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CHROME, TENEMOS UN PROBLEMA

Chrome se está haciendo demasiado lento (y las alternativas no están mal)

Aunque hace años era una alternativa, Chrome ahora es la norma, y como en todas las facetas de la vida, esto es un problema si no funciona bien.

Iconos de los principales navegadores

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Desde que Google anunció Chrome hace ya siete años -que se dice pronto- opté por esta alternativa. Yo era usuario de Firefox, pero llevaba un tiempo descontento con el navegador y di el salto sin mirar atrás. Y no me arrepentí. Pasado todo este tiempo, es irónico comprobar cómo la historia se repite y ahora mismo ando hasta las narices de Chrome e intentando buscar una alternativa que me sirva.

No soy el único: internet se ha llenado de personas cansadas con el navegador de Google. Los motivos son varios: consume muchos recursos, por lo que un ordenador que se va quedando antiguo no puede usar bien las versiones más actuales del navegador, es lento al cargar páginas porque lo lastran ciertas complejidades de su motor, y las extensiones cada vez están peor implementadas y empeoran el rendimiento.

Vamos, que Chrome está hecho un Cristo, pero como es el navegador más usado de internet, pues lo seguimos usando. Sin embargo, las alternativas a Chrome empiezan a ser suficientemente atractivas como para pensar si realmente merece la pena seguir con él.

Por ejemplo, tanto Safari como Firefox o Edge en el futuro Windows 10 ya funcionan con una integración más que aceptable en la nube: ya no hace falta guardar los favoritos a mano porque se sincronizan y, así, todos tus ordenadores tendrán a la vez lo mismo. Esto es algo que Google implementó muy rápido en Chrome, pero ya no es el único en tenerlo.

Por otro lado, es verdad que YouTube, una web fundamental, funciona mejor en Chrome que en el resto de navegadores -por aquello de que Google tira para casa con sus dos servicios-, pero tanto Safari como Firefox ya tienen extensiones para habilitar todas esas cosas que Google ‘tarda’ en implementar para otros navegadores y motores de renderizado.

Si usas Mac, por cierto, Safari es la mejor alternativa con diferencia: no solo tiene mejor rendimiento porque está medio integrado en sus sitema operativo sino que además usa muy bien las notificaciones, el scroll es muy fluido y los favoritos se pueden integrar con iCloud para usarlos en el iPhone y el iPad. Además, tiene una lista de lectura integrada que no va nada mal.

Sin embargo, la mejor alternativa a día de hoy sigue siendo Firefox, que en los últimos años ha hecho un esfuerzo por simplificar determinados asuntos, implementando una interfaz -que, bueno, puede gustar más o menos que la de Chrome– y, lo más importante, es más rápido que nunca, superando a Chrome en ciertas cosas, funcionando muy bien independientemente del ordenador que tengas. Obviamente, en un Pentium 4 no irá bien, pero ya me entendéis.

La única pega es que su versión para móviles sigue muy atrás.

Aquí es donde quisiera yo entrar ahora. Porque sí, Chrome para móviles es la monda, pero también exige un dispositivo potente ¿Es que no hay una alternativa a esto? Quizá Windows 10 tenga la respuesta, pues Edge, el antiguo Project Spartan, funcionará en todos los dispositivos por igual y se adaptará bien.

Por lo que he probado de Edge, estoy bastante conforme con su rendimimiento y su sencillez, y aunque el fantasma de Internet Explorer sigue pululando alrededor de Microsoft, tengo ganas de darle una oportunidad este verano, cuando se lance Windows 10.

Así pues, os animo, queridos lectores, a romper con la tiranía de Chrome si es que estáis hartos de sus fallos o de sus exigencias y a probar la alternativa que mejor os siente. Puede ser Safari, puede ser Firefox, puede ser Edge o puede ser Vivaldi, del que ya os hemos hablado. El caso es que eso de “más vale malo conocido que lo bueno por conocer” es una chorrada como la copa de un pino.

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