En Japón se podrá pagar con la huella dactilar (sin smartphone)

Hace tiempo que los pagos móviles están llegando. Desde hace varios años se habla de NFC, las tarjetas de crédito y débito ya permiten hacer pagos inalámbricos y han aparecido opciones como Apple Pay, Android Pay o Samsung Pay. En Japón han dado un paso más allá. En verano introducirán un sistema para que se pueda pagar en comercios y en hoteles únicamente con la huella dactilar, es decir, con el dedo.

Está orientado al turismo, con el fin de que los visitantes no tengan que cambiar dinero y puedan evitarse los impuestos locales en algunas de sus compras. El sistema empezará con 300 tiendas de souvenirs, hoteles y restaurantes, sitios populares entre los turistas. Está previsto que esta prueba se expanda si los resultados son positivos.

El turista tendrá que registrar su huella dactilar en el aeropuerto o en otro lugar habilitado, donde también dará los datos de su tarjeta de crédito y otros detalles personales. A partir de ahí podrá pagar verificando su identidad con la huella dactilar. El sistema también podrá servir como sustituto del pasaporte cuando se necesite presentar documentación oficial.

Se trata de un experimento de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020. Japón espera que unos 40 millones de turistas visiten su capital este año y quiere dotar a la ciudad de los servicios más sofisticados.

De paso, el sistema servirá para recolectar una gran montaña de datos de los turistas, que se podrán analizar para determinar cuáles son sus hábitos. La información les podrá resultar útil a las autoridades cuando quieran establecer normas relativas al turismo.

Resquemores y reticencias

Una de las preocupaciones que tienen los creadores del sistema es que los turistas se nieguen a dar sus datos personales y su huella dactilar a las autoridades niponas. Después de todo hasta ahora la huella dactilar solo la compartimos con nuestros smartphone (si tiene sensor y si nos da la gana hacerlo) y con la policía, al hacerte el DNI o si te detienen, claro.

¿Por qué iba un turista que va a pasar dos semanas en Tokio, Kioto y Osaka a prestar su huella dactilar a las autoridades japonesas solo para tener la comodidad de pagar en ciertos sitios? Porque no sería en todos. Ese cuchitril de restaurante tan auténtico que está en aquella calle estrecha y deslavazada, donde ponen la mejor comida tradicional y del que poca gente ha oído hablar, no tendrá para pagar con la huella. Tampoco contará con el nuevo sistema un bar cualquiera en el que entres a tomar una cerveza o un café.

Aparte de la cuestión de la privacidad y la –solamente– relativa utilidad que tendrá el sistema, el tema de la seguridad también puede levantar inquietud. Y es que si ante un ataque informático se produce una filtración de datos masiva, las huellas dactilares de un buen montón de usuarios pueden quedar al descubierto. Esto significa que para todas estas personas, su huella dactilar ya no es un parámetro seguro, pues el dibujo de la huella es el que es y no se puede cambiar.