CURIOSO
¿Es lo mismo el vidrio que el cristal?
Aunque a menudo se confunden, el vidrio y el cristal no son lo mismo. Sus diferencias van desde la estructura interna hasta el uso, el precio y el reciclaje.

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Aunque muchas veces se usan como sinónimos, el vidrio y el cristal no son lo mismo. La diferencia principal entre ambos materiales está en su estructura interna y en su composición. El vidrio es un material amorfo, lo que significa que sus átomos no siguen un patrón fijo ni repetitivo. En cambio, el cristal es un sólido con una estructura cristalina, es decir, con átomos dispuestos de forma ordenada y regular.
Ambos materiales están compuestos en su mayoría por sílice, pero se comportan de forma diferente. El vidrio, por ejemplo, suele ser más duro, lo que lo hace más resistente a los arañazos, aunque también lo vuelve más frágil ante los golpes. Es el material más habitual en productos de uso diario como ventanas, botellas, vasos comunes o espejos.
El cristal, por otro lado, especialmente el conocido como cristal de plomo (porque contiene óxido de plomo en su composición), destaca por su mayor densidad y brillo. Esta característica le permite refractar la luz con más intensidad, lo que lo hace ideal para fabricar copas, vasos finos u objetos decorativos. Además, su estructura permite que sea tallado con más precisión, lo que se aprovecha en artículos de lujo.
Otra diferencia importante está en el precio: el vidrio es más barato y funcional para el día a día, mientras que el cristal es más costoso debido a su proceso de elaboración y a su calidad superior. También se diferencian en lo que respecta al reciclaje. El vidrio puede reciclarse de forma indefinida sin perder sus propiedades. El cristal, en cambio, no se puede fundir junto con el vidrio común, ya que necesita temperaturas más altas por su contenido en plomo. Por esta razón, debe desecharse por separado, en puntos limpios específicos.
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