ESTA ES LA EXPLICACIÓN
¿Por qué nos apetecen tanto los carbohidratos?
¿Por qué cuando estamos cansados, estresados o con frío es más difícil resistirse a los carbohidratos? Aunque parezca un simple capricho, el antojo por estos alimentos tiene raíces profundas tanto en el cuerpo como en la mente y la ciencia ofrece varias respuestas.

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Los carbohidratos son una fuente inmediata de energía. Al ser digeridos, se convierten en glucosa, el combustible principal del cuerpo y el cerebro. Esto explica por qué, en momentos de fatiga o alta demanda física o mental, buscamos alimentos que nos proporcionen ese "empujón" energético casi instantáneo.
Además, el consumo de carbohidratos está vinculado con la liberación de serotonina, un neurotransmisor relacionado con la sensación de bienestar y placer. Comer pan o dulces no solo calma el hambre, también puede mejorar el estado de ánimo temporalmente.
El estrés también juega un papel clave. Cuando el cuerpo experimenta tensión, libera cortisol, una hormona que aumenta el deseo de ingerir alimentos ricos en carbohidratos y grasas. Esta respuesta busca reponer energía rápidamente y reducir la ansiedad.
A esto se suman factores estacionales. Durante el otoño y el invierno, con días más cortos y menos luz solar, es común que el cuerpo aumente su apetito por comidas más calóricas. Este comportamiento ancestral tendría como objetivo prepararse para el frío y mantener niveles estables de glucosa en sangre.
En resumen, los antojos de carbohidratos no son simples debilidades: son respuestas complejas que combinan biología, emociones y hasta el clima. Comprenderlos es el primer paso para gestionarlos de manera consciente.
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