismo dice, los anuncios nos enseñan un mundo ideal de trabajadores con su tablet, pero en la vida real nos dice que es más bien complicado trabajar con una tablet.

Primero, una cuestión fundamental: el origen de la tablet. Su irrupción llegó en un momento en el que el sector de los ordenadores portátiles estaba un poco en crisis. No sé si recordarás la palabra 'ultrabook', pero durante una época iba a ser lo más de lo más, el sustituto de los portátiles. Eran portátiles ultrafinos, con algunas capacidades menores. Ahí se quedaron. Lo mismo pasó con los 'netbooks', portátiles en miniatura (de hasta 9 pulgadas), de teclados incomodísimos y rendimientos muchas veces limitados.

Llegaron las tablets, con su rollo táctil, con su mercado de apps, su peso cada vez menor, su resolución atractiva y su diseño de vanguardia... y se llevaron el gato al agua. Pero a todo sector le llega su crisis, y el de las tablets quizá ha entrado en ella: otro compañero, Bruno, apuntaba hace unos meses que decía que había que dar un paso adelante y quizá había llegado el momento de los 'supertablets', orientados precisamente al sector profesional, con pantallas mucho mayores y la potencia de un auténtico ordenador.

¿Qué demonios necesita una tablet para ser adecuada para trabajar? Medidas adecuadas, software adecuado, hardware adecuado y gadgets adecuados. Y, la verdad, es complicado encontrar esas cuatro cosas juntas en alguno de los modelos que hay en el mercado. La solución pasaría pues por inventar un Frankenstein cogiendo lo mejor de aquí y allá para dibujar cómo debería ser un modelo de tablet definitivo, que sirviera para trabajar (además de para lo que sirve como consumible de ocio) y que, además de haber enterrado a ultrabooks y netbooks, pueda convertirse en la evolución definitiva del ordenador portátil.

Medidas adecuadas

En este sector las tablets se miden en iPads. A fin de cuentas, el modelo de Apple se ha convertido en un estándar, precisamente por hacer las cosas bien antes que nadie. Personalmente, y como contaba en la review de la Nexus 9 de Google, un iPad Air se me antoja demasiado grande de pantalla (aunque sea ligerísimo y cómodo), y un iPad Mini es definitivamente demasiado pequeño. Descubrí en sus 8,9 pulgadas el tamaño perfecto: entre ambos iPad, justo para ver las cosas perfectamente y poder abarcar la pantalla con una sola mano.

Comparando con la 'supertablet' de Microsoft, la Surface Pro que llega a las 12 pulgadas, la cosa cambia. Como el propio Guillermo apuntaba en su review y he podido comprobar tras probar el modelo durante unas semanas, no es en realidad una tablet, sino un portátil táctil sin teclado (o, mejor dicho, con teclado que se vende por separado). Mide exactamente lo mismo que un MacBook Air pequeño, pero pesa más... y no se puede comparar porque, aunque tenga alma de portátil, no lo es en realidad.

Pero el tamaño de pantalla condiciona cosas variadas, como por ejemplo el teclado que puedes usar. Sí, hay teclados 'estándar' con Bluetooth que puedes usar con tu tablet, pero la cosa es que mida lo mismo, sirva como funda y puedas, por tanto, llevarlo contigo. Los tres modelos 'top' del sector, los iPad, la Surface y la Nexus 9, tienen teclados así. Y, efectivamente, para una pantalla de 8,9 pulgadas quedaría un teclado físico demasiado pequeño como para escribir cómodamente.

¿Qué pediría a los Reyes para solventar esto? Un teclado desplegable. Que plegado funcionara como funda sin agrandar en exceso la tablet y que desplegado permitiera escribir con normalidad. Y, ya puestos, que no se conectara vía Bluetooth para no desangrar nuestra batería. Quien mejor soluciona eso es, por ejemplo, la Surface Pro 3, cuyo teclado se pone con un conector en el lateral del dispositivo (y que, por cierto, no hace de soporte del aparato, porque es él mismo el que incorpora una pestaña para apoyarlo en un ángulo de 45º).

Segundo problema derivado del tamaño: la pantalla. Una tablet de 8,9 pulgadas me puede parecer perfecta por lo fácil que es de transportar y sostener, además de lo ligera que puede ser, pero es una pantalla a todas luces insuficiente para trabajar. Tus ojos y tu cuello necesitan algo de mayor tamaño.

¿Qué pediría a los Reyes para solventar esto? Una docking station con pantalla incorporada. Una vez más quien más cerca está de solventar esto es la Surface Pro 3, que tiene como gadget una Docking Station con varios conectores (benditos USB de-toda-la-vida), alimentación de batería, soporte para el teclado y salida de audio y vídeo. Si a esa docking se le metiera una pantalla de un tamaño más estándar de portátil se podría unir la portabilidad de un dispositivo con la comodidad de un sobremesa.

El tercer problema derivado del tamaño es, lógicamente, que hay menos espacio para meter las cosas. Sin embargo, visto que la Nexus 9 compite de tú a tú con los iPad y que su batería funciona de forma aceptable, este problema podría darse más o menos por solucionado.

Software adecuado

¿Cuál es el mejor sistema operativo para que un tablet sirva para trabajar?

El nuevo Android 5.0 Lollipop es una maravilla como sistema operativo móvil: limpio, bonito, fluido y con muchísimas mejoras respecto a los Androids pasados. En mi opinión, a años luz de iOS y su demasiado rígida aunque segura estructura interna por mil cosas, desde los widgets hasta la relación con desarrolladores. Y eso que iOS ha mejorado mucho en sus últimas versiones, abriendo un poco la mano y conectándose mucho mejor con otros dispositivos (de Apple) hasta el punto de poder hacer llamadas telefónicas o escribir mensajes aun fuera del teléfono.

