NUEVO DESCUBRIMIENTO

El primer mapa de los efectos de la ketamina en el cerebro

Este fármaco cada vez más para diversos fines médicos, incluso como analgésico alternativo a los opioides.

La ketamina: la llamada pastilla de la felicidad ha cumplido ya 30 años

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La ketamina –un anestésico también conocido por su uso ilícito como droga recreativa– ha experimentado una profunda rehabilitación de su reputación en los últimos años a medida que la ciencia ha comenzado a reconocer sus amplios efectos terapéuticos. El fármaco se utiliza cada vez más para diversos fines médicos, incluso como analgésico alternativo a los opioides y como terapia para la depresión resistente al tratamiento.

Ahora, un nuevo estudio, publicado en Cell Reports, y liderado por Raju Tomer de la Universidad de Columbia, muestra los efectos de la ketamina en el cerebro de ratones, como si se tratase de un mapa. Gracias a ello descubrieron que el uso repetido durante períodos prolongados conduce a cambios estructurales generalizados en el sistema de dopamina del cerebro.

Los hallazgos refuerzan el argumento a favor del desarrollo de terapias con ketamina dirigidas a áreas específicas del cerebro, en lugar de administrar dosis que "laven" todo el cerebro con ketamina.

"En lugar de bañar todo el cerebro en ketamina, como lo hacen la mayoría de las terapias ahora, nuestros datos de mapeo del cerebro indican que un enfoque más seguro sería apuntar a partes específicas del cerebro y así minimizar los efectos no deseados en otras regiones de dopamina del cerebro", señala Tomer en un comunicado.

Los resultados del estudio demuestran que la exposición repetida a la ketamina conduce a una disminución de las neuronas de dopamina en regiones del mesencéfalo que están relacionadas con la regulación del estado de ánimo, así como a un aumento de las neuronas de dopamina en el hipotálamo, que regula las funciones básicas del cuerpo como el metabolismo y la homeostasis.

El primer hallazgo, que la ketamina disminuye la dopamina en el mesencéfalo, puede indicar por qué el abuso a largo plazo de esta sustancia podría hacer que los usuarios presenten síntomas similares a los de las personas con esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo.

En cuanto al aumento de la dopamina en las partes del cerebro que regulan el metabolismo, el hallazgo puede ayudar a explicar por qué la ketamina se muestra prometedora en el tratamiento de los trastornos alimentarios. El equipo de Tomer descubrió que este fármaco, derivado de la fenciclidina, reducía la densidad de los axones de dopamina, o fibras nerviosas, en las áreas del cerebro responsables de nuestra audición y visión, al tiempo que aumentaba los axones de dopamina en los centros cognitivos del cerebro. Estos hallazgos intrigantes pueden ayudar a explicar los efectos conductuales disociativos observados en personas expuestas al popular anestésico.

"La reestructuración del sistema de dopamina del cerebro que vemos después del uso repetido de ketamina puede estar relacionada con cambios cognitivos conductuales a lo largo del tiempo", añade Malika Datta, coautora del estudio.

Para llegar a estas conclusiones, los responsables examinaron la exposición diaria repetida durante un máximo de diez días. Las alteraciones estadísticamente significativas en la composición de dopamina del cerebro solo fueron detectables de manera mensurable después de diez días de uso diario de ketamina. También se evaluaron los efectos de la exposición repetida al fármaco en dos dosis, una dosis equivalente a la utilizada para modelar el tratamiento de la depresión en ratones y otra más cercana a la dosis que induce la anestesia. En ambos casos se observaron los efectos sobre el mecanismo de la dopamina.

Para construir este "mapa", el equipo de Tomer utilizó la técnica de "resolución subcelular", que permite ver los efectos de la ketamina en partes de células individuales.

"La ketamina resuelve rápidamente la depresión en muchos pacientes con depresión resistente al tratamiento, y se está investigando su uso a largo plazo para prevenir la recaída de la depresión – concluye Tomer -. Este estudio nos brinda una perspectiva más profunda de todo el cerebro sobre cómo funciona la ketamina que esperamos contribuya a mejorar los usos de este fármaco altamente prometedor en diversos entornos clínicos, así como ayudar a minimizar su abuso recreativo. En términos más generales, el estudio demuestra que el mismo tipo de neuronas ubicadas en diferentes regiones del cerebro pueden verse afectadas de manera diferente por el mismo fármaco".

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