MINERALES
¿Por qué no hay más animales gigantes en la Tierra?
Un mineral cotidiano podría ser la clave según un nuevo estudio.

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En nuestro imaginario, los grandes animales dominan los paisajes: elefantes avanzando entre sabanas, jirafas navegando por encima de los árboles, rinocerontes convirtiendo la hierba en músculo y cuerno. Pero la realidad es muy distinta.
Los animales gigantes, los llamados megaherbívoros, con más de 1.000 kilos de peso, son extremadamente raros. De hecho, de las cerca de medio millón de especies de herbívoros en el planeta, los megaherbívoros apenas rozan la decena. Y esto es algo que ha llamado la atención por varios motivos. Son menos depredadores de los ecosistemas que sus contrapartes de menor tamaño, tienen una mayor capacidad para recorrer largas distancias (y con ellos influir en la dispersión de semillas) y desempeñan un papel ecológico vital. Su impacto en la estructura de la vegetación, los incendios, el ciclo de nutrientes y otras especies silvestres es desproporcionadamente grande para su número, lo que influye en ecosistemas enteros. A esto hay que sumarle que sus patrones de alimentación y desplazamiento pueden aumentar las reservas de carbono en los bosques.
Pero… si son tan importante, ¿por qué no hay más? Un motivo evidente somos nosotros: los humanos hemos provocado la extinción de aproximadamente el 80% de las especies de megaherbívoros a nivel global. Pero hay más.
Durante décadas, los ecólogos han señalado causas como la caza, la pérdida de hábitat o la baja tasa reproductiva. Pero ahora surge un candidato inesperado: la sal.
Un nuevo estudio publicado en Nature Ecology & Evolution propone que el sodio, ese mineral que damos por sentado en la cocina, podría ser uno de los factores más determinantes (y subestimados) que limitan la presencia de animales gigantes en la Tierra.
Un cuerpo de gran tamaño necesita mucho más de todo: agua, energía… y minerales. Y entre esos minerales, uno es especialmente crítico para el funcionamiento de músculos, nervios y equilibrio osmótico: el sodio.
Los humanos vivimos rodeados de sal: la añadimos a la comida, la encontramos en embutidos, panes, quesos y alimentos procesados. Pero esto es una anomalía cultural. En la naturaleza, especialmente en ecosistemas terrestres, la sal es un recurso escaso. Para los animales, encontrar sodio puede convertirse en un desafío comparable al de encontrar alimento.
El estudio, liderado por Andrew Abraham (Northern Arizona University), mapea por primera vez con gran resolución dónde está y dónde falta, el sodio en la vegetación del planeta.
"En África, la disponibilidad de sodio varía más de mil veces en las planta - explica Abraham -. Esto significa que, en muchas zonas, los herbívoros silvestres simplemente no pueden obtener suficiente sal en su dieta". En pocas palabras: la cantidad de sodio en las plantas puede variar más de mil veces de un lugar a otro y en las zonas pobres en sal, los herbívoros, especialmente los grandes, no pueden obtener lo que necesitan para sobrevivir. ¿El resultado? Regiones que, en apariencia, son ricas y productivas, carecen de megaherbívoros.
Para llegar a esta conclusión, el equipo de Abraham realizó un "mapa del hambre de sal" a partir de medir la cantidad de sodio en la vegetación, la densidad de animales y las muestras de excrementos para determinar la ingesta real de minerales.
La presencia o ausencia de animales gigantes encajó de forma sorprendente con este mapa de sodio. Y, cuando el sodio escasea, los animales hacen cosas sorprendentes.
"En Kenia, los elefantes entran en cuevas para consumir rocas ricas en sodio, y en la selva tropical del Congo, excavan en busca de sal en los lechos de los ríos – añade Abraham -. Se sabe que los gorilas se pelean por los alimentos más salados, mientras que los rinocerontes, los ñus y las cebras suelen reunirse en las salinas desde el desierto de Kalahari hasta el Masái Mara". Estas conductas sugieren que la sal no es un lujo, sino una necesidad imperiosa.
Una de las preguntas prioritarias del equipo de Abraham fue, ¿por qué África occidental no tiene megaherbívoros? Allí hay agua y alimento en abundancia, pero es una región que carece de elefantes, rinocerontes y otras especies gigantes que sí abundan en el este o el sur del continente.
"África occidental es una región muy productiva, pero no hay muchos megaherbívoros allí – confirma Chris Doughty, coautor del estudio -. Creemos que la falta de sodio, probablemente combinada con otros factores como la caza excesiva y la infertilidad del suelo, desempeña un papel importante a la hora de limitar su número. Muchas áreas protegidas están ubicadas en ambientes bajos en sodio. Esto significa que los grandes herbívoros protegidos viven en reservas donde no tienen suficiente sal, lo que podría comprometer su salud a largo plazo".
Al mismo tiempo, la actividad humana (la misma que causó la extinción de la mayoría de los megaherbívoros del planeta), está creando un problema con puntos de sodio artificiales, como los caminos salados por deshielo, pozos de bombeo y áreas agrícolas. Y eso, al igual que en el pasado genera un riesgo.
"Si los animales no pueden obtener suficiente sodio en sus hábitats naturales, pueden entrar en conflicto con las personas en su búsqueda para satisfacer su hambre de sal", advierte Abraham.
Es decir: si los animales no encuentran sal en la naturaleza, vendrán a buscarla en nuestras infraestructuras.
El estudio no sugiere que la sal sea la única razón, pero sí que es una condición indispensable. Como ocurre tantas veces en biología, los gigantes dependen de lo diminuto.
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