TecnoXplora » Internet » Empresas

LLEGA EL MOMENTO DE LA MONETIZACIÓN DEL PÁJARO AZUL

El negocio de Twitter está en tu salón: en una mano el mando de la tele, en la otra el móvil para tuitear

Primero consiguieron hacer su sistema más estable y evitar morir de éxito por sus frecuentes caídas. Después compraron empresas clave para mejorar su producto. Finalmente, Twitter se lanza a la monetización a través de la analítica aplicada a la televisión. Podría decirse que a Twitter se le ve el pajarito.

Logo de Twitter

Logo de Twitter antena3.com

Publicidad

Si hace unos años nos hubieran dicho que iban a sacar un chat en el que al principio nadie te lee y en el que sólo te dejan usar 140 caracteres hubiéramos pensado que el producto estaba abocado al fracaso. Sin embargo Twitter, con siete años de vida, ha conseguido superar los doscientos millones de usuarios activos y ser una especie de diario de acontecimientos vitales para el devenir del mundo.

El tuit de la reelección de Obama, la foto del avión accidentado en el río, el astronauta mandando actualizaciones desde fuera del planeta, la narración en directo de la primavera árabe y los movimientos indignados en todo el mundo... Pocas cosas importantes de estos últimos años no han pasado por este timeline global. Pero todo eso es el pasado.

¿Por dónde pasa el futuro inmediato? En los últimos tiempos la compañía se ha lanzado en plancha a la obtención de ingresos mediante tuits patrocinados y, presumiblemente, eso sea el principio. La compra en los últimos tiempos de algunas compañías de analítica, como Bluefin Labs o Lucky Sort, hace pensar que a corto plazo pudiera tenderse al análisis de temáticas empaquetado para empresas e instituciones: monitorización de reputación online de primera mano.

Pero esa es sólo una parte de la estrategia.

La primera parte de ese salto global que les ha permitido empezar la carrera de la monetización ha sido la estabilización de su servicio ¿Verdad que hace tiempo que no ves aparecer a la 'Fail whale'? Seguramente tampoco la eches de menos. Las caídas eran tan frecuentes tiempo atrás que hubiera resultado intentar sacar dinero por algo tan inestable.

Ahí empezaron las compras selectivas. Desde Dasient y Wishper Systems para mejorar su seguridad e intentar evitar los hackeos de cuentas -sin demasiado éxito por el momento-, hasta Ubalo para mejorar su back-end, pasando por Markana para desarrollos futuros.

A la vez que se mejoraba por dentro, se mejoró por fuera: nuevos perfiles con fotografías de fondo además del avatar, rediseños, nuevos recursos para desarrolladores y una flamante plataforma de vídeo comprada a golpe de talonario y que les causó algún dolor de cabeza en sus inicios al llenarse de pornografía. También adquirieron una de las mejores aplicaciones construidas a partir de su API, TweetDeck, y la integraron en sus servicios y se tragaron a Posterous, en la práctica un competidor que quedaba así desbancado. La guinda a esa mejora global del servicio a través de la integración de servicios interesantes había venido meses antes con la compra de Summyfy, que resumía y enviaba el contenido más interesante de varias redes sociales.

Un producto mejor y más estable, que empieza a generar algo de ingreso a través de tuits destacados que incluso hay ciudadanos dispuestos a pagar: llega el momento de lo demás. Y lo demás es ocio, porque ahí es donde quiere hacerse un hueco la empresa del pajarito.

Una parte ha sido el interés por comprar el servicio musical We are hunted para lanzar su Twitter Music (recién estrenada en España) y la start-up Spindle, centrada en acontecimientos de corte local.

El siguiente nivel: 'invadir' la tele

Pero donde Twitter ha descubierto un enorme potencial es en su papel como complemento al consumo televisivo, una de las industrias de comunicación donde más dinero se mueve. Y ha decidido atacar en todos los frentes: se ha hecho con Tendrr para analizar los gustos televisivos de su audiencia y añadir así un análisis aún más concreto a los análisis de tendencias de sus adquisiciones previas.

Bien pensado, ¿quién no ha estado viendo la televisión con el mando en una mano y el móvil en la otra, comentando -o rajando, que también- lo que nos ofrece la pantalla? Esa es la cuestión: en el momento en el que Twitter sea capaz de organizar, clasificar, empaquetar y analizar todos los mensajes que millones de espectadores televisivos comparten, eso puede valer millones para las televisiones, ávidas de saber qué piensa la gente sobre su programación.

Traducido: tus pensamientos, expresasdos, valen dinero ¿Y qué valor puede tener eso? Muchísimo. La industria televisiva, la mediática en general, se mueve por audiencias y repercusión. Y ahí está la clave.

¿Puede llegar a ser tan importante qué dice la gente de mi programa como lo es el número de espectadores que tenga? Aunque las mediciones por volumen no son todo lo que parecen, quizá ese sea el siguiente paso. La influencia de los programas televisivos en los tuits y viceversa ha demostrado ser un filón, según un estudio de Nielsen. Al tiempo.

Publicidad