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¿UNA ALEGRÍA PARA DISEÑADORES O UN JUGUETE?

HP Sprout, el PC que escanea objetos en 3D para manipularlos sobre una alfombrilla táctil

El ordenador 'all-in-one' HP Sprout es un concepto distinto a los PC de sobremesa que se conocen hasta ahora. Su escáner 3D permite digitalizar objetos con solo colocarlos sobre una alfombrilla táctil y manipular sus homólogos virtuales mediante una interfaz táctil de 20 puntos.

Sprout, de HP

Sprout, de HP HP

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Después de todo HP Sprout es un PC todo en uno o, si queremos molar cuando lo decimos, un 'all-in-one'. Sus características físicas son las de un ordenador potente, con un procesador Intel Core i7, cuatro núcleos a 3,2 GHz y 8 GB de RAM, con pantalla táctil de 23 pulgadas. Pero ni mucho menos esto es lo importante: se trata de un PC que hace de puerta entre el mundo real y el digital.

Por eso no es que el ordenador tenga una lámpara que sobresale por encima de la pantalla (aunque sí, el proyector ilumina un poco el ambiente si está oscuro). Esta especie de flexo que HP Sprout exhibe con estilo sofisticado –no es fácil integrar un elemento así en un ordenador y no hay más que echar un vistazo a los prototipos para comprobarlo– es el factor diferencial con otros ordenadores.

Prototipos de Sprout

El proyector es lo que verdaderamente aporta valor añadido a la máquina. Eso y la alfombrilla que se acopla delante del monitor, ofreciendo al usuario una superficie táctil de 20 puntos. Esto quiere decir que soporta 20 dedos a la vez, cuatro manazas enteras toquiteando la alfombrilla. Esta es otra interfaz más para enviar comandos al ordenador, como la pantalla táctil, el teclado o el ratón.

Con esos ingredientes, HP Sprout permite escanear en 3D cualquier objeto que sea abarcable por el proyector. Un florero no muy alto vale como ejemplo. La máquina lo transforma en un objeto digital que aparece automáticamente en la pantalla y se puede manipular. Con un simple movimiento táctil sobre ella, pinchando en la imagen y deslizando el dedo hacia abajo, nuestro florero salta a la alfombrilla.

Una vez en la alfombrilla el florero se puede estampar, introducirse en una imagen y otras tácticas propias de Photoshop. La digitalización es posible gracias a la tecnología Real Sense de Intel: tres lentes del proyector, una cámara convencional, otra de infrarrojos y un proyector láser infrarrojo que, combinadas, detectan forma, color y profundidad –midiendo la luz infrarroja que les rebota– del objeto.

Una vez digitalizados, los objetos se manipulan con un software desarrollado por HP llamado 'Workspace', diseñado para utilizar los dos paneles táctiles y que estos interactúen entre sí.

En la presentación que la compañía hizo para la prensa trajo a algunos profesionales del diseño que estaban probando Sprout, con el fin de mostrar cómo la máquina podía servir para acelerar su trabajo.

Dos chicas que han puesto en marcha Pinapardo, una empresa que crea fulares con estampados tipo 'collage', colocan unos cuantos recortes de revistas -imágenes- sobre la alfombrilla. Tras accionar el escáner, la pantalla mostraba los recortes y permitía sobreponerlos al fular para ver el resultado. Son unos minutos de trabajo que se multiplicarían si tuvieran que tomar una foto, recortar cada objeto individualmente y después hacer el montaje.

Con el interiorismo sucede igual. La empresa Punto Suspensivo le ha dado uso a Sprout para mostrar a los clientes cómo quedaría un suelo nuevo o el color de una pared. El cliente elige su baldosa o tarima favorita, la pieza física se coloca bajo el escáner del ordenador y se digitaliza. Un par de minutos de edición de imagen y la foto del salón de su casa tiene un nuevo suelo.

Así contado parece que Sprout está dirigido sobre todo al mundo del diseño, para conectar el mundo físico con el digital. Sin duda los 2.499 euros de su precio lo convierten en una herramienta profesional, poco apta para los que quieran juguetear con ella si no son aficionados acaudalados. Aunque lo cierto es que para los fanáticos de la impresión 3D esta máquina capaz de escanear un objeto (usando un complemento que ronda los 300 euros) y dejar listo un archivo para que una impresora 3D lo reproduzca. Así de sencillo. Después cada uno tiene que decidir cuánto valora la sencillez.

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