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DESTIERRA ESE HÁBITO (ES POR TU BIEN)

La ciencia ha descubierto por qué ignoramos los avisos de seguridad del navegador

Ya sabes, el típico mensaje que te alerta cuando la página que pretendes visitar no es del todo segura ¿Sueles hacer oídos sordos? ¿Te resulta más molesto que útil? A pesar de que intenta proteger nuestro ordenador, lo ignoramos con frecuencia. A través de resonancias magnéticas, un equipo de científicos ha descubierto por qué lo hacemos, y eso puede servir a las tecnológicas para mejorar el sistema y promover que naveguemos de una forma más segura.

Aviso de seguridad

Aviso de seguridad Nicolas Raymond en Flickr CC

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Somos incorregibles. Cuando navegamos por la Red, ponemos el piloto automático en dirección a la página que queremos visitar e ignoramos todo lo que se interponga en el camino. Que Chrome afirma que esa web no es segura: ni caso. Que Firefox nos pregunta si estamos seguros de que ese archivo que queremos descargar es fiable: pasando.

Nos hemos acostumbrado de tal forma a esos avisos que han perdido todo su significado. Forman parte de la travesía igual que esos 'banners' publicitarios que aprendimos a desatender hace tiempo. La diferencia, sin embargo, es notable (o debería serlo).

Aviso de seguridad de un navegador

Lo que hasta ahora era una suposición –que nos hemos habituado de forma alarmante a estos mensajes– es ahora un certeza avalada por la ciencia. A partir de resonancias magnéticas, un equipo compuesto por investigadores de Google y de las universidades de Brigham Young y Pittsburgh han analizado cómo y por qué los ignoramos.

Concretamente han estudiado la variación que se produce en las áreas de nuestro cerebro encargadas del procesamiento visual cuando vemos una misma alerta varias veces. Las resonancias muestran una “caída en picado” de la actividad ya en la primera repetición, y una “gran caída global” después de trece iteraciones.

Es la primera vez que se confirma esta hipótesis de forma directa, aunque varios estudios previos habían obtenido conclusiones similares de forma indirecta. En uno de ellos, solo el 14% de los participantes advirtió las modificaciones introducidas en una serie de ventanas de alerta; en otro, los usuarios saltaron la advertencia del navegador en menos de dos segundos.

En otra investigación, el propio equipo de Google Chrome concluyó que solo uno de cada tres usuarios sigue las recomendaciones cuando la página que quieren visitar no emplea el protocolo de seguridad SSL.

Aviso de seguridad en Chrome

Esto último no es una cuestión baladí: su ausencia significa que los datos no se están transmitiendo entre tu ordenador y el servidor de forma privada. Para entendernos, si te conectas desde una wifi pública y navegas por esa página, un atacante podría interceptar con cierta facilidad la información que introduzcas, contraseña y datos de la tarjeta de crédito incluidos.

Por eso los responsables de los principales navegadores se afanan por cambiar el diseño y simplificar los mensajes, conscientes de lo complejo que es concienciar al usuario para que destierre sus automatismos mentales.

En esa misma línea trabajan los autores de la investigación con resonancias magnéticas. “Nuestros hallazgos sugieren que una solución complementaria [a la concienciación] es diseñar interfaces de usuario menos susceptibles de crear hábito”. Así lo han demostrado: “Las advertencias polimórficas que hemos desarrollado para este estudio son uno de esos diseños efectivos”.

Aviso de seguridad bien visible

Como su propio nombre indica, se trata de advertencias que cambian de color, de forma o de características para vencer las resistencias del usuario y captar su atención cada vez que aparecen. Los datos obtenidos de las resonancias lo confirman: los participantes que se encontraron con estos avisos prestaron algo más de atención.

“Nuestros resultados apuntan a futuras oportunidades de investigación para intervenciones de seguridad que tengan en cuenta la biología del usuario”, afirman los autores del estudio. De momento, ya han confirmado lo que todos nos temíamos: los internautas ignoramos los avisos de seguridad del navegador, y eso puede ser muy peligroso.

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