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HECHA POR UN DISEÑADOR

La tipografía que camufla las palabras más buscadas por los espías de la NSA

El diseñador Emil Kozole ha desarrollado una herramienta para camuflar las palabras que buscan durante sus rastreos de internet las agencias de seguridad internacionales. Cada que vez que escribamos “policía”, “Nike”, “Anonymous” o “anthrax”, la tipografía Seen ("visto", en inglés) se encargará de ponerle las cosas difíciles a los espías para que no sospechen de nosotros. Con ello, Kozole pretende concienciar a los ciudadanos para que sepan hasta dónde puede llegar la cibervigilancia.

Una nueva forma de leer contra los espías

Una nueva forma de leer contra los espías Agencias

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Seamos o no conscientes, cada paso que damos en la Red deja una huella. De hecho, hasta el más simple e inofensivo mensaje en Facebook o Twitter puede despertar ciertas suspicacias entre los agentes de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos si contiene alguna palabra que les pueda parecer sospechosa. Sin darnos cuenta, podemos meter la pata, así que para evitar algún susto que otro Emil Kozole propone una alternativa.

En lugar de prestar atención a todo aquello que escribamos para no utilizar ninguna de las cerca de 30.000 palabras que los espías estadounidenses rastrean en busca de conductas peligrosas, este diseñador ofrece una tipografía que detecta esas palabras y las tacha. No nos avisa si hemos incluido en nuestro texto tal o cual nombre propio o ciertas siglas que puedan hacer saltar las alarmas: la fuente Seen simplemente se encarga de poner una línea negra sobre el término para complicar la tarea a los agentes de la NSA.

Se trata, eso sí, de un experimento. Que nadie caiga en el error de pensar que Emil Kozole ha creado esta tipografía para echar un cable a los que sí tienen la firme intención de cometer algún delito. Su propósito no es otro que hacernos reflexionar sobre los límites de la libertad de expresión en internet y hasta dónde estamos coartados por las autoridades. Tal y como él mismo explica, se trata de que "la gente vea y se pregunte por qué algunas de las palabras están en la lista y por qué otras no lo están".

Para conseguirlo, este diseñador esloveno nos propone descargar su fuente, instalarla en nuestro ordenador y probarla. Basta con añadirla a la carpeta de tipografías que se puede emplear en Windows o Macintosh en programas como Word, Illustrator o InDesign, y comprobar de primera mano qué palabras tacha, cuáles subrraya y cuáles emborrona.

Para dejar constancia de qué palabras entrañan mayor riesgo a ojos de los espías, Kozole ha incorporado esas tres formas distintas de indicar que el término que empleamos es tabú. En función del grado de riesgo que pueda denotar su uso, la tipografía Seen las marcará de una u otra forma para ocultar más o menos la palabra.

Por ejemplo, si ponemos “información”, veremos que simplemente la tacha. Si nos atrevemos a utilizar “Guantánamo”, más peliaguda, veremos que la subraya y que, además, resulta más complicado ver qué se oculta tras esa franja negra. Por último, si nos la jugamos con “presidente”, este tipo de letra colocará sobre ella un borrón para que nadie pueda saber qué palabra hay ahí.

Esta idea surgió allá por 2013 cuando Edward Snowden comenzó a filtrar una serie de documentos secretos de las agencias de seguridad de Estados Unidos, en los que se explicaba cómo se las ingeniaban para espiar a ciudadanos de todo el mundo. Esta circunstancia llevó a Kozole a poner en marchar el proyecto Seen y presentarlo en el máster en diseño y comunicación que estaba cursando en la universidad de arte londinense Central Saint Martins.

Este intrépido creador quedó tan asombrado con las revelaciones del exanalista de la NSA que recabó la información necesaria para acabar descubriendo que no solo se trataba de las palabras que monitoriza la agencia de seguridad de Estados Unidos, sino que esta práctica también la empleaban otras agencias internacionales. Según sus investigaciones, el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno británico tiene en su listado hasta 40.000 palabras cuyo uso podría despertar ciertos recelos.

Utilizar palabras tan aparentemente inofensivas como “alcachofa”, “clon”, “banco”, “Harvard” o “ternera” podría meternos en un lío. Además, como apunta Emil Kozole, estas listas no dejan nunca de crecer. Desde que fuera filtrada la información dos años atrás, el registro ha ido sumando nuevos términos que, obviamente, nadie conoce más allá de los agentes que trabajan en estos servicios de inteligencia.

Como él mismo reconoce, aún no se ha puesto en contacto con la NSA para presentarle su proyecto. No sabemos si por miedo a que tomen represalias contra él o porque (como muchos pensamos) teme que su tipografía no pase de ser más que un chiste con el que los espías amenicen sus reuniones.

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