Investigadores de Samsung crean una pantalla OLED que se puede insertar en nuestra muñeca

El mercado de los wearables sigue evolucionando a gran velocidad. Los dispositivos que se llevan en la muñeca y que monitorizan nuestra actividad, como son los relojes inteligentes y las pulseras, nos ofrecen información de primera mano y en tiempo real sobre la actividad que está desarrollando nuestro cuerpo en cada momento. Y parece que en un futuro cercano este concepto del wearable basado en el formato tradicional de la pulsera o el reloj va a ser sustituido por algo que a muchos nos suena literalmente a ciencia ficción. Estamos hablando de las pantallas estirables, que podrán acoplarse a distintas zonas de nuestro cuerpo.

¿Por qué llevar un reloj si puedes insertarte una pantalla?

Ese es el concepto que han desarrollado los investigadores del Samsung Advanced Institute of Technology (SAIT), que han podido diseñar una pantalla con tecnología OLED que se puede estirar. Esto es algo importante, porque hablamos de un dispositivo que va literalmente adosado a nuestra piel, en este caso a nuestra muñeca, y que físicamente va conectado a esta, para poder recoger en tiempo real todos los datos biométricos que va generando nuestro cuerpo en todo momento.

Esta conexión de la pantalla OLED estirable a la muñeca se hace a través de la arteria radial, en una zona cercana a esta. Por lo que todo lo que veamos en esta pantalla OLED estará directamente relacionado con nuestra actividad física, y no habrá dependencia alguna del teléfono para poder ver en esta pantalla todos estos datos. Incorporará un sensor capaz de poder hacer electrocardiogramas, como hemos visto en distintos wearables de alta gama. Y el hecho de que sea estirable la pantalla es clave, ya que de esta manera se podrá adaptar mejor al movimiento de la muñeca.

Imagina que estás practicando pádel o tenis, lógicamente si la pantalla va adosada a la piel esta va a tener que alterar su forma y estirarse con ese movimiento de la muñeca. Pues bien, los investigadores en las pruebas han podido comprobar que esta pantalla puede aguantar más de 1.000 estiramientos en estas condiciones sin perder efectividad en sus lecturas de los diferentes datos biométricos que ofrece nuestra fisionomía. Por tanto estaríamos hablado de algo intermedio entre esos injertos que hemos visto en las películas, y un adhesivo que se acopla a la piel.

Samsung ha conseguido este formato de pantalla OLED gracias a la modificación de la composición y estructura del elastómero, que es un compuesto polimérico de alta elasticidad y resiliencia. De esta manera se puede obtener una pantalla que se estira sin sufrir daños y se adapta al movimiento de nuestra piel. De momento Samsung está desarrollando esta tecnología todavía, que podrá tener aplicaciones tanto en el campo comercial como una evolución de los wearables, como a nivel médico. Aunque todavía queda lejos su comercialización. De hecho el desarrollo se encuentra en sus primeros compases. Pero desde luego nos da una idea de por dónde podría evolucionar un segmento tan popular y masivo como el de los wearables.