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¿DESDE DÓNDE FACTURAN LAS TECNOLÓGICAS?

Cómo pedirle una factura a Google y encontrar seis millones de posibilidades en su buscador

Compro un e-book en Google Play para realizar el mismo experimento que con Amazon y Apple. Google me envia un recibo desde Irlanda. Cuando intento solicitar factura, tengo que indagar en su propio buscador. Hay seis millones de posibilidades. No soy el único que tiene este problema.

Sede de Google en Nueva York

Sede de Google en Nueva York EFE

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Después de tres semanas con esta tediosa serie de ‘¿Desde dónde facturan las tecnológicas?’, uno se imagina que, cuando eliges a Google, no te pasará lo mismo que sucedió con Amazon o con Apple.

No, hombre, es Google y, si es Google, la factura te la enviará ipso facto, y sin que se la solicites. Mírame a la cara y lee mis labios: NO.

Por partes. La secuencia fue la siguiente. Compro en Google Play un libro electrónico.  Lo repito porque es importante: compro un e-book. Pago con tarjeta y espero. Me llega inmediatamente el aviso del pago y... un recibo.

Vivimos en un mundo sin fronteras. No te engañes. El recibo de Google proviene de Irlanda, donde está ubicada una de sus filiales. Es un país de la Unión Europea donde se están ubicando muchas tecnológicas por ventajas fiscales. El e-book cuesta 2,84 euros, con IVA incluido de 0,53 euros.

Una vez que me llega el recibo, sigo en Google Play. Busco y rebusco la manera de requerir factura. Casi como un acto reflejo salgo de la tienda online y regreso al mismísimo buscador. Tecleo bajo el logo de Google:

Cómo pedir una factura en Google Play

No debo ser el único que se hace esa pregunta, porque el megabuscador me devuelve más de seis millones de resultados en menos de 0,44 segundos.

Descubro en una web un tutorial. Lo digo en serio. Hay clientes de Google que han creado tutoriales para pedirle una factura a Google. Como voy con prisas, sigo las instrucciones y accedo a un cuestionario dentro de Google Play.

Así es fácil, solicito la factura, doy mis datos y mi correo. ¿Cuánto puede tardar Google en responderme? De inmediato.

Una empleada de la empresa me comunica por correo electrónico que ella no me puede ayudar, porque tengo que solicitar factura en “otro cuestionario de solicitud”. Me insiste que debe ser en el de “compra de aplicaciones”.

Como tengo mucho, muchísimo, tiempo, me paso la mañana rebatiendo sus mails de negativa. Le digo que no he comprado “una aplicación”, sino un libro electrónico. Y me dice que, por eso, que su departamento solo lleva hardware; es decir, dispositivos como el Nexus.

Ah, eso sí, tras un pequeño rifirrafe de mails me remite a un enlace para que solicite la factura (es el mismo cuestionario, pero parece que ahora tengo que cliclar en el apartado “leer libros”).

“Puedes contactar con ellos a través de correo electrónico pinchando en el botón 'Envíanos un correo electrónico' o bien facilitando tu número de teléfono pinchando el botón 'Llámanos' y un agente se pondrá en contacto contigo lo antes posible.Te informo, además, que debes acceder a dicho enlace desde tu ordenador (el enlace no funcionará desde un teléfono móvil o tablet)”, me escribe la empleada de Google.

Envío el cuestionario de marras (el botón de ‘Llámanos’ no lo encuentro). Y, entonces, me llega el siguiente mensaje. Leelo, como yo, con ironía.

“Gracias por ponerte en contacto con el equipo de asistencia de Google Play. Esperamos que hayamos podido ayudarte a resolver el problema. Te estaríamos muy agradecidos si pudieras dedicar un minuto a responder a esta breve encuesta sobre tu experiencia con nosotros para poder mejorar nuestro servicio”

Google me envía, finalmente, ¿un cuestionario automático de satisfacción al cliente?

Por cierto, sigo esperando mi factura. Y ha pasado una semana desde la petición.

(CONTINUARÁ)

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