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UN PAÍS ENFRENTADO CON LA TECNOLOGÍA

¿Qué le pasa a Rusia con la libertad de expresión en internet?

Rusia ha aprobado una ley que obliga a identificarse personalmente a los blogueros con más de 3.000 visitas diarias. Pero no es la única tropelía de este país contra la libertad de expresión online.

Putin, el rostro de la censura rusa

Putin, el rostro de la censura rusa TecnoXplora

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Desde la llegada de internet, pocos son los países cuyos Gobiernos, en un momento u otro, no han intentado limitar la libertad de expresión de sus ciudadanos en la Red. Con excusas más o menos trabajadas, y casi siempre argumentando razones de seguridad nacional, casi todos ven en la Red una bomba de relojería. Y, antes de que explote, prefieren desactivarla.

Uno de los países más polémicos en este sentido es Rusia, que últimamente está llevando a cabo acciones difícilmente justificables desde el ámbito de los derechos humanos y, más concretamente, de la libertad de expresión en el terreno de lo online. A finales del mes pasado, el Gobierno ruso aprobó una ley que obliga a todos los blogueros que superen las 3.000 visitas diarias a identificarse de manera personal en su propia web y ante un registro oficial del Gobierno.

Además, el Ejecutivo de Vladimir Putin les ha prohibido “usar lenguaje obsceno” y les obliga a que sus propios usuarios y comentaristas también eviten este tipo de lenguaje. En caso de incumplimiento, los blogueros se exponen a multas de entre 100 y 500 euros.

La medida, aparte de polémica, parece verdaderamente absurda, ya que solo se aplica a las webs que estén hospedadas en Rusia, con lo que los blogueros lo tienen tan fácil como cambiar el hosting de su bitácora.

Ofensiva contra el 'Facebook ruso'

Este es el último caso de coacción en internet por parte del Gobierno ruso, pero ni mucho menos el más sangrante. A principios de año se aprobó otra polémica ley que permite al Ejecutivo cerrar toda aquella web que considere “extremista” o que convoque a sus usuarios a reuniones públicas no autorizadas. Esta cuestionable decisión se suma a varios hechos recientes de la misma índole, como las pertinentes luchas con VK, el 'Facebook ruso', al que el Gobierno quiso obligar a cerrar todos aquellos grupos online administrados por diversos grupos de oposición a Putin.

Las presiones contra VK llegaron a un punto tal que su creador, Pavel Durov, tuvo que vender la empresa y dejarla en manos de grupos afines al propio Putin. A día de hoy, Durov es poco menos que un apestado y ha tenido que abandonar Rusia.

Skype, Gmail y Hotmail, “una amenaza a gran escala”

A Rusia tampoco le hacen mucha gracia algunas grandes plataformas tecnológicas que escapan de su control. En 2009, el servicio de seguridad ruso (FSB, antigua KGB) aseguró que los servicios ofrecidos por Skype, Gmail y Hotmail constituían “una amenaza a gran escala para la seguridad nacional”, con lo que inició los procedimientos para su bloqueo.

En realidad, la única amenaza que representaban estan tres plataformas era para las principales compañías de telecomunicaciones rusas, que habían iniciado dicha campaña al observar la evolución de las llamadas gratuitas a través de internet. Los planes de bloqueo estuvieron en el aire hasta 2011, cuando el Gobierno desestimó llevarlo a cabo ante las presiones internacionales.

Son algunos ejemplos, pero hay muchos más: bloqueos de páginas críticas con las leyes homófobas del Gobierno, criminalización de los usuarios de P2P, ataques a Twitter y Facebook... En esto de internet, el Gobierno ruso tiene para todos.

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