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POCA GENTE EXPLOTA LAS POSIBILIDADES DEL CHIP... Y HAY MÁS

Cosas que no haces con tu DNI y cosas que se podrían hacer y asustan un poco

Nos gastamos una millonada en un cambio tecnológico con muchísimas posibilidades de las que no usamos casi ninguna. Y, puestos a imaginar, aún se le podrían sacar muchos más usos al DNIe.. aunque algunos dan un poco de miedo.

DNI electrónico

DNI electrónico Ministerio del Interior

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Siete años y más de cien millones de euros después, los españoles siguen usando el DNI para más o menos lo mismo que lo usaban antes. El 'detalle' es que en este tiempo la enorme mayoría de los ciudadanos ha cambiado la vieja tarjeta anaranjada y plastificada por el DNI de tono amarillo-azulado con un chip electrónico que, supuestamente, iba a revolucionar nuestra vida.

En el chip de marras, y bajo encriptación segura de identidad a manos de la Casa de Moneda y Timbre del Estado, están nuestros datos: afiliación, fotografía, certificado digital de identidad y escaneado de huella dactilar. ¿Para qué se podría usar todo eso?

A grandes rasgos ese chip nos permite autentificarnos de forma segura en internet. Con un tarjetero USB -que algunos ordenadores ya incluyen de serie- y un software descargable aquí se supone que podemos operar con la Administración sin necesidad de ir a las oficinas. En mayor o menor medida, y dependiendo del grado de desarrollo de la digitalización de cada oficina, los trámites con Hacienda (pedir, modificar, consultar y enviar borradores, por ejemplo), con la Seguridad Social (pedir o apotar documentación, tramitar en línea) o con el SEPE, antes llamado INEM. Así con la mayoría de instituciones oficiales.

Además de todo esto, con ese chip podemos identificarnos de forma oficial desde casa, como si firmáramos ante notario y de forma vinculante. Hay, además, empresas que han habilitado la identificación por DNIe para hacer transacciones económicas, como muchos bancos, algunas emisoras de billetes, e incluso se trabajaba en el desarrollo de plataformas para firmar digitalmente contratos entre particulares.

Hasta aquí lo bueno. Lo malo, que casi nadie hace nada de todo esto, con el inmenso ahorro de tiempo y dinero que supondría en muchos casos... y con la cara inversión que suposo en su día.

La cosa es que, además de todo lo que se puede hacer, en el chip caben aún más cosas que podrían facilitarnos la vida.

Imagina por ejemplo que en el DNIe se incluyeran también otros datos oficiales para su rápido acceso: tu número de la Seguridad Social, tu carnet de conducir o tu tarjeta sanitaria, y que ya de paso ésta sirviera en todas las autonomías del país y en toda la Unión Europea sin más que tu DNI. Y, claro, tu pasaporte. Todo en una tarjeta, mejor dicho, en el chip de tu DNIe.

Por poder, la tecnología actual permitiría usar tu DNIe para firmar compras de forma presencial o telemática, incluso para loguearte en cuentas online (GMail, Facebook, Twitter...). Imagínate el escenario: el fin de las suplantaciones y, de paso, del anonimato digital. De hecho, podría fijarse un estándar para usar el DNIe como tarjeta de conexión necesaria para cualquier inicio de sesión en cualquier ordenador.

Incluso podríamos dibujar otros usos en el mundo real más allá de los ordenadores y la conexión a internet: usar la tarjeta en los tornos de identificación (instituciones oficiales, edificios públicos vigilados o el torno de tu empresa y las redes de transporte público).

En la vertiente económica de la tarjeta se podría vincular con tus tarjetas de crédito, habilitarla como monedero seguro o hacer que fuera necesario pagar por internet con ella y no con los códigos de seguridad del banco. Podría convertirse en tu billetera particular o, puestos a imaginar, la llave única de acceso a un espacio virtual donde almacenes documentos importantes, una especie de caja fuerte en la nube supersegura con cosas como imágenes, recibos, curriculum vitae, perfiles sociales, archivos importantes...

Todo esto, que no deja de serun conjunto de posibles aplicaciones que podrían ponerse en marcha para intentar rentabilizar la inversión hecha a través de generalizar el uso de la tecnología, asusta bastante. De hecho, en ese chip hay gran parte de tu información... o al menos están las llaves necesarias para conseguirla. Y podría haber mucha más.

Pero si hay un terreno donde sí podría darse una absoluta revolución es el del voto electrónico. Incluir datos censales y encriptación permitiría votar desde casa, lo cual podría facilitar la participación en procesos electorales, pero también abriría la puerta a generalizar la participación ciudadana en muchas de las decisiones del Ejecutivo. Imagina el ahorro de costes que esto supondría y las posibilidades de habilitar consultas, vinculantes o no, sobre leyes concretas, propuestas o mociones. Lo malo, eso sí, que el voto llevaría una 'firma' que podría acabar con el secreto que sustenta el sistema democrático libre.

Hacienda, empleo, Seguridad Social, Tráfico, censo, cuentas bancarias, billetes, archivos.. Todo eso cabría en tu DNIe. Y a ti ¿te gusta la idea?

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