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LO DECIDIRÁ EL CEPILLO DE DIENTES

Prediciendo la siguiente empresa que caerá en manos de Google

Netflix y Spotify son las que tienen más papeletas, al menos si basamos el análisis en el historial de compras del gigante con sede en Mountain View. Analizando la cartera de adquisiciones de Google se pueden sacar interesantes conclusiones sobre su estrategia habitual y hacer predicciones de futuro.

El gigante tecnológico, Google

El gigante tecnológico, Google EFE

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“¿Es algo que usarás una o dos veces al día y que mejora tu vida?”. La respuesta a esta sencilla pregunta, conocida como el test del cepillo de dientes ('toothbrush test' en la lengua de Shakespeare), es mucho más importante para Larry Page que cualquier informe, cuenta de resultados o balance que pueda presentar una empresa candidata a formar parte de Google.

El cofundador y consejero delegado del gigante tecnológico valora la utilidad de los bienes y servicios que ofrece una potencial adquisición muy por encima de los criterios económicos tradicionales. El largo plazo le importa más que el beneficio y las ganancias a corto.

Cuando detecta una de esas compañías capaces de pasar el test, no duda en rascarse el bolsillo: cifras de escándalo, que a menudo superan con creces el valor de la empresa objetivo, salen de las arcas de Google y convierten a un nuevo CEO en multimillonario y a una nueva startup en unicornio.

Apps para todos los gustos seleccionadas por Google

Tirando de historial, la startup británica Aptitude ha osado predecir las próximas adquisiciones de Google, e incluso lo que costarían, en base a las mayores compras que hizo la multinacional en el pasado.

Dos nombres están sobre la mesa: Netflix y Spotify. También dos precios: 30.000 millones de dólares (más de 26.500 millones de euros) por la plataforma de vídeo en 'streaming' y 10.000 millones de dólares (más de 8.860 millones de euros) por su equivalente musical.

Ambas pasan el test del cepillo de dientes sin problemas, desde luego, pero tienen otros 'pros' y 'contras' que señala la 'startup'. Por el lado positivo, ambas tienen una potente base de suscriptores y acuerdos muy valiosos con los principales actores de la industria (del cine y la televisión en el caso de Netflix, de las discográficas en el caso de Spotify). Han sabido implementar un modelo de negocio exitoso (la suscripción y las tarifas planas) donde había un sector en decadencia incapaz de renovarse.

En lo que respecta a los aspectos negativos, los 'contras', ambas son adquisiciones muy caras que se situarían en los primeros puestos del ranking de compras de Google, y ambas chocarían en cierto modo con servicios que ya forman parte de la multinacional (como Songza en el caso de la música).

Spotify, el servicio líder de música online

Mirando al pasado para ver el futuro

Contando solo diez de las adquisiciones más significativas y dejando de lado pequeñas startups que ha comprado o en las que ha invertido, el gigante de Mountain View ha destinado 24.500 millones de dólares (algo más de 21.700 millones de euros) a este tipo de acuerdos desde 1998.

Las más baratas de este 'top ten' de empresas que entraron a formar parte de Google son SkyBox (500 millones de dólares, más de 443 millones de euros) y Dropcam (555 millones de dólares, más de 491 millones de euros), ambas destinadas a reforzar las apuestas preexistentes de Google en el sector de los mapas y en la internet de las cosas.

En este último terreno, Dropcam, una empresa de seguridad y videovigilancia, venía a complementar la tecnología para la futura 'smart home' que Google ya se había asegurado con otra adquisición, la de NestLabs en enero de 2014 por 3.200 millones de dólares (más de 2.800 millones de euros). Termostatos inteligentes, detectores de humo conectados y artilugios similares se incorporaron al interminable catálogo de Google tras aquellas operaciones.

Un termostato inteligente, uno de los productos de Nest

En el 'ranking' de compras de la multinacional, elaborado por la 'startup' británica Aptitude, se incluyen también servicios como el desaparecido Postini (625 millones de dólares, más de 553 millones de euros), que sirvió en su momento para reforzar la seguridad de Gmail; la desarrolladora de 'software' vinculado con el sector viajes ITA Software (700 millones de dólares, más de 620 millones de euros); la plataforma de publicidad móvil AdMob (750 millones de dólares, más de 664 millones de euros) y la app de navegación GPS israelí Waze (996 millones de dólares, más de 882 millones de euros).

YouTube (1.650 millones de dólares, más de 1.460 millones de euros) y DoubleClick (3.100 millones de dólares, más de 2.747 millones de euros) ocupan, respectivamente, el cuarto y el tercer lugar de esta lista, por detrás de la citada NestLabs y de la mayor compra de Google hasta le fecha, una compañía por la que Google desembolsó más de la mitad de esos 24.500 millones de dólares en adquisiciones de calado.

Hablamos de Motorola, el fabricante de móviles de origen estadounidense por el que Google pagó 12.500 millones de dólares en 2011. Sus patentes, se decía, eran lo que más interesaba al gigante, que pretendía usarlas para defender a las empresas del ecosistema Android y fabricar sus propios terminales (la gama Nexus, cuyo último modelo hasta la fecha, el 6, es precisamente un Motorola, ahora en manos de Lenovo).

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