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UN BAR PARA TRADICIONALES

El dueño de este bar ha construido una jaula de Faraday 'anti móviles' para su local

En este bar del condado de Sussex del Este, en la parte suroriental de Reino Unido, las ondas electromagnéticas –las que usan los smartphones para las llamadas y para conectarse a internet– no son bienvenidas.

Cerveza en un bar

Cerveza en un bar Thomas Hawk en flickr

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Puede ser el intento más original y concienzudo para que la gente no utilice el móvil en un establecimiento, y se ha puesto en marcha en un bar. En los cines o en el teatro se pide que se apaguen o se silencien, así como en templos y otros lugares, con el fin de evitar que un tono de llamada acuchille el silencio con impunidad: aquí directamente los hacen inútiles.

Como en un bar no se suele pedir a nadie que apague el móvil, la única forma de impedir su uso es muchas veces involuntaria: estar en un antro sin cobertura en el que a veces te estás tomando algo y no puedes subir tus selfies a Instagram ni recibes los WhatsApp de los amigos que llegan tarde. Sin embargo, al bar de Steve Tyler no le pasaba eso, para su desolación.

Los clientes tenían perfecta cobertura o al menos la suficiente como para estar pegados al móvil consultando las redes sociales o echando un ojo a algún vídeo de YouTube. Y esto no es lo que Tyler quería para su local. El dueño pensó que los clientes de su bar de cócteles, The Gin Tub, se merecían algo más, aunque ellos no lo supieran.

Harto de que la gente se quedara mirando la pantalla de su móvil, Steve ha construido una jaula de Faraday que aísle a The Gin Tub de la radiación electromagnética. Esto quiere decir que las ondas de radio, las que envía y recibe un smartphone para conectar con su operador y poder acceder tanto a llamadas como a servicios de internet, no pueden alcanzar el local.

Prohibido usar el móvil

Una jaula de Faraday es un espacio delimitado por una estructura metálica que impide el traspaso de ondas electromagnéticas. Cuando éstas alcanzan el borde de la jaula, los electrones del metal se agitan y crean un campo electromagnético opuesto al que ha impactado, con lo que cancela la radiación.

Como su nombre indica, debe su descubrimiento al físico británico Michael Faraday, que se topó con él por primera vez en 1836. Casi dos siglos después Steve ha instalado en las paredes y el techo de su bar una malla metálica capaz de inhibir la entrada de radiación electromagnética en el establecimiento.

El objetivo de Steve es que la gente deje de prestar atención a sus teléfonos y hablen entre ellos, socialicen, inviten a copas, liguen. Todas estas cosas para las que se han inventado los bares, vaya.

Además, The Gin Tub tiene más motivos que otros bares para querer que los clientes dejen de usar el móvil. Parte de su atractivo está en que sus mesas tienen teléfonos retro, aquellos con la marcación numérica circular, a través de los cuales puedes pedir bebida o comunicarte con otras mesas.

Y claro, si el establecimiento pone una vía de comunicación directa con esa mesa en la que están esa chica o chico tan guapos, o esa persona que mira al infinito de esa forma tan interesante, lo que no quiere el local es que tú te quedes mirando el móvil en vez de llamar con tu teléfono de marcación numérica circular. Gracias, Faraday.

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