OTRO TIPO DE CÁNCER

Quienes sobreviven a un cáncer de cuello uterino se enfrentan a un riesgo posterior

En comparación con la población general, las mujeres con antecedentes de cáncer de cuello uterino tenían casi el doble de riesgo de desarrollar este otro tipo de cáncer.

Virus del papiloma humano

Virus del papiloma humanoNIAID

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En nuestro país, en el año 2024, se diagnosticaron 2.074 casos nuevos de cáncer de cuello uterino según las estimaciones del Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer, lo que representa aproximadamente el 15 en el ranking de los tumores femeninos.

Este tipo de cáncer es uno de los más prevenibles: gracias a las pruebas de detección sistemáticas y a la vacuna contra el VPH (virus del papiloma humano), tiene una tasa de supervivencia superior al 90% cuando se detecta a tiempo. Sin embargo, las directrices clínicas no han abordado el futuro de estas pacientes, que podrían tener un alto riesgo de padecer un tipo de cáncer relacionado.

De acuerdo con un nuevo estudio del Centro Oncológico MUSC Hollings, publicado en Jama, hay un riesgo para la salud que podría pasar desapercibido: el cáncer anal.

Liderado por Haluk Damgacioglu y Ashish Deshmukh, el estudio arroja luz sobre un riesgo poco reconocido que enfrentan las mujeres con antecedentes de cáncer de cuello uterino y destaca la necesidad de actualizar las directrices de detección.

"Sabemos desde hace mucho tiempo que tanto el cáncer de cuello uterino como el de ano son causados por el VPH, el virus del papiloma humano - explica Deshmukh -. Pero lo que no se ha comprendido bien es cómo ese riesgo compartido podría vincular ambas enfermedades a lo largo de la vida de una mujer".

Actualmente, se recomienda la detección del cáncer anal para ciertos grupos de alto riesgo, como las personas con VIH, las receptoras de trasplantes de órganos y las mujeres con antecedentes de cáncer de vulva. Sin embargo, no existen directrices claras de detección para mujeres con cáncer de cuello uterino.

Un problema ha sido la falta de datos a largo plazo sobre su riesgo y cómo este cambia con la edad y el tiempo. Este estudio ayuda a subsanar esa deficiencia utilizando datos poblacionales de alta calidad.

Los autores utilizaron datos del programa SEER (siglas de Vigilancia, Epidemiología y Resultados Finales) del Instituto Nacional del Cáncer, responsable de rastrear los diagnósticos de cáncer en Estados Unidos.

El equipo de Damgacioglu y Deshmukh analizó datos de más de 85.000 mujeres diagnosticadas con cáncer de cuello uterino y realizó un seguimiento durante dos décadas para ver cuántas desarrollaron cáncer anal y cuándo se produjeron esos diagnósticos.

La primera conclusión fue que, en comparación con la población general, las mujeres con antecedentes de cáncer de cuello uterino tenían casi el doble de riesgo de desarrollar cáncer anal. Pero hubo un dato más igual de importante.

Los resultados mostraron que las tasas de cáncer anal aumentaban con la edad y el tiempo, y la mayoría de los diagnósticos se dieron en mujeres de entre 65 y 74 años que habían tenido un diagnóstico inicial más de 15 años atrás. En las mujeres de este grupo de edad, la tasa de diagnósticos de cáncer anal fue tan alta que superó el umbral generalmente aceptado para recomendar las pruebas de detección de rutina.

¿A qué se debe este retraso? Los cánceres relacionados con el VPH suelen tardar años, a veces décadas, en desarrollarse. En algunos casos, el virus puede permanecer sin ser detectado o haberse propagado desde otra parte del cuerpo.

"Nuestro estudio demuestra que el riesgo no desaparece; de hecho, aumenta con la edad y el tiempo – añade Damgacioglu -. Es un proceso lento y esa es una de las razones por las que ha sido tan difícil de detectar. Para cuando aparecen los síntomas, el cáncer suele estar avanzado".

Si bien la detección del cáncer anal no es tan rutinaria como la de otros tipos de cáncer, existen métodos confiables, como la citología anal (un tipo de prueba de Papanicolaou) y la anoscopia. Lamentablemente, el acceso a pruebas de detección especializadas sigue siendo limitado. Por eso es tan importante identificar y priorizar a los grupos de mayor riesgo. Este estudio podría ser un primer paso para cambiar esta situación.

"Estos resultados nos indican que las mujeres que tuvieron cáncer de cuello uterino hace años deberían ser consideradas para la detección rutinaria del cáncer anal – concluye Damgacioglu -. Actualmente, eso no está sucediendo. La detección basada en el riesgo garantiza que ayudemos a las personas que más lo necesitan. Se trata de ayudar a los supervivientes de cáncer a largo plazo a proteger su salud. Ya han luchado contra un cáncer; queremos ayudar a prevenir un segundo".

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