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IMPLANTARSE CHIPS BAJO LA PIEL SE HA CONVERTIDO EN TENDENCIA

Así son los cyborgs reales que ya llevan un chip implantado bajo la piel

La cultura biohacker o cyborg empezó como algo minoritario hace años, pero a estas alturas se ha popularizado. Debido a las facilidades que ofrece la tecnología, cada vez es más fácil implantarse un chip bajo la piel y, además, cada vez es más útil.

Cyborgs

Cyborgs EvgeniT en Pixabay

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Con un chip implantado en la mano, entre los dedos índice y pulgar, se pueden hacer muchas cosas. Entrar al gimnasio, abrir el candado electrónico de la bici, acreditarte en la oficina ante el sistema de seguridad son acciones que normalmente hacemos con tarjetas dotadas de tecnología inalámbrica. Todas ellas pueden sustituirse por un chip implantado en la mano.

De esta forma no será necesario acumular un taco de tarjetas que siempre vayan contigo. En Suecia incluso hay un grupo de biohackers –así se hacen llamar, aunque en los años 90 se los conocía como cyborgs– que han llegado a un acuerdo con las autoridades de transporte público, para poder incluir en sus chips los permisos para entrar en el metro o montar al autobús.

Los países nórdicos son una de las zonas donde más de moda se ha puesto implantarse chips bajo la piel y Suecia, en concreto, parece ser el país líder. Más de 3.000 suecos se habrían implantado este tipo de dispositivos mediante una cirugía sencilla, según publicaba AFP. Realmente se trata de un proceso sencillo, una aguja que traspasa la piel e introduce el chip.

En Suecia, estos microchips pueden funcionar para tomar el tren e incluso como tarjetas de crédito contactless. Son cada vez más los que se animan a implantarse estos dispositivos, debido a la sencillez de la operación y a las crecientes facilidades que ofrece la tecnología. En un tamaño de solo 12x12 mm, el chip incorpora tecnología NFC, para enviar información inalámbricamente a otros dispositivos, y puede almacenar una cantidad de datos suficiente como para sustituir a todas las tarjetas que llevamos encima.

 

En todo el mundo, los entusiastas y conocedores de la cultura del biohacking estiman que hay en torno a 100.000 cyborgs o personas implantadas. La tendencia es clara y así lo indican algunas firmas analistas que han estudiado el fenómeno.

Gartner, una compañía que analiza constantemente el mercado tecnológico, ha colocado el biohacking a lo ‘do it yourself’ como una de las cinco tendencias capaces de grandes cambios en el panorama de la tecnología. Esto sitúa a los chips implantados al lado de tendencias tan sólidas como la inteligencia artificial y tan populares como blockchain.

La firma OG Analysis da incluso una estimación económica de cuánto volumen de negocio se podría mover en este mundo. Según sus estimaciones, los implantes (aquí incluye los miembros biónicos y las conexiones cerebro-ordenador) podrían crecer hasta multiplicarse por diez a la altura de 2025. Serían nada menos que 2.300 millones de dólares lo que la cultura de los biohackers podría generar en esta fecha. Esto solo sería posible con una avalancha de personas dispuestas a implantarse, algo que al menos en Suecia no parece ciencia ficción.

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