CURIOSO

¿Por qué nos apetece un dulce después de comer?

Después de comer, muchas personas sienten un antojo irresistible por algo dulce. No es solo cuestión de costumbre, hay razones biológicas y culturales detrás de este deseo.

Tenedor de postre

Publicidad

En muchas culturas es habitual terminar las comidas con un postre, un pequeño capricho que parece casi imprescindible para sentir que la comida está completa. Pero más allá de la costumbre, hay razones biológicas y psicológicas que explican por qué, tras comer, surge ese antojo casi inevitable de algo dulce.

Cuando ingerimos alimentos, los niveles de glucosa en sangre se elevan y el organismo responde liberando insulina para regularlos. Poco después, esa regulación puede provocar una leve bajada de azúcar, lo que hace que el cuerpo busque rápidamente una nueva fuente de energía, en este caso algo dulce. Además, comer rápido o en poca cantidad puede impedir que el cerebro registre a tiempo la sensación de saciedad, generando la necesidad de seguir comiendo, especialmente algo azucarado.

También influye el aprendizaje social y cultural. Desde pequeños, asociamos el final de una comida con un postre dulce, creando un hábito que nuestro cerebro repite casi de forma automática. Este condicionamiento hace que incluso sin hambre real, busquemos ese cierre placentero que hemos aprendido a esperar.

Por último, está el efecto que el azúcar provoca en el cerebro. Los dulces activan el sistema de recompensa, liberando dopamina, la hormona vinculada al placer. Esa sensación agradable refuerza el deseo de consumir algo dulce, convirtiéndolo en una especie de premio que completa la experiencia de comer.

TecnoXplora» CienciaXplora

Publicidad