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LOS COLECTIVOS INVESTIGADORES PIERDEN AYUDAS

Las ayudas a la ciencia española se publican con diez meses de retraso

La convocatoria de proyectos de investigación, la más importante para financiar la ciencia básica española, se publica casi un año más tarde de lo previsto. Los colectivos de ciencia esperan que el Gobierno acelere la convocatoria de 2014 para no perder más ayudas.

Manifestación de científicos, el pasado 14 de junio en Madrid

Manifestación de científicos, el pasado 14 de junio en Madrid Materia

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Ayer, con prácticamente un año de retraso, se publicó la convocatoria de proyectos de investigación para 2013. La secretaría de Estado de I+D+i dedicará hasta 382 millones de euros para este conjunto de ayudas, las más importante para el fomento de la investigación básica en España. Por primera vez, este plan de apoyo a la ciencia irá dividido en dos partidas. Por un lado, se destinarán 115,5 millones de euros para lo que se ha bautizado como I+D Excelencia, una cantidad que, en principio, se dedicará a proyectos de investigación sin una orientación específica, pero con un especial potencial para abrir nuevas vías en la ciencia, mayor impacto internacional y en los que se fomentará, por ejemplo, una mayor cooperación entre grupos. Y en segundo lugar, proyectos de investigación orientados a la resolución de una serie de retos sociales, desde la salud y la energía hasta la defensa o la seguridad alimentaria.

Desde los colectivos que agrupan a la ciencia en España, se recibe la publicación de esta convocatoria con cierto alivio pese al enorme retraso. “Esto supone un retraso efectivo de prácticamente un año”, afirma Justo Castaño, vicerrector de la Universidad de Córdoba y miembro de la comisión de I+D de la CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades de España). “A los equipos se les ha provocado un parón, han tenido que pedir prórrogas de sus proyectos y el dinero escasea”, añade. Sin embargo, pese a las dificultades causadas por este retraso, Castaño cree que aún es posible “revitalizar al muerto” si se actúa con la suficiente agilidad en la resolución de convocatorias. Para que este retraso de diez meses sobre el calendario habitual no suponga la desaparición de toda una partida presupuestaria dedicada a proyectos de investigación, lo que supondría un recorte indirecto de entre 300 y 400 millones, la Secretaría de Estado de I+D tiene una verdadera “yincana” por delante, en palabras de Castaño.

Desde el Gobierno se trata de tranquilizar a los investigadores con un plan para no perder un año y con él millones de euros. Para lograrlo, quieren resolver la convocatoria lanzada ayer hacia mayo y sin perder un instante convocar los proyectos de 2014. Con ese acelerón y manteniendo el ritmo, sería posible empezar a ponerse al día después de un inicio de legislatura marcado por los retrasos y por las trabas del Ministerio de Hacienda para cumplir con los plazos de las ayudas estatales para la ciencia. Desde la CRUE, de momento, se creen esas promesas de la Secretaría de Estado y esperan que sea posible lograr la normalidad.

Carlos Andradas, presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce), también otorga el beneficio de la duda al Gobierno y espera que la situación se empiece a corregir. No obstante, Andradas matiza que esa solución solo se hará realidad si desde la Secretaría de Estado logran el dinero necesario para que no vuelva a suceder lo mismo que este año. “La cantidad en los presupuestos para el fondo nacional es similar a la de este año y hemos llegado a esta situación porque no había dinero para la convocatoria”, aclara.

Alivio e incertidumbre

“Desde Cosce, lo primero que manifestamos es que la salida de la convocatoria es un alivio, porque había muchos investigadores que llevaban mucho tiempo esperando esta noticia”, afