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UNA VERSIÓN MÁS ELEGANTE QUE SU PREDECESOR

Pebble Steel: la nueva versión del smartwatch con el que empezó todo

El nuevo Pebble Steel coge todo lo que podía hacer su predecesor y lo mete en un cuerpo mucho más elegante. La madurez le ha sentado muy bien a un reloj que todavía está por encima de sus rivales. La duda es cuánto tiempo podrá mantener esta ventaja.

El patito feo no se ha convertido en cisne, sino en Ave FéniEl patito feo no se ha convertido en cisne, sino en Ave Fénix

El patito feo no se ha convertido en cisne, sino en Ave Fénix TecnoXplora

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Hace poco más de dos años, el 11 de abril de 2012, Pebble llegó a Kickstarter. El reloj inteligente necesitaba 100.000 dólares para convertirse en una realidad y alcanzó esa cantidad en tan solo dos horas. Seis días después ya era el proyecto más exitoso de la historia de la página, con más de 4,7 millones de dólares recaudados (finalmente se quedó en algo más de 10,2 millones, por lo que aún conserva este honor). Se había creado un nuevo mercado.

El éxito es innegable, aunque relativo (realmente no es tan conocido fuera de los círculos especializados). Es uno de los culpables de que empresas de la talla de SamsungGoogle se hayan interesado por estos dispositivos, pero no todo el mundo ha oído hablar de este reloj con pantalla de tinta electrónica. En el CES celebrado en Las Vegas en enero de este año sus fabricantes dieron un paso de gigante para cambiar esto con el lanzamiento de una tienda de aplicaciones y una nueva versión metálica del reloj, Pebble Steel.

Por dentro no hay cambios, pero por fuera el lavado de cara es espectacular. Pebble Steel es la misma chica callada y misteriosa que se convierte en reina del baile por una apuesta estúpida del quarterback. El patito feo no se ha convertido en cisne, sino en Ave Fénix.

El nuevo diseño abandona el plástico y trae un cuerpo de aluminio elegante, sofisticado y sobrio, aunque no deja de ser llamativo. A diferencia de Robocop o Las tortugas ninja, este remake sí que funciona (también es cierto que no contar con Michael Bay ayuda bastante). Además, puede cambiar de traje, ya que ambos modelos (hay uno de aluminio clásico y otro más oscuro) vienen acompañados de una correa adicional.

Como ocurre con todos los dispositivos que llaman la atención, esto puede ser un arma de doble filo, porque esta atención suele estar acompañada de preguntas. En este caso, la más común es “¿para qué sirve?”. Pero no sale mal parado.

Pebble Steel es un centro de notificaciones venido a más. Correos, llamadas, mensajes de texto, Facebook y hasta WhatsApp (eso sí, todavía en fase de beta) llegarán a la muñeca si así lo queremos. Desde el reloj se podrán leer, pero para el resto de acciones hay que acudir al teléfono.

La tienda de aplicaciones le ha sentado muy bien y además de cientos de nuevas interfaces para el reloj (hay algunas tan horteras que recuerdan a los tiempos de los fondos de pantalla y los politonos que ocupaban las contraportadas de las revistas de toda España, pero en general el nivel es alto) hay programas útiles y hasta juegos. El futuro era poder jugar a Flappy Bird en el reloj.

La batería es otro de sus puntos fuertes, tanto por lo que consigue (entre 5 y 7 días entre cargas, en función del uso que se haga del reloj) como por lo mal que lo hacen sus rivales (Samsung se enorgullece de haber llegado a los tres días de uso). No hay que ir muy lejos para encontrar la clave: la pantalla de tinta electrónica consume mucho menos (y se ve mejor). No hay color. En todos los sentidos.

Ahora bien, hacerse con un Pebble Steel no solo cuesta 249 dólares; el proceso es largo. Más que comprarlo, parece que lo estés adoptando. En mi caso pasaron más de dos meses y medio desde la compra hasta que llegó a mi muñeca (y eso, sin problemas en la aduana). Para cuando llegue puede que Apple haya anunciado su esperado iWatch y los primeros terminales con Android Wear estarán a la vuelta de la esquina.

De primeras podrá competir con ellos, pero parece difícil que con el paso del tiempo Pebble pueda plantarle cara a compañías tan potentes. El Ave Fénix tendría que ser mucho más para empezar a cargar contra unos gigantes que tienen muy poco de molinos.

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