CAZADORES FURTIVOS Y DESTRUCCIÓN DE SU HÁBITAT

Las jirafas ya están en peligro de extinción

En los últimos 35 años han desaparecido el 40% de los ejemplares de esta especie.

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La jirafa, la especie terrestre más alta e icono de las sabanas africanas, se enfrenta a grandes retos para seguir sobreviviendo en libertad ya que ha sido declarada como especie en peligro de extinción. El número de jirafas, como el de otras grandes especies como elefantes o rinocerontes, ha caído en picado y apenas quedan ya 110.000 ejemplares en libertad en el continente africano.

En un estudio publicado en la revista Global Change Biology, un equipo científico liderado por la Estación Biológica de Doñana - CSIC, la Universidad Estatal de Pensilvania y el Wild Nature Institute, encargado de denunciar este hecho, ha demostrado que la aplicación eficaz de la ley que protege a las jirafas de la caza ilegal es la mejor manera de mantener sanas y prósperas a sus poblaciones.

Tal y como aseguran en la investigación, los cazadores furtivos y la destrucción de su hábitat natural son las dos causas principales que están provocando ahora la desaparición de estos animales. Además, también están sufriendo los estragos del cambio climático.

Las jirafas son físicamente grandes, por lo que necesitan mucho espacio para moverse. Viven casi 30 años y tardan en reproducirse: las hembras dan a luz por primera vez a los 6 años y, a partir de entonces, sólo tienen una cría cada dos años aproximadamente. Los cazadores furtivos las matan para vender su carne y partes de su cuerpo en los mercados de carne de animales silvestres.

"Para conservar a las jirafas necesitábamos saber qué presiones naturales y humanas están afectando más en el declive de su población y si éramos capaces de emprender acciones para mitigar las amenazas", ha comentado Maria Paniw, investigadora de la EBD-CSIC.

Para ello, el equipo científico se propuso investigar cómo afectaban los cambios en el uso del suelo, la caza ilegal y la pluviosidad a la abundancia de jirafas masái en la región de Tarangire, en Tanzania, al este de África.

El equipo realizó un seguimiento de las jirafas de la zona durante casi una década para saber cómo influye cada una de estas amenazas en su supervivencia.

"Nuestro estudio demostró que el mayor riesgo de disminución de la población y extinción de las jirafas se debe a una aplicación más relajada de la ley sobre la fauna salvaje, lo que provoca un aumento de la caza furtiva", ha explicado Paniw.

Los resultados, en definitiva, ponen de relieve la gran utilidad de la aplicación de la ley como herramienta de conservación de la naturaleza.

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