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LAS PANTALLAS LO SON TODOS

Apple patenta un iPhone de pantalla total: ¿cómo será tu vida sin botón de inicio?

Una patente filtrada enseña un iPhone sin botón de inicio, lo que levanta algunas incógnitas sobre cómo serían su diseño y funcionalidad

Las pantallas lo serán todo

Las pantallas lo serán todo Unsplash

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Mira el primer iPhone y luego mira el 6s. O mejor aún: mira cualquiera de los primeros teléfonos con pantalla táctil y sin teclado físico y ahora mira, en general, los smartphones actuales. Muchas diferencias, pero una de las que más salta la vista es que las pantallas han invadido el marco frontal casi por completo, dejando cada vez menos lugar a los bordes.

Puede parecer baladí o mera estética, pero lo cierto es que la pureza de la tecnología está en detalles como ese: al difuminar los bordes la tecnología no se percibe como tal, sino que se integra de forma natural. Hacia ahí nos hemos encaminado los últimos años, y hacia ahí continuaremos. Y ahora Apple puede dar un siguiente paso importante, ya que su nueva patente es la de un iPhone que no requiera botón de inicio alguno, ni siquiera para el sensor dactilar.

Vamos por partes. Los últimos iPhone, 6s y 6s Plus, integran 3D Touch, la tecnología que permite que la pantalla reconozca diferentes niveles de presión y poder ejecutar unas acciones u otras en base a ellos. Así, 3D Touch podría sin problemas convertirse en un sustituto del botón de inicio, presente en todos los dispositivos iOS (iPhone, iPad e iPod).

El problema es que desde 2013, Apple integra sensores dactilares en ese botón de inicio. Eso es lo que viene a solventar esta patente: el reconocimiento de huella puede integrarse en la pantalla, a través de tres sensores con distintas fórmulas.

La primera de esas fórmulas sería la de reconocimiento óptico, el habitual y más susceptible de ser vulnerado con un simple molde de plastilina de nuestra huella. La segunda, la de reconocimiento capacitivo, que mide el relieve con mucha mayor precisión que el anterior. La tercera, el reconocimiento por ultrasonidos, una tecnología quizá demasiado en pañales pero posiblemente viable en el largo plazo.

Anteriormente ya se vio algún movimiento similar por parte de Apple, que en su carrera por el minimalismo llevado al extremo parece decidida a dejar un iPhone donde (casi) todo el frontal sea pantalla.

¿Positivo o negativo?

A falta de poder usar un iPhone así para hacernos una idea real de ello, supondría un salto que llegaría rodeado de polémica, especialmente en torno a pensar en posibles toques accidentales de los bordes de la pantalla. Aunque a estas alturas y siendo conscientes de que Apple no es perfecta, podemos darle un voto de confianza como para pensar que no lanzará un iPhone sin haberlo probado y solventado un problema así.

Si miramos el mercado actual algo muy similar ocurre con los marcos del Galaxy S7 Edge que, al tener una pantalla curva, directamente supera los límites del propio terminal. Tiempo atrás ya se lanzó un terminal con mucho de experimental y poco de masivo, el Sharp Aquos, que prácticamente suprimía los bordes salvo el inferior.

El iPhone, si finalmente logra prescindir del botón de inicio, tendría liberados los marcos inferior y laterales, de forma que sólo quedaría la incógnita del superior, donde se sitúan el auricular, la cámara frontal y el sensor de proximidad.

Apple siempre ha apostado por la simetría, en la medida de lo posible. Esto tendría una implicación en doble sentido: por un lado, costaría mucho ver un iPhone con un marco inferior nulo mientras que el superior siguiera existiendo; por el otro, tiene más sentido a nivel ergonómico que el que desapareciera fuera el superior, pero la idea de meter cámara frontal y auricular en el borde inferior es estúpida.

Así, las soluciones que le quedarían a Apple de querer apostar por este iPhone de 'pantalla total' pasarían por dos caminos. El primero, dejar un fino marco inferior que mantenga la simetría con otro superior donde mantener cámara frontal y auricular y así de paso mantener cierto nivel de ergonomía. El segundo, ingeniárselas para que el auricular tenga una presencia testimonial, así como la cámara frontal, algo para lo que quizás sea demasiado pronto todavía.

De momento sí podemos quedarnos con una idea: Apple mantiene la ambición por seguir llevando el iPhone más allá en la carrera por hacerlo 'invisible', de forma que la única interfaz sea la pantalla. Precisamente ese es el origen del iPhone: una gran pantalla sin apenas botones ni nada que distraiga de ella.

En 2017 el dispositivo cumple diez años, buen momento para la siguiente revolución.

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