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TECNOLÓGICAMENTE INTERESANTE, CONCEPTUALMENTE… UN FIASCO

La caperuza gigante que aspira a ser un complemento para smartphones

Tanto se están expandiendo los dispositivos 'wearable' que han empezado a surgir bizarradas de lo más ganso. Es el caso de la Comfort-Shell, una caperuza gigante que por supuesto no se puede “llevar” ni “poner” como si fuera un reloj o una pulsera, pero está ideada para complementar a un smartphone.

Concha de confort Silentium

Concha de confort Silentium Silentium

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Esta especie de cápsula, que parece salida de alguna película futurista de los años '80, tiene como misión proporcionar un entorno silencioso para que una persona hable a gusto a través del móvil. Sus creadores la llaman Comfort-Shell. La traducción ya se apunta a la guasa: la concha del confort.

La comunicación oficial del fabricante, que se llama Silentium y desarrolla tecnología para la reducción del ruido, indica que su producto evita la contaminación acústica. Desde luego es una forma elegante de decir lo que hace esta caperuza, que fue calificada desde algunos sitios como “el anuncio más ridículo del CES 2015”.

No es exactamente un 'wearable', porque de reloj, pulsera o gafas tiene poco, sin embargo, su idea es servir de complemento a los smartphones (o teléfonos móviles tradicionales, si es que queda alguno). Y además se coloca sobre la cabeza, aunque lo más preciso sería decir que la cabeza del usuario se sitúa bajo el capuchón retrofuturista.

El hueco que forma la Comfort-Shell escupe los ruidos provenientes del exterior, creando una especie de isla de silencio frente a los rugidos que puede haber en un bar, por ejemplo. Lo que proponen sus creadores es casi rescatar las antiguas cabinas telefónicas, las mismas que en los tugurios se encontraban junto a los baños ¿Será ahí donde se colocarían las conchas del confort?

¿Y cómo funciona?

Lo cierto es que los creadores han hecho un trabajo ingenioso con la parte técnica. La idea está bien ejecutada (otra cosa es que la idea en sí esté bien, ahí ya aparecen las dudas). La tecnología propietaria de Silentium detecta y elimina el ruido del ambiente, para lo que produce señales opuestas a las que identifica. Las emite con la misma amplitud, pero con una fase de onda opuesta. Esto da como consecuencia una disminución significativa del nivel de ruido, que queda invalidado por las ondas que emite la caperuza.

Pero claro, dejando de lado la parte técnica, ¿seguro que esta gente ha hecho un estudio de mercado antes de zambullirse a construir su producto? Tal vez tengan una información que para el resto es difícil de intuir, porque pretenden venderlo para oficinas y hasta para los hogares. La compañía también menciona localizaciones más creíbles, como aeropuertos, estaciones de tren o centros comerciales. Insisten en que su capuchón vendría de perlas para evitar el molesto ruido de fondo en una conversación telefónica.

Llevan razón. A todo el mundo le irrita no poder oír bien cuando está en la calle, en el metro, dentro de un bar o en cualquier lugar donde todo el mundo habla a batiburrillo, pero el enfoque para resolver este problema no ha sido de lo más ortodoxo. Aunque así es como nacen las grandes genialidades: tirando por tierra la ortodoxia. Pues eso debieron pensar en Silentium.

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