RESISTENCIA Y RESILIENCIA
Resultados de los primeros 25 años de investigación de SuperAgers
Se trata de estudios en personas de más de 80 años cuyo cerebro es tres décadas más joven.

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De acuerdo con datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, la tasa de envejecimiento en España aumenta de forma constante. Actualmente suman 137 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Pero las cifras aumentarán mucho más. En 2050, en España alrededor del 40% de los españoles tendrá más de 65 años.
Esta tendencia, inevitable, lleva a que expertos en salud y científicos se centren en los conocidos como SuperAgers, adultos mayores de 80 años que poseen la capacidad de memoria de personas al menos tres décadas más jóvenes. ¿El objetivo? Mejorar la calidad de vida de decenas de millones de personas.
Durante 25 años, científicos de Northwestern Medicine han estudiado a personas de 80 años o más, para comprender mejor el funcionamiento de sus cerebros. Y ahora las conclusiones se han publicado en Alzheimer & Dementia.
Los autores, liderados por Sandra Weintraub, afirman que estos individuos únicos, que muestran un rendimiento de memoria excepcional comparable al de personas al menos tres décadas más jóvenes, desafían la creencia arraigada de que el deterioro cognitivo es una parte inevitable del envejecimiento.
A lo largo de un cuarto de siglo de investigación, el equipo de Mesulam ha observado diferencias notables en el estilo de vida y la personalidad entre las personas con "Superedad" y quienes envejecen de forma típica. Y una de ellas podría ser la sociabilidad.

"Lo que hemos descubierto en sus cerebros es realmente trascendental - explica Weintraub -. Nuestros hallazgos demuestran que una memoria excepcional en la vejez no solo es posible, sino que está vinculada a un perfil neurobiológico distintivo. Esto abre la puerta a nuevas intervenciones destinadas a preservar la salud cerebral hasta bien entrada la tercera edad".
Al identificar los rasgos biológicos y conductuales asociados con el Superenvejecimiento, los científicos esperan descubrir nuevas estrategias para promover la resiliencia cognitiva y retrasar o prevenir el Alzheimer y otras enfermedades que causan deterioro cognitivo y demencia.
El término "SuperAger" fue acuñado por el Dr. M. Marsel Mesulam, quien fundó el Centro Mesulam de Neurología Cognitiva y Enfermedad de Alzheimer en la Universidad Northwestern a finales de la década de 1990.
Desde el año 2000, un grupo de 290 SuperAgers ha pasado por el Centro Mesulam, y los científicos han realizado autopsias a 77 de sus cerebros donados por los familiares. Algunos cerebros contenían proteínas amiloide y tau (también conocidas como placas y ovillos), que se sabe que desempeñan un papel clave en la progresión de la enfermedad de Alzheimer, pero otros no desarrollaron ninguna.

"Nos dimos cuenta de que hay dos mecanismos que llevan a alguien a convertirse en un SuperAger – añade Weintraub -. Uno es la resistencia: no producen las placas ni los ovillos. El otro es la resiliencia: los producen, pero no afectan a sus cerebros".
Otros hallazgos clave que han descubierto a lo largo de estos 25 años, es que este grupo de mayores de 80 años también se caracterizan por un rendimiento de memoria excepcional: obtienen una puntuación de al menos 9 sobre 15 en una prueba de memoria diferida, similar a la de las personas de 50 y 60 años.
También destaca que el cerebro de estas personas tiene una estructura "juvenil": los SuperAgers no muestran un adelgazamiento significativo de su corteza (la capa externa del cerebro) e incluso tienen una corteza cingulada anterior más gruesa que los adultos más jóvenes. Esta región crucial del cerebro desempeña un papel fundamental en la integración de la información relacionada con la toma de decisiones, las emociones y la motivación.
Finalmente, también se han detectado rasgos celulares únicos, como más neuronas von economo, células especializadas vinculadas al comportamiento social, y neuronas entorrinales de mayor tamaño, cruciales para la memoria.
"Muchos de los hallazgos de este artículo se derivan del análisis de muestras cerebrales de SuperAgers generosos y dedicados, a quienes se les realizó un seguimiento durante décadas – concluye la coautora Tamar Gefen -. Me sorprende constantemente cómo la donación de cerebro puede permitir el descubrimiento mucho después de la muerte, ofreciendo una especie de inmortalidad científica".
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