Pero ambos son eso, sistemas operativos móviles que encajan en un sector móvil... pero que están lejos de ser funcionales en un ámbito profesional.

Los más listos de la clase, otra vez, han sido los de Microsoft. Su Windows 8 era interesante, pero insuficiente, así que han dado el salto a Windows 10 con una idea que parece definitiva: usar el mismo sistema operativo para todos sus aparatos, desde las consolas a los móviles, pasando por tablets y ordenadores

¿Eso qué significa? La Surface 3 Pro da una pista: poder utilizar software profesional en un entorno de tablet y, de paso, solventar el mayor problema de Microsoft en el entorno móvil (lo vacía que está su tienda de aplicaciones) ¿Cómo? Fácil: lo que no tengas como app lo puedes tener como programa, desde el InDesign hasta Firefox. Es, recuerda, un portátil en cuerpo de tablet.

Reconozcámoslo: las tiendas de apps son uno de los mejores inventos de los últimos años, amén de una muy lucrativa industria. Pero están lejos de sustituir a los programas 'de verdad' de los ordenadores, al menos en un ámbito profesional. Office apenas llegaba el año pasado, Photoshop deja bastante que desear y muchas otras de las apps de fabricantes tan conocidos como Adobe ni están ni se esperan. Y en eso tanto los iPad como la Nexus 9 están por detrás.

Lo que debe mejorar Microsoft de cara a su Windows 10 es el pensar que el uso de una tablet (con pantalla táctil) y un ordenador (con teclado y ratón) no es el mismo, y que los horribles menús de ventanas emergentes con una resolución adecuadamente alta resultan pequeñísimos para cualquier dedo normal. Dicho de otra manera: si apuestas por un modelo híbrido táctil-ratón, los menús deberán ser más grandes que pequeños.

Ah, y un viejo ruego: sea cual sea el fabricante que dé con la tecla que, por favor, permita hacer lo que hacen los ordenadores: desinstalar lo que quiera, aunque sean apps propias del fabricante, que eso es una maldición del sector móvil. Malditas apps duplicadas e inútiles

Hardware adecuado

Volvemos a la idea del inicio: si vamos a por una tablet de pantalla que te quepa en una mano necesariamente hay menos espacio para meterle cosas dentro. Y eso, una de dos, o encarece sobremanera el producto o hace que los componentes sean peores de lo que deberían.

En cualquier caso, hay dos precedentes buenos: uno, que la Surface Pro 3 sea capaz de funcionar como un ordenador con buen rendimiento en un formato físicamente tan fino y que la Nexus 9 o el iPad Mini, mucho más pequeños, estén a la cabeza en potencia en el sector de los tablet. No es oro todo lo que reluce, eso sí: basta un rato de uso de la tablet de Microsoft y notarás cómo se calienta y que se pone en marcha ¡el ventilador! Y, por cierto, es silencioso... pero se escucha.

La clave aquí, además de la ya comentada batería, es el procesador, la RAM de la que se dote al aparato y, para solventar el almacenamiento interno, la conectividad: Bluetooth 4.0 de bajo consumo, salidas USB tradicionales y ranuras para MicroSD -como muchas Android y la Surface 3 Pro- pueden ser buenas opciones. Y ya que hablamos de puertos, cuanto más homogéneo todo, mejor: ahora que el MicroUSB es el estándar para móviles y tablets (salvo para Apple, claro), sería genial que la carga viniera por alguno de los USB del dispositivo.

Gadgets adecuados

La tarta grande del negocio de las tablets se la llevan los fabricantes, además de las operadoras, pero también los creadores de apps. Una parte menos visible, aunque importante, es la de los componentes externos: fundas, teclados y demás. Y el interés de los fabricantes por esos periféricos en los últimos años puede cambiar sector.

Volvamos al ejemplo de la Surface Pro 3: tiene una Docking Station, tiene un lápiz para escribir en pantalla, tiene un ratón inalámbrico táctil y un teclado con trackpad. La Nexus 9 tiene un teclado (aún no disponible para pruebas, aunque se antoja un tanto pequeño) y una funda que se dobla para hacer de soporte y para permitir desbloquear por partes (por ejemplo, la cámara). Los iPad venden varios tipos de adaptadores para su única ranura de entrada con el resto del mundo (tarjetas de memoria o USB, aunque con funciones limitadas). Y todos ellos, también, a VGA o HDMI

Visto así pareciera que el aparato de Microsoft fuera el mejor también en esto, el de Google el más versátil aunque poco profesional y el de Apple se dedicara a solventar un problema de compatibilidades, pero no es del todo así. De hecho, posiblemente los mejores teclados sean los que hay para iPad (que no los fabrica Apple), los ratones inalámbricos y táctiles que siguen en cabeza del resto son los de Apple (no para iPad, sino para Mac), el trackpad de Apple es el mejor que existe (de nuevo para Mac, no para iPad) y el lápiz de Microsoft es una idea brillante pero que sería genial si se pareciera un poco más al rollo de Wacom, y si permitiera dibujar fuera de la pantalla.

¿Qué queda al final? Un Frankenstein imposible, seguramente. Por imagina eso por un momento: una tablet fina y de unas 8,9 pulgadas como la Nexus 9, con ligereza, resolución y rendimiento de un iPad, pero que funcionara con un sistema operativo unificado como la Surface Pro 3. Con conectores USB, un cargador universal, un teclado ampliable, un trackpad y ratón inalámbrico como los de Apple, un lápiz como los de Wacom...

Quién sabe si el año que entra es el definitivo en el sector de las tablets y les da por innovar, que la cosa lleva parada demasiado tiempo y a los usuarios exigentes nos da por imaginar.

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