ESTUDIO OBSERVACIONAL

¿Es el sexo una herramienta contra el cáncer?

Un estudio señala que las pacientes con cáncer de cérvix reducen el riesgo de recaída si mantienen relaciones sexuales.

¿Es el sexo una herramienta contra el cáncer?

¿Es el sexo una herramienta contra el cáncer?iStock

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La relación entre sexo y salud ha sido muy estudiada por la ciencia, al igual que el vínculo entre sexo y consecuencias, como la transmisión de enfermedades venéreas. Pero la conexión entre sexo y prevención no es un campo muy explorado.

De acuerdo con un reciente estudio, presentado en la Reunión Anual de la Sociedad Estadounidense de Oncología Radioterápica (ASTRO), las personas que mantienen actividad sexual o dilatación vaginal después del tratamiento de quimiorradiación para el cáncer de cuello, uterino tienen un menor riesgo de sufrir efectos secundarios a largo plazo.

"Curar el cáncer es siempre nuestra primera prioridad - señala la autora principal del estudio, Kathrin Kirchheiner, en un comunicado -.Pero con un número cada vez mayor de supervivientes de cáncer de cuello uterino relativamente jóvenes, la prevención y el tratamiento de los efectos secundarios se vuelven cada vez más importantes para garantizar una mejor calidad de vida. Espero que esta investigación ayude a reducir el tabú en torno a la salud sexual y facilite a los médicos discutir estos temas con sus pacientes".

El cáncer de cuello uterino es el cuarto cáncer más común entre las mujeres a nivel mundial. Los pacientes son diagnosticados con mayor frecuencia alrededor de los 50 años. El tratamiento no quirúrgico estándar para pacientes cuyo cáncer se ha diseminado al tejido u órganos circundantes implica una combinación de radioterapia, quimioterapia y braquiterapia, es decir, la inserción de implantes radiactivos directamente en el tumor.

Avances, como el uso de imágenes por resonancia magnética para determinar el tamaño y la ubicación del tumor, junto con la capacidad de administrar dosis precisas de radiación, han mejorado enormemente el control de tumores y las tasas de curación en los últimos años. Gracias a ello, la tasa de supervivencia a cinco años para las personas con cáncer de cuello uterino localmente avanzado es del 74%.

Sin embargo, administrar altas dosis de radiación a tumores cerca de la vagina puede provocar estenosis vaginal (un acortamiento o estrechamiento de la vagina) y cambios a largo plazo en el tejido vaginal que pueden complicar los exámenes ginecológicos o causar dolor durante las relaciones sexuales. Los médicos suelen recomendar la dilatación vaginal regular y continua para mitigar estos efectos secundarios y evitar la formación de tejido cicatricial, pero pocos estudios han cuantificado su impacto.

El estudio liderado por Kirchheiner, midió los efectos secundarios vaginales informados por los médicos y los resultados informados por las pacientes entre 1.416 personas con cáncer de cuello uterino localmente avanzado. Con esta información compararon los efectos secundarios de las personas que eran sexualmente activas o usaban dilatadores vaginales de forma regular en los años posteriores al tratamiento con los de aquellas que no seguían esta rutina.

En los cinco años posteriores al tratamiento, las pacientes asistieron a una media de 11 visitas de seguimiento con exámenes ginecológicos para evaluar los efectos secundarios vaginales. También completaron cuestionarios sobre calidad de vida, actividad sexual y dilatación vaginal.

Los resultados mostraron que la dilatación vaginal regular y/o la actividad sexual (definida como el paciente que informa la práctica durante la mitad o más de sus seguimientos) fue reportada por el 64% de las pacientes y se asoció significativamente con un menor riesgo de acortamiento y estrechamiento vaginal.

Las pacientes que informaron tanto dilatación como relaciones sexuales tuvieron el riesgo más bajo de estenosis vaginal, seguidas de aquellas que eran sexualmente activas pero no usaban dilatadores vaginales y aquellas que usaban dilatadores pero no eran sexualmente activas. Hay que tener en cuenta que la actividad sexual regular y/o la dilatación vaginal se asoció con un mayor riesgo de otros síntomas vaginales, aunque leves, como sequedad y sangrado.

Esto no es sorprendente, dijo el Dr. Kirchheiner, ya que es más probable que la sequedad vaginal se note como una falta de lubricación en pacientes que realizan algún tipo de actividad de penetración, y que el sangrado menor durante o después de la dilatación o el coito a menudo puede ser causado por irritación del revestimiento vaginal.

"La sequedad vaginal leve y el sangrado se pueden controlar con lubricantes, humectantes y/o terapia de reemplazo hormonal – añade Kirchheiner -. El riesgo de tener estos efectos secundarios menores no debería impedir que los pacientes se dilaten o tengan relaciones sexuales, ya que estas actividades pueden ayudar a prevenir una afección más grave e irreversible".

Si bien los hallazgos del estudio apuntan a una opción prometedora para que las pacientes mantengan la salud sexual después del tratamiento del cáncer de cuello uterino, los autores subrayan que este estudio fue observacional y, por lo tanto, solo puede informar correlaciones. Quedan dudas sobre el grado en que la dilatación vaginal y/o las relaciones sexuales previenen eficazmente el acortamiento y el estrechamiento, o si el desarrollo de síntomas vaginales interfiere con la probabilidad de que las pacientes puedan realizar estas actividades.

"En la realidad clínica, es probable que ambas vías causales contribuyan e interactúen en un círculo virtuoso - concluye Kirchheiner -. Sin embargo, como no podemos ni debemos aleatorizar a los pacientes de un ensayo clínico en grupos con y sin dilatación regular, nuestros hallazgos respaldan tanto la experiencia clínica como el estándar de atención. La salud sexual es un tema muy individual y delicado de abordar, tanto en la investigación como en la atención de supervivencia, y merece un enfoque respetuoso e integral".

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