Los coches de Street View medirán la polución en las ciudades

Los coches de Street View han saltado a los medios de comunicación no pocas veces. Desde las polémicas relacionadas con la privacidad, donde algunos usuarios quisieron borrar su casa de los mapas en primera persona de Google, hasta las curiosidades que a lo largo de los años han capturado los coches con sus cámaras de 360 grados.

En esta última ocasión se trata de una asociación entre la compañía de Mountain View y una startup de San Francisco, que permitirá medir los niveles de polución en las calles a medida que los vehículos hacen sus fotos.

La startup se llama Aclima y su trabajo se enfoca a desarrollar tecnologías que miden la calidad del aire. El acuerdo con Google incluye instalación de sensores en sus coches de Street View, de manera que estos recorrerán calles y carreteras fotografiando a diestro y siniestro, pero también detectando los niveles de polución en cada punto.

El objetivo final no es otro que establecer mapas urbanos de la calidad del aire (en las zonas de campo la idea pierde sentido). Ya se hicieron pruebas el año pasado en la ciudad de Denver, donde tres coches de Street View se liaron a recolectar datos sobre la calidad del aire en 150 millones de puntos. Aparte de esto seguirían haciendo sus fotos, pero lo novedoso es que fueron capaces de monitorizar diferentes partes de la ciudad con este método.

Google y Aclima van a empezar un programa piloto que peinará toda el área de la bahía de San Francisco durante el próximo año. Más o menos lo que hicieron en Denver, pero en esta ocasión en una zona más amplia. Sin duda la idea es extender la medición del aire a diferentes ciudades en Estados Unidos y de ahí, como suele ocurrir con los servicios nuevos, saltar a otros países. Ni que decir tiene Google Maps es el candidato perfecto para mostrar la información recogida al gran público.

La unión entre Street View y Aclima se ve complementada por otro actor, como es la Enviromental Protection Agency de Estados Unidos, institución encargada de proteger el medio ambiente y vigilar los problemas de salud causados por el deterioro de éste. La agencia estadounidense mide actualmente la calidad del aire con ayuda de equipos fijos, con lo que contar con sensores móviles que analicen la polución dinámicamente es todo un caramelo.

Los mapas que pueden salir de esta asociación se prestarán al uso por parte de científicos, autoridades locales, gobiernos a nivel nacional, empresas y, por supuesto, ciudadanos, que es la idea del proyecto.

Ante la pregunta de para qué diantres quiere saber el ciudadano de a pie en qué medida se está intoxicando con el aire de su ciudad o de su barrio, las respuestas son múltiples.

A bote pronto la calidad del aire podría ser un factor a tener en cuenta a la hora de vivir en un barrio o en otro, como ahora lo es, por ejemplo, la presencia de zonas verdes. Evidentemente, en cuanto las inmobiliarias se den cuenta de que la calidad el aire empieza a importarle a alguien pasará a ser un factor a tener en cuenta a la hora de elevar los precios de alquiler y compra.

Desde Aclima proponen un motivo más idealista, pero que no deja de ser pragmático: en cuanto la gente se entere de los niveles de contaminación del aire presionará para que sus gobiernos locales mejoren la situación. Hasta entonces en Madrid –por solidaridad con otras muchas ciudades– seguimos respirando humo.