UN PROYECTO EN FASE PILOTO
Bienvenido a 'Villauber', la ciudad que ha cambiado su transporte público por la economía colaborativa
Altamonte Springs, en Florida, ha desarrollado un proyecto piloto en colaboración con Uber para financiar parte de los trayectos realizados por sus habitantes en los coches de la ‘startup’. Con ello, el ayuntamiento de la localidad quiere evaluar cómo afecta esta nueva forma de transporte a la movilidad urbana.

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Protestas de taxistas y coches destrozados se entremezclan con usuarios satisfechos por el servicio y los caramelos recibidos. Uber ha revolucionado la movilidad urbana tal y como la entendían muchos hasta ahora. Mientras los clientes lo alaban, algunos profesionales del transporte de toda la vida ven peligrar su negocio.
Y mientras la aplicación va llegando a cada vez más ciudades, hay administraciones públicas que deciden arriesgarse y apostar por sus servicios y mejorar así los desplazamientos de sus habitantes. Es lo que está pasando ahora mismo en la estadounidense Altamonte Springs, una ciudad de unos 42.000 habitantes del Estado de Florida.
La localidad, que pertenece al área metropolitana de Orlando, quería innovar su red de transporte público y solucionar así los problemas que presentaba desde hace tiempo: largas esperas para coger un autobús o distancias interminables para llegar a otros puntos. La ciudad está formada por bulevares muy largos, que se mezclan con callejuelas secundarias o sin salida y eso no ayudaba, precisamente.
Durante dos décadas, el actual gerente en el consistorio de la localidad, Frank Matz, ha estado batallando para mejorar la deficitaria red de autobuses. En principio, tuvo una idea llamada FlexBus, con vehículos que harían la ruta que ordenaran los usuarios, de forma que según las peticiones se diseñaría un itinerario. Sin embargo, el sistema no prosperó, al parecer, por falta de fondos del Estado.
Sin embargo, con la llegada de los coches de Uber todo cambió. Según decía la alcaldesa de la ciudad, Patricia Bates, en una entrevista, estaban cansados de que otras administraciones tardaran en ayudarles con el problema del transporte público, así que decidieron tomar las riendas del asunto.
“El propósito de nuestro proyecto piloto con Uber era aprender cómo podría la tecnología ser usada para abordar la movilidad dentro de la ciudad”, explica Matz a TecnoXplora. Según cuenta, “llamamos a Uber y les preguntamos si estarían interesados en un piloto como este”. Y tanto que lo estuvieron: desde el pasado mes de marzo hasta julio del próximo año, la 'startup' y el ayuntamiento llevan a cabo un plan que subvencionará los viajes en estos vehículos.
El sistema es sencillo: cada persona que haga un trayecto con salida y destino dentro de los límites de la ciudad tendrá un descuento del 20%, que será pagado por el consistorio. Para obtenerlo, hay que introducir un código promocional, con el que se accede a esta opción de viaje municipal.
Por otra parte, si los viajes comienzan o terminan en la estación de tren de cercanías de la ciudad (el conocido como SunRail, que conecta con Orlando), el descuento se eleva al 25% del coste del trayecto.
Según cuenta The Verge, a la hora de plantearse la subvención se pensó incluso en un descuento del 100% durante dos años, lo que haría que Altamonte Springs ingresara en las cuentas de Uber 7 millones de dólares (algo más de 6 millones de euros) por el proyecto. Sin embargo, finalmente se han presupuestado para este año sólo 500.000 dólares (445.000 euros), entre ayuntamiento y patrocinadores, explica Matz. No obstante, el gestor espera que la cifra que entreguen a Uber sea finalmente menor. En cualquier caso, el proyecto FlexBus iba a costar 1,5 millones de dólares (algo más de 1 millón de euros), así que....
“Hasta ahora, los resultados son muy positivos. Parece que el uso de Uber ha crecido 10 veces desde que comenzamos”, relata Matz. Si todo sale según lo previsto, Altamonte Springs se convertiría en una ciudad en la que los coches de Uber serán una opción tan plausible como los autobuses que aún circulan por sus calles, ya que este funcionario público asegura que el programa no terminará con la red de transporte público existente en la localidad.
Mientras tanto, y aunque pueda sorprender, Matz explica que no se han producido protestas por parte de los taxistas de la ciudad. “No, de verdad”, asegura. No obstante, sí que hay voces críticas, que muestran su preocupación por que estos programas lleven a una reducción del número de pasajeros en trenes y autobuses y, por tanto, a su desaparición por bajo porcentaje de uso.
Y eso por no hablar de que, de no implementar alguna alternativa, este tipo de iniciativas se limitaría sólo a aquella parte de la población con ‘smartphones’ y tarjeta de débito o crédito, dejando de lado a algunos habitantes.
Mejorando las redes de transporte público
Mientras tanto, Uber desarrolla otros proyectos colaborativos con otras ciudades. Es lo que sucede en el condado de Pinellas, también en Florida, donde viven más de 900.000 personas. La iniciativa pasa por subvencionar 23 viajes gratuitos al mes para personas con problemas de movilidad y en horario nocturno.
“Animamos a todos aquellos responsables de ayudar a la movilidad de los habitantes [de una ciudad] a enfocarse en la infraestructura. Necesitamos mover a las personas. Uber, que le gusta a la gente, puede ayudarnos a ello”, resume Matz.
Tanto Uber como Lyft, una ‘startup’ para compartir coche, reconocen haber recibido varias ofertas de autoridades locales para llevar a cabo programas con los que mejorar el transporte público. Parece que la tónica es subvencionar estos viajes en coche privado, que saldrían más baratos que una nueva línea de autobuses urbanos o mantener alguna de las existentes. Quién sabe si, en el futuro, veremos a alguna administración española financiando viajes en Uber.
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