ESTUDIO MÉDICO

Revelan los secretos de María Branyas, la persona más longeva del mundo, para vivir 117 años

Se han presentado los resultados de la investigación de la persona más anciana del mundo, fallecida en 2024 a los 117 años.

María Branyas, la persona más longeva del mundo

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En agosto de 2024 falleció la española María Branyas, la mujer más longeva del mundo, a sus, exactamente, 117 años y 168 días. Como es normal, mucha gente se preguntó cuál es el secreto para vivir tantos años.

Para determinar cómo María logró coleccionar tantos cumpleaños, un equipo dirigido por investigadores del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras en España llevó a cabo el pasado mes de marzo un análisis exhaustivo de todo, desde sus genes hasta sus proteínas, su microbioma y su metabolismo. En su día, el informe no había sido revisado por pares. Sin embargo, recientemente se han dado a conocer nuevos detalles sobre este estudio médico, que ya ha sido publicado en la revista científica Cell Reports Medicine.

Utilizando una serie de diferentes técnicas analíticas y entrevistas, los investigadores descubrieron que María cumplía muchos de los requisitos recomendados en lo que respecta a la longevidad y el envejecimiento saludable: llevaba un estilo de vida activo mental, social y físicamente. Por ejemplo, pasaba tiempo de calidad con su familia y amigos y comía bien, siguiendo principalmente una dieta mediterránea, que se ha relacionado con una mayor esperanza de vida.

María Branyas, la persona más longeva del mundo
María Branyas, la persona más longeva del mundo | EFE

Un aspecto que observaron los investigadores fue la afición de María por el yogur. Creen que la dieta de la supercentenaria (persona que llega a los 110 años o los supera) contribuyó a fomentar una flora intestinal saludable, y de hecho, su microbioma intestinal tenía las características de alguien mucho más joven.

También investigaron su árbol genealógico y comprobaron que María no era la única de su familia que había superado los 90 años. Por eso, no es extraño que sus genes hayan contribuido a la salud de hierro que le ha permitido vivir tantos años. "Nuestra supercentenaria mostró una edad biológica mucho más joven que su edad cronológica real", aseguraron los investigadores. En concreto, al 23 años menos.

Además, curiosamente, curiosamente, los científicos notaron una "enorme erosión" en los telómeros de Branyas (las tapas en los extremos de sus cromosomas).

Los telómeros protegen nuestro material genético, y los más cortos se asocian a un mayor riesgo de muerte. Sin embargo, estudios recientes sugieren que, entre las personas mayores, los telómeros no son un biomarcador útil del envejecimiento.

De hecho, tener telómeros muy cortos podría haberle dado a Branyas una ventaja. Hipotéticamente, escriben los autores, la corta vida de sus células podría haber impedido la proliferación del cáncer.

La propia María atribuyó su longevidad a una vida ordenada y un entorno agradable, pero es evidente que intervinieron múltiples factores. Aunque la mayoría no llegaremos a los 117 años, esta investigación ayuda a comprender cómo podemos optimizar las posibilidades de que el cuerpo envejezca sin sufrir daños ni enfermedades, y a partir de ahí, mejorar nuestra salud en la vejez.

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