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¿Por qué el chantaje, las vejaciones y el acoso no se ven 'tan' graves en la red?

Amenazas, injurias, calumnias y vejaciones constituyen más del 20% de los delitos denunciados a través de la Red. Por el momento, no se consideran preocupantes, pero sigue en aumento su frecuencia y la impunidad con la que creen actuar sus autores.

Arruinar vidas nunca fue tan fácil como en la red

Arruinar vidas nunca fue tan fácil como en la red Tecnoxplora

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Los datos sobre los costes medios totales de la ciberdelincuencia o los ciberincidentes son una fácil multiplicación: si 10.000 víctimas denuncian haber pagado 300 euros por desencriptar su ordenador secuestrado, el coste estimado será de 3.000.000 millones de euros.

Pero si hablamos de amenazas, acoso (ciberbullying), chantaje, vejaciones, injurias, calumnias, descubrimiento y revelación de secretos con el acceso no consentido a información o documentos ajenos y posterior difusión, daño reputacional empresarial, etc. ¿Qué cifras multiplicamos? ¿Qué factores influyen a la hora de valorar su gravedad? En un futuro se podrá evaluar, pero de momento no hay criterio uniforme y aceptado por todos para hacerlo.

Los ciberdelincuentes se profesionalizan, y no sólo para cometer ataques, robar claves y contraseñas, datos personales o diseñar códigos dañinos para móviles. También evolucionan en el acoso, el insulto y la humillación. Chantaje, extorsión y comportamientos más agresivos y violentos.

El sufrimiento y el daño personal, público o reputacional no tiene múltiplos
¿Qué factores se multiplican cuando hablamos del sufrimiento de una víctima?

El usuario, que cree haber encontrado por Facebook al amor de su vida, pone a grabar una webcam indiscreta a petición de su "nuevo amor". Sexo explícito y un mensaje aterrador de su "amor platónico", que se ha convertido en un maromo agresivo que le solicita dinero a cambio de no publicar ese vídeo.

Una menor que se ve obligada a cambiar de colegio y que necesita atención psicológica por culpa de un/a desalmad@ que ha creado un grupo en Facebook con el título "Miren a la gorda que se ve guapa".

Una empresa que pierde el control de su cuenta corporativa con miles de seguidores, y cuyo secuestrador publica porno y descalificaciones constantes hacia empresas competidoras. Entonces, el "coste medio" de la ciberdelincuencia pasa a un segundo plano.

La agonía de una víctima que no sabe cómo poner fin a su angustia y a las humillaciones públicas del delincuente, que aprovecha el anonimato que le proporcionan las redes sociales para destruir vidas públicas ajenas.

Puede ser que reportes tu caso a las redes sociales y que no vean tan grave tu caso como para retirar las cuentas y facilitar esa información a las fuerzas y cuerpos de seguridad para sean investigados. Y ahora,  ¿qué? Tu única opción será denunciar y someterte a largos procesos legales si quieres saber quién está detrás de todo tu sufrimiento. Ahí te las veas con los acosadores, mientras vives tus días con angustia e impotencia y sin saber si tu calvario tendrá fin.

Las heridas físicas cierran mucho antes que las psicológicas
La mentalidad del miedo al cadáver o a la sangre, la entidad del resultado es muy difícil de valorar. En la Red no es grave el agónico suicidio de un menor porque es víctima de ciberbulling, ni siquiera lo es la desaparición de una persona, menos lo será el escarnio social. Personas que deben o se llegan a plantear abandonar su trabajo por el daño que han sufrido o está sufriendo su imagen pública: no hay que ser necesariamente "famoso", todos tenemos derecho a una reputación pública, aunque sea en un reducido entorno personal y familiar. Derecho a ser nosotros mismos, y a utilizar las redes sociales como medio de expresión libre sin que nadie nos amargue, literalmente, la existencia.

El comentario, el perfil o la información sensible en la Red no es un cadáver que arrastrar
Quiero que tengas presente que la investigación "virtual" es distinta a la del mundo físico: hay muchas diferencias. Una de ellas, y quizá la más importante, es que las pruebas del delito pueden ser eliminadas rápidamente por el propio autor. El comentario, el perfil o la información sensible no es un cadáver que arrastrar. Se esconde con 4 clicks.

A la dificultad de perseguir al autor, se une el desconocimiento de la víctima. Aún es pronto para que todos los usuarios conozcan las alternativas de actuación (no preservan las evidencias y no saben cómo denunciar). No se disponen de protocolos eficaces para recoger las evidencias tecnológicas necesarias para la investigación, y el objeto del delito (la información) se encuentra en manos ajenas (servidores y redes sociales). Por tanto, tu agonía, el honor y la libertad están en manos ajenas.

La importancia y la gravedad de tu sufrimiento no las decides tú
Aquellos encargados de instruir y condenar estos hechos deben saber valorar y ponderar algo tan subjetivo como es el sufrimiento de una víctima.  Lo que es agónico e importante para ti puede no ser, y suele ser objetivamente percibido, como NO importante para el resto; no hay pérdidas económicas, no hay sangre o peligro objetivo. Hasta ahora, el honor y la humillación pública ante miles/millones de usuarios en la Red no ha sido considerado grave.

Tampoco es grave para aquellos que persiguen a sus víctimas días tras día, conocedores de esta "ventajosa " situación.

Muchos meses/años de investigación, con la implicación de actores policiales y jurídicos, el daño moral, el prejuicio reputacional para la víctima y 360 euros de multa para el autor del delito. Es fácil intuir quien es el más beneficiado en este "juego".

¿Y qué piensan los malos de todo esto?
Lo que más miedo da es escuchar como muchos de los autores por hechos de este tipo no sólo NO muestran ningún arrepentimiento, sino que hablan de la vejación, el insulto, la humillación, el acoso, el odio y los mensajes discriminatorios como "algo normal en la red". Sextorsión, acoso, ciberbullying o grooming como un hecho neutral.

¿Qué alternativas tienes? Denuncia. No esperes
Tus derechos al honor, a la intimidad y a la libertad son personales, dependen de ti, no esperes a que los demás lo consideren grave. Hay quienes son capaces de ignorar con más facilidad y durante más tiempo estos comportamientos. El límite lo pones tú.

Si se trata de un caso aislado, en dos días habrá desaparecido. Si el caso se prolonga, no esperes. Su comportamiento irá en aumento, y la angustia será mayor. Se vuelven más agresivos si ven que su actitud queda impune.

Quizás es cuestión de tiempo. Quizás es cuestión de que quienes deciden que el daño moral de ser humillado públicamente ante millones de usuarios, perder tu trabajo o hundir la imagen personal de alguien no es un hecho grave lo sufran de cerca.

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