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FABRICACIÓN PERSONAL DE OBJETOS

Bienvenidos a la fábrica digital, los nuevos templos del siglo XXI

Imaginen que un humano del futuro pide que le expliquen la evolución de la fabricación personal de objetos en solo dos fotografías. La estampa del último tercio del XX mostraría a un hombre solo, en el garaje de casa, trabajando en su mesa de bricolaje. El paso al XXI llenaría la foto de aparatos digitales, en un local más amplio, donde a la vez trabajan otras personas.

Makespacemadrid

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Estos nuevos espacios son los fab labs, hackerspaces, techshops o makespaces. En todos desarrollan la fabricación digital y todos tienen en sus puntales la filosofía maker, pero hay algunas diferencias en su funcionamiento y de ahí sus distintos nombres. En Europa y EEUU hay cada vez más. Madrid, esta semana, estrena uno: Makespace Madrid.

Unos 70 socios fundadores aportaron el capital inicial para conseguir el local donde acudir a desarrollar sus proyectos de fabricación digital y las primeras máquinas. Muchas de ellas son donaciones. En el espacio impera la colaboración, la reutilización, el reciclaje y las filosofías de compartir herramientas y conocimientos porque de este modo, ‘aportando un poco, recibes mucho’.

Esta idea está también en la propia constitución del espacio. No había nada que inventar. Los cinco socios de los que partió la idea investigaron cómo funcionaban varios centros de fabricación digital en Europa y tomaron como modelo el makespace de Cambridge. “No vamos de visionarios. Nos hemos inspirado en uno que ya existe. Hay que aprender de lo que funciona e intentar mejorarlo y adaptarlo a lo que necesitas”, especifica César García, uno de socios de los que partió la iniciativa.

En lo que antes fue un taller mecánico hoy hay un escáner 3D, una impresora 3D, fresadoras, ordenadores, soldadores, lupas.... Les falta una de las máquinas “que más expectación despierta”, según García: la cortadora láser. Demasiado cara para comprarla y demasiado cara para donarla. La asociación sin ánimo de lucro recurrirá al crowdfounding para conseguirla y en breve lanzarán una campaña en Goteo.

Más de 600 personas se han interesado ya en formar parte de este makespace. El retrato robot del asociado aglutina a ingenieros, informáticos, expertos en tecnología y personas relacionadas con el arte. Los proyectos que más se ven por este lugar tienen que ver con la “electrónica, e-health y quantified self”, de acuerdo con García.

Estos espacios compaginan la vertiente individual (cada uno desarrolla su proyecto) con la social (colaboran, comparten información, piden ayuda, aprenden y enseñan a otros). “La idea es que la gente se anime a hacer sus propios objetos”, indica el maker. “Muchos vienen aquí porque encuentran personas con inquietudes similares. Hay perfiles muy distintos. Unos lo hacen como hobby. Otros quieren lanzar un proyecto personal. Otros son jubilados que quieren seguir aprendiendo... Es gente con mucha curiosidad y ganas de experimentar”.

En la filosofía más profunda del makespace prima el software libre sobre el privativo. “Libre siempre que sea posible porque nuestra idea es compartir el conocimiento”, indica García. “Aunque no es obligatorio. Cada uno puede usar lo que quiera”.

La idea de extender el conocimiento y “facilitar el acceso a la tecnología” se cuela en los horarios de uso del espacio. “Hemos pensado que durante unas horas a la semana sea un fab lab porque no hay ninguno en Madrid. La gente podrá venir a usar las máquinas y las herramientas sin ser socios ni pagar nada. Lo único que se pide a cambio es que compartan su conocimiento. Por ejemplo, si trabajan con un diseño para imprimir en 3D, deben dejar el fichero para la comunidad porque alguien puede utilizarlo o mejorarlo después”.

La unión de la cultura abierta y una actitud maker es más trascendente de lo que parece, según el fundador. “Muchos estándares abiertos están definiendo lo que hacen las marcas. Antes una compañía hacía lo que quería. Ahora empiezan a tener en cuenta los desarrollos de las comunidades abiertas porque si no, se pueden quedar fuera. Intel, por ejemplo, ha colaborado con Arduino para lanzar su nueva placa Galileo”.

Pst... Hombre del futuro, hay una tercera foto que muestra un detalle. En el makespace, junto a la impresora 3D y los ordenadores, hay un serrucho. “La fabricación digital todavía, como dice un amigo mío, consiste en pulsar un botón y después lijar”.

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