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MÚSICA EN STREAMING DE LA MANO DE JAY Z

Tidal: la historia de una humilde 'startup' europea convertida en un gigante de la música

Si aún había alguna duda de que el mundo de la música y el de las ‘startups’ tecnológicas tienen una estrecha relación, Jay Z las despejó todas en 2015 con la adquisición de Tidal. El rapero estadounidense se hizo con este servicio de música por 'streaming' con el propósito de plantar cara a grandes rivales como Spotify. Ahora, los gigantes tecnológicos se pelean por hacerse con esta plataforma.

Tidal

Tidal Agencias

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La industria de la música está cambiado de forma drástica. Si antes los vinilos, casetes o discos se amontonaban en casa, ahora se acumulan en la memoria de nuestro 'smartphone' las canciones de los artistas que solemos escuchar. La tecnología ha jugado un papel clave en esta transformación y cada vez son más quienes quieren llevar hasta nuestros oídos la música que nos acompañe al trabajo, en el coche o en el gimnasio.

También son muchos los empresarios que han movido ficha para lograr posicionarse en este nuevo escenario, con mayor o menor fortuna. Sirva como ejemplo el rapero estadounidense Jay Z y su apuesta por Tidal.

A principios de 2015, el rapero estadounidense ofreció 56 millones de dólares (51 millones de euros) al CEO de Aspiro, Andy Chen, para hacerse con el servicio de música en 'streaming' que había desarrollado la firma escandinava. La compañía había logrado hacerse un hueco en el mercado apostando por los juegos interactivos, los tonos de llamada y los horóscopos en los orígenes de los móviles con conexión a internet. Para ello, habían establecido alianzas con grandes gigantes tecnológicos como Ericsson y Nokia, lo que les permitió llegar a muchos más usuarios.

WiMP

Los buenos resultados llevaron a la empresa a poner en marcha un servicio de música por 'streaming'. Junto a Platekompaniet, una cadena noruega de venta de CDs y DVDs, Aspiro lanzó al mercado en 2010 WiMP, lo que representaba la decisión empresarial más importante y arriesgada que había tomado la compañía. De esta plataforma destacaban la alta calidad de audio y la velocidad de transmisión, que era superior a la de competidores como Rdio o Spotify.

En sus inicios, y estando presente solamente en Europa, este servicio se convirtió en todo un éxito. Parte de culpa la tuvieron, como ya había ocurrido con otros productos, los acuerdos que Aspiro alcanzó con empresas de telecomunicaciones y fabricantes de 'hardware'. Esto les permitió atraer a nuevos clientes a probar WiMP. Eso sí, en lugares de habla inglesa, así que la compañía escandinava decidió cambiar el nombre por la dificultad que entrañaba su pronunciación y apostar por Tidal.

Aunque todo parecía marchar sobre ruedas, a finales de 2014 la situación dio un giro inesperado: el informe financiero vino a demostrar que las arcas de Aspiro estaban vacías y la dirección de la empresa estaba barajando distintas salidas para mejorar ese sombrío escenario económico, pues no estaba garantizada la financiación de sus actividades para el siguiente año. Fue entonces cuando apareció Jay Z como el salvador.

El músico norteamericano, por medio de su empresa Project Panther Bidco Ltd., hizo una jugosa oferta a Aspiro para hacerse con WiMP/Tidal. La firma sueca no se lo pensó dos veces y aceptó, asombrada de las palabras que dedicó Jay Z en la rueda de prensa y en el comunicado que emitió para anunciar la adquisición. El rapero aseguró que era “una empresa innovadora de alta calidad con un gran potencial de crecimiento futuro”.

Por disparatado que parezca, el rapero tenía el firme propósito de plantar cara con Tidal a cualquier competidor del mercado. Desde Spotify hasta Google Play o al recién llegado Apple Music. Para ello, no tuvo el más mínimo reparo en utilizar su influencia en el mundo de la música y reunir a un gran elenco de artistas que quisieron prestar su apoyo para que Tidal se convirtiera en el principal servicio de música por 'streaming' a nivel mundial.

Los primeros problemas

Cantantes y bandas como Madonna, Rihanna, Coldplay, Beyoncé, Daft Punk, Calvin Harris, Nicki Minaj o Kanye West quisieron mostrar su apoyo al nuevo proyecto de Jay Z y brindaron con él durante la presentación de esta nueva etapa de Tidal.

Eso sí, el motivo que empujó a todos estos artistas a sumarse a la campaña no fue solamente la amistad que les unía al promotor y nuevo dueño de la firma. Lo que el rapero norteamericano les ofreció fue una mayor cuantía de dinero respecto al que recibían por parte de otras plataformas.

Para cumplir con sus promesas, los precios con los que Tidal llegó al mercado estaban muy por encima del resto de servicios. La suscripción costaba en los 19,99 dólares (más de 18 euros), lo que provocó que su aplicación cayera estrepitosamente en la lista de descargas de la App Store de Apple.

Por si esto fuera poco, su lanzamiento coincidió con la presentación por parte de la firma de la manzana mordida de su propio servicio de música por 'streaming', Apple Music, lo que hizo aún más competitivo este escenario.

El nuevo panorama provocó movimientos inesperados dentro de la propia compañía: se produjeron multitud de cambios en los puestos directivos y el ambiente empeoró. Hasta tal punto ha llegado la situación que el pasado mes de octubre captaron la imagen de Jay Z saliendo de las oficinas de Samsung en Silicon Valley. Al parecer, el gigante tecnológico asiático estaría tratando de adquirir la firma para así tener su propio servicio de música por 'streaming'. Pero no es el único.

Los últimos rumores apuntan que, además de la firma coreana, Google e incluso Spotify estarían interesados en hacerse con Tidal. Después de reflotarlo cuando hacía aguas, todo parece indicar que Jay Z estaría pensando en abandonar el barco.

Aprovechando la tecnología de una humilde 'startup' sueca, este músico y empresario logró intimidar a gigantes como Spotify o Apple a base de influencias y, por supuesto, de chequera. Pero la estrategia no parece haber surtido efecto. En un terreno tan competitivo, el rapero estadounidense no ha salido bien parado.

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