NB.1.8.1
Los tres nuevos síntomas de la última variante de COVID
Aunque NB.1.8.1 muestra una mayor transmisibilidad, no se ha observado que cause una enfermedad más grave que otras variantes.

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Hace unas semanas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una alerta por la rápida propagación de la nueva variante del SARS-CoV-2, denominada NB.1.8.1, que ha sido clasificada como "variante bajo vigilancia" debido a su creciente prevalencia global y su potencial aumento en la transmisibilidad.
Los síntomas asociados a NB.1.8.1 son similares a los de otras variantes de COVID-19, es decir, fiebre o escalofríos, tos, dolor de garganta, congestión nasal o secreción, fatiga, dificultad para respirar...

Además, según detalla Lara Herrero, viróloga de la Universidad Griffith (Australia), en un artículo publicado en The Conversation, esta variante está mostrando una mayor incidencia de problemas gastrointestinales. "La subvariante se distingue por provocar diarrea, náuseas y estreñimiento con más frecuencia que otras variantes anteriores. Esta sintomatología puede llevar a confundir el cuadro clínico con una infección digestiva común, dificultando la detección temprana del virus", explica.
Estos síntomas suelen durar entre tres y cinco días.
Tal y como menciona la experta, esta cepa "podría propagarse con mayor facilidad y eludir parcialmente la inmunidad derivada de infecciones previas o de la vacunación".
Aunque NB.1.8.1 muestra una mayor transmisibilidad, no se ha observado que cause una enfermedad más grave que otras variantes. La OMS recomienda mantener la vigilancia, continuar con las campañas de vacunación y reforzar las medidas preventivas, especialmente en regiones con sistemas de salud más vulnerables.
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