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DE CARA A INTEGRARLO EN SU ESTRATEGIA

La moda ama a la tecnología: Fossil se gasta 260 millones en un fabricante de wearables

La moda y la tecnología pueden parecer disciplinas muy distintas, pero lo cierto es que cada vez se quieren más.

Fossil se gasta 260 millones en un fabricante de wearables

Fossil se gasta 260 millones en un fabricante de wearables Agencias

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Quizá ha sido una de las disciplinas que más ha tardado en abrazar la tecnología, pero, a decir verdad, parece que ha sabido reaccionar a tiempo y en los últimos años se ha lanzado definitivamente a por ella. Nos referimos a la moda, que en los últimos años ha encontrado en el mundo digital un claro aliado.

Y es que a día de hoy esta industria no sólo se vale de lo digital para vender ropa por internet: también lanza aplicaciones propias, simuladores, tecnologías que te permiten ver cómo te va a quedar una prenda sin necesidad de tenerla delante y otras cosas del estilo.

En ese sentido también destaca la irrupción de una nueva tecnología que también parece lista para integrarse en el mundo de la moda y aportarle un definitivo valor añadido de cara al espectro digital y a su aceptación por parte del consumidor medio: los wearables.

260 millones para tener wearables

Y esa es precisamente la tendencia a la que se ha sumado Fossil, una marca de ropa y cadena de tiendas americana que acaba de sacar 260 millones de la billetera y se los ha gastado en comprar Misfit, una startup que lleva unos años dedicándose al desarrollo, fabricación y venta de todo tipo de wearables.

Pero, ¿qué hace exactamente Misfit? Lo cierto es que la unión parece perfecta, ya que esta compañía siempre ha centrado la mayoría de sus desarrollos en wearables adaptados a la moda: relojes, monitores de sueño, camisetas inteligentes... Su gama de productos siempre ha encajado a la perfección con una visión que pueda integrarse dentro de un sector con tanta demanda y movimiento económico como el de la moda.

Fossil ya lanzó un reloj inteligente

Por su parte en Fossil siempre han mostrado inquietud por integrar la alta tecnología en sus productos. Ya lo demostraron cuando lanzaron Fossil Q, su primer smartwatch, que funcionaba bajo Android. Fue un reloj que, encaramado dentro de un producto de gama media (su precio ronda los 200 euros), pretendía satisfacer los posibles anhelos de sus consumidores de unir sus gustos por la moda con la adaptación masiva de la tecnología en sus rutinas diarias.

Así pues, con la unión de estas dos compañías, parece que en Fossil estarán preparándose no sólo para comercializar los productos que ya estén en la 'cartera' de desarrollos de Misfit, sino también para unir fuerzas entre ambas compañías de cara al lanzamiento de nuevos productos.

A los wearables de moda aún les queda mucho camino para convertirse en un producto de masas, pero los movimientos que está habiendo en la industria en este sentido son más que interesantes.

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