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LO QUE PUDO SER... Y NO ESTÁ SIENDO

Larga muerte a código QR: una tecnología innovadora… que (casi) nadie utiliza

Cuando aparecieron los códigos QR, a todos nos parecieron una auténtica revolución. Sin embargo, sé sincero: ¿acaso los usas?

Los códigos QR ya no los usa ni el tato

Los códigos QR ya no los usa ni el tato TecnoXplora

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En plena época de expansión tecnológica, raro es el año que no surgen dos o tres nuevas tendencias que se nos presentan como el futuro más inmediato en la tecnología de consumo. Sin embargo, como ya sabemos, las predicciones tecnológicas no siempre son acertadas.

Una de aquellas predicciones futuristas fue el código QR, una tecnología desarrollada en 1994 pero que alcanzó una mayor difusión hace pocos años. El aparentemente sencillo uso de esta tecnología (escaneo de un código que te lleva a un enlace externo) parecía aventurarnos largos años de uso, pero no fue así.

Una tecnología aparentemente sencilla... pero realmente engorrosa

El código QR se presentaba a los usuarios de todo el mundo como la conexión perfecta entre el mundo offline y el online. Sin embargo, pese a las evidentes ventajas que este código representaba frente a otros modelos obsoletos como los códigos de barras, la cosa no acabó de convencer a casi nadie.

La primera barrera era que el código QR no venía solo: para poder leerlo y descodificarlo, había que tener una aplicación que lo hiciera. No parece que eso tuviera por qué entrañar demasiado problema, pero si tenemos en cuenta que lo que intenta pregonar el código es la inmediatez más absoluta, añadirle el uso de una aplicación complicó bastante la cosa.

Si a eso le añadimos que el proceso no era lo más intituivo del mundo precisamente, el resultado estaba claro: el uso de estos códigos rara vez pasa de lo anecdótico o puntual.

A las empresas les gusta, pero no lo usan

Unos de los primeros agentes sociales en entusiasmarse con esto de los códigos QR fueron las empresas, que vieron en él una imperdible posibilidad de generar impactos publicitarios y enlazar rápidamente esos impactos con el segundo paso dentro del proceso de marketing. Y así lo revelan las estadísticas: según el II Estudio sobre el uso de los códigos QR en las empresas españolas, pese a que el 91,4% los considera una herramienta útil, lo cierto es que solo el 10,5% lo integra dentro de sus estrategias de marketing.

Y dentro de ese pequeño porcentaje que los usa, la inmensa mayoría lo hace de manera errónea: según el estudio, el 45,2% de los códigos QR empleados en campañas de marketing dirigen a páginas web que ni siquiera están adaptadas para su navegación desde un dispositivo móvil.

Pero entonces, ¿por qué los usan? Si casi ninguna empresa lo hace de forma eficiente, ¿por qué recurren a ellos de manera tan frecuente? La respuesta roza el esnobismo, ya que, según el estudio, el 82,4% solo emplea códigos QR para transmitir una imagen de modernidad y vanguardia. De hecho, el 70,6% solo le ve una única (y futil) utilidad: diferenciarse de su competencia. Pero de aumentar ventas, ni hablar.

Desbancado por el NFC y la realidad aumentada

Otro punto en contra de los códigos QR es que enseguida encontraron tecnologías competidoras que, además, resultaban visiblemente más atractivas y sencillas de usar. El caso más evidente es el del NFC (Near Field Communication), un sistema de comunicación entre pares (P2P) que permite a varios dispositivos conectarse entre sí.

Es cierto que la tecnología NFC, pese a estar integrada en casi todos los nuevos smartphone, aún tiene un uso muy residual. Sin embargo, la multitud de aplicaciones y usos posibles hace que esta tecnología sí parezca destinada, por ejemplo, al intercambio de archivos entre teléfonos o, sobre todo, al pago móvil.

Mientras tanto, el código QR tendrá que ir asumiento su lenta desaparición... o soñar con convertirse en tendencia 'retro' para ser usado de nuevo.

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