CONSEJO

El mal sabor de los medicamentos tiene una explicación

Somos conscientes de que los medicamentos nos los tomamos porque nos ayudan a sentirnos mejor pero algunos de ellos tienen un sabor tan malo que nos quitan las ganas de seguir tomándolo y esto tiene una razón.

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Los doctores nos recetan una serie de medicamentos cuando acudimos a su consulta por una enfermedad. Estas medicinas nos ayudan a paliar los dolores y el malestar, pero algunas de ellas tienen un sabor tan malo que se nos quitan las ganas de tomarlo a pesar del dolor que tenemos.

Algunos de ellos se venden con sabores como fresa, limón o naranja, que en una situación normal son agradables y a la mayoría de gente les gusta, sin embargo, en formato medicamento resultan desagradables. La principal causa está en el origen de muchos medicamentos.

En la mayoría de casos el principio activo del fármaco proviene de compuestos vegetales y lo que se adquiere para realizar el medicamento es un compuesto que las plantas tienen como defensa para evitar ser comida por herbívoros, de ahí que tenga un sabor desagradable al paladar.

Otra razón a que los medicamentos nos sepan mal es que algunos de ellos afectan a la producción de saliva y eso hace que nos deje la boca pastosa y empeorar el mal sabor. A este efecto se le llama "Xerostomia" y es propio del ibuprofeno, la codenía y la mayoría de los analgésicos, ansiolítiocs y antistamínicos.

Las pastillas pueden reducir el mal sabor de boca gracias a un fino recubrimiento que se deshace una vez llegado al estómago. Aún así, no a todas personas les puede afectar por igual ya que esta percepción varía de forma subjetiva y tiene un componente genérico. Tenemos varios genes asociados al amargos y pueden realizar que algo no nos sepa mal.

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