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DEL PC A LOS WEARABLES, PASANDO POR EL SMARTPHONE

Primero el PC, luego el móvil… ¿cuál será el próximo dispositivo que domine nuestra vida?

¿Te acuerdas de cuando te tirabas horas delante del ordenador y pensabas que ningún otro dispositivo electrónico podría suponer tanto en tu conectividad? Ay, amigo, nos hacemos viejos...

Del PC a los dispositivos móviles

Del PC a los dispositivos móviles Agencias

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Cuando el ordenador llegó a nuestras vidas parecía que aquello no podía ser más maravilloso. Sí, era un cacharro enorme que pesaba una tonelada, ocupaba un gran espacio, el ventilador hacía más ruido que una locomotora y el módem parecía el alma de un robot cadáver emitiendo psicofonías. Pero oye, el futuro era aquello.

Por aquel entonces, el PC había dejado de ser un dispositivo laboral para empezar a formar parte de nuestra vida y, sobre todo, de nuestra conectividad. Cada vez eran más las rutinas diarias que empezaban a depender directamente de las posibilidades que tuviésemos de sentarnos frente a un ordenador. Y parecía que siempre sería así.

Del PC al smartphone

Pero claro, un día llegó el smartphone. No de sopetón, evidentemente. Lo primero en llegar fue el teléfono móvil, un maravilloso dispositivo que nos introducía en el terreno de la movilidad, pero no solo en eso. El teléfono móvil llegó a ser un dispositivo social y personal: mientras el fijo era una mera herramienta de comunicación, el móvil ampliaba nuestro tejido social de una manera inesperada. Eso sí, para conectarte a internet seguías dependiendo del ordenador.

De las pantallas del PC a los smartphones

 

No obstante, como todos ya sabemos, con el tiempo los teléfonos móviles se fueron sofisticando y derribando algunos de los mitos futuros que nos habíamos creado. Porque claro, cuando los móviles empezaban a ser cada vez más pequeños, ¿quién habría pensado que a día de hoy suspiraríamos por cacharros de seis pulgadas? Todo parecía ir al revés en esta tendencia tecnológica, pero el giro de rumbo tenía sus explicaciones.

Nuestra vida entera gira en torno al smartphone

En primer lugar, lo más importante: la llegada de internet a los teléfonos móviles ha sido una de las revoluciones más importantes del pasado reciente. Ahora el teléfono ya puede usarse para cualquier cosa que no sea llamar: mirar el correo, chatear, consultar páginas webs, jugar online... Al final, el dispositivo se ha vuelto mucho más inteligente de lo que todos habríamos pensado. Y, claro, ha pasado a ser una utensilio obligatorio en nuestro día a día.

Por otro lado, la llegada de internet a nuestros teléfonos ha traído consigo otra interesante tendencia: el consumo de contenidos desde el móvil, que es lo que ha acabado explicando el creciente tamaño de las pantallas. Ahora, una grandísima parte de nuestro ocio, sea el que sea, está vinculado a nuestro smartphone.

Oppo Find 7, un smartphone monumental

Está claro que el PC no ha desaparecido de nuestras vidas, ni mucho menos, pero es muchísimo más prescindible que el smartphone. Porque, piensa: ¿cuánta gente puede sobrevivir sin ordenador teniendo smartphone? Quizá no demasiada, pero seguro que mucha más de la que podría sobrevivir sin smartphone y con ordenador, ¿verdad?

Los que se quedaron por el camino: tablets, phablets...

En toda esta escalada de dispositivos, los ordenadores y smartphones no han sido los únicos en querer alcanzar un trono cada vez más disputado, ni mucho menos. En su momento el portátil le quitó gran parte de terreno al ordenador de sobremesa, los ultrabooks a estos, a ellos las tablets y, más recientemente, las tablets han intentado hacer lo propio con los smartphones. Y las phablets con las tablets y los smartphones a la vez. Y ya se habla de las supertablets. Así todo.

Sin embargo, parece que estos dos se han quedado a medio camino. Los dos surgieron en un torno muy favorable, sin duda, en pleno auge de los dispositivos de movilidad, aunque con resultados distintos. Las tablets no han podido apenas quitarle terreno a los smartphones, aunque llevan un tiempo luchando (con cierto éxito) por copar una modalidad nueva de consumo, a medio camino entre el portátil y el móvil. En cuanto a las phablets... bueno, digamos que se han quedado en un quiero-y-no-puedo entre tablets y smartphones.

¿Serán los wearables los siguientes reyes?

Dicho esto, la pregunta es obligada: ¿cuál será el próximo dispositivo que domine el mundo? ¿Quién destronará al smartphone? Parece evidente que los smartphones antes o después tendrán que caer por pura lógica, aunque no parece tan claro que su caída vaya a ser a corto plazo.

Hasta hace poco nos hemos estado volviendo locos con los wearables ¿Cómo no hacerlo? En el momento en que descubres que una prenda de ropa o un accesorio puede disponer de todo tipo de tecnologías se te hacen los ojos chiribitas. Pero, seamos serios: ¿son realmente útiles? Más allá de la fascinación tecnológica que nos producen, ¿tienen sentido en nuestra vida diaria? Al margen de que haya algunos realmente estúpidos, lo cierto es que ni siquiera los más avanzados parecen estar cosechando un verdadero éxito más allá del puro marketing.

Un usuario de Google Glass en su cocina

La muerte de las Google Glasses

Quizá el ejemplo más icónico sea el de las Google Glasses, una verdadera maravilla tecnológica... que, sin embargo, parece estar muriendo antes siquiera de haberse extendido su uso. Y no lo decimos nosotros: lo dice la evidencia. El mejor ejemplo es el del propio CEO de Google, Sergey Brin, que hasta hace poco las lucía en cualquier evento multitudinario, pero la semana pasado prescindió públicamente de ellas.

Además, según asegura la agencia Reuters, el interés de los desarrolladores de software por las Google Glasses ha caído literalmente en picado. Y el motivo es evidente: su escasísimo mercado. Las Google Glasses son una chulada y a todos nos fascinan, sí, pero no las compra ni el Tato. Y en pleno apogeo del desarrollo para smartphones, ¿quién va a centrarse en un dispositivo wearable que prácticamente nadie lleva?

El 33% de los wearables 'muere' a los seis meses

Pero no solo las Google Glass están cayendo, los estudios nos dicen que esta tendencia afecta a todos los wearables. Si nos fijamos en el informe elaborado por Endeavour Partners, veremos que el 33% de estos dispositivos dejan de ser usados a los seis meses. En otras palabras: que nos encantan y nos morimos por comprarlos, pero enseguida nos cansamos de ellos.

Weareables absurdos

Y entonces, ¿quién sustituirá al smartphone? ¿Lo hará alguien? Las tendencias tecnológicas actuales parecen llevarnos hacia el internet de las cosas, pero, por ahora, el núcleo estratégico de esta tecnología gira precisamente en torno al smartphone.

¿Acabarán girando en torno a otro dispositivo en algún momento? ¿Acabaremos con wearables insertados en la propia piel? Lo sabremos dentro de no muchos años. Y seguro que el futuro de los gadgets será divertido.

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