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QUE TODO PASE POR EL MÓVIL, HUELLA DACTILAR COMO PIN O APPS PARA GOOGLE GLASS

Los bancos quieren seducir a los jóvenes millennials, como hicieron con sus padres

Los jóvenes cada vez se sienten menos atraídos por los bancos tradicionales, así que las entidades van a tener que ir en su búsqueda. ¿Cómo? Con políticas de innovación y seducción, como éstas, aunque ninguna se impone como estándar.

La biometría puede hacer que olvidemos el PIN de nuestra tarjeta

La biometría puede hacer que olvidemos el PIN de nuestra tarjeta isherwoodchris en Flicrk bajo licencia CC

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El que tiene un móvil en el bolsillo tiene dinero. Con esto no nos referimos a que los smartphones valgan una pasta, que también, sino que tener uno de ellos todo el día nos convierte en compradores potenciales.

Las oficinas físicas de los bancos, que en tiempos post-burbuja han reducido su número considerablemente, han quedado como lugares extraños para las nuevas generaciones, acostumbradas a hacer todo a través de internet. Los grandes bancos ya pueden ir comiéndose la cabeza para atraerlos a su redil.

El dinero físico va a ir quedando como algo residual, pero ahora parece que el objetivo es acabar “con ese trozo de plástico que existe desde hace décadas”, tal como se refirió Tim Cook, CEO de Apple, a las tarjetas de crédito cuando presentó su sistema de de pagos de la compañía para el nuevo iPhone

Para llegar a este punto, queda mucho camino, ya que a pesar de los esfuerzos de fabricantes y empresas tecnológicas los pagos mediante el móvil están en una primera fase. Hay algunas otras alternativas mediante NFC, incluido Apple Pay, pero no hay uniformidad ni la infraestructura necesaria para que se generalicen.

Apple, Google y Facebook han hecho sus intentos de repartirse el pastel, a pesar de la existencia del gigante Paypal. Seguramente, en ellos estén algunas de las respuestas, porque los jóvenes los reconocen como algo más suyo que cualquier banco o entidad de tarjetas de crédito.

Mayor seguridad y fin de las contraseñas

Realizar las mismas operaciones que hemos hecho por otros canales (transferencias, pagos de recibos o gestión de cuentas) no es suficiente para atraer a los millennials. Podríamos poner ejemplos como una contratación online completamente segura o la posibilidad de poder pedir financiación desde el mismo móvil sin ningún impedimento.

MasterCard ha presentado, recientemente, sus planes para eliminar las contraseñas de verificación, esas que son un tostón aunque uses una tarjeta Contactless, una tecnología que por fin está teniendo bastante aceptación de los bancos. Algunos incluso han desarrollado una pulsera para facilitar estos pagos

Sus planes van en la onda del Touch ID de Apple: el uso de sistemas biométricos como la huella dactilar. Esperemos que esto se pueda llegar a implantar sin las restricciones del sistema operativo de los de Cupertino. También quieren desarrollar aplicaciones de reconocimiento facial y de voz e incluso una pulsera para autenticar a través de nuestro ritmo cardiaco.

El Banco Santander ha implantado en Brasil en 200 oficinas soluciones biométricas en ventanillas y cajeros. De momento, los clientes utilizan la tarjeta y el PIN habitual, pero confirman las extracciones de dinero con su huella dactilar. En un futuro, permitirán que con este último paso se puedan sacar cantidades inferiores a 500 euros.

Adelantarse al futuro: bancos y wearables

Sin el apoyo de los bancos y las operadores telefónicas, es complicado que las soluciones de otros se impongan, pero un buen paso puede ser no quedarse viéndolas venir. La apuesta de Caixabank, premiado como banco más innovador tecnológicamente, es por los wearables... antes de que el reloj inteligente de Apple salga al mercado.

El banco catalán ya tiene aplicaciones para Google Glass, con funciones básicas como seguimiento de valores o búsqueda de oficinas, e incluso para Android Wear. En octubre, realizaron una hackathon para buscar ideas innovadoras para aplicaciones para la tecnología 'de llevar o vestir'. La ganadora fue una que ofrecía la posibilidad de controlar la banca móvil mediante voz, sin necesidad de teclear nada en el teléfono.

Ahora le queda proponer ideas o innovaciones al resto de la banca. La guerra por estar en el bolsillo de los jóvenes antes que un competidor ya ha comenzado. Las entidades financieras quieren convencer a las nuevas generaciones de que son capaces de ser su banco, como lo fueron de sus padres.

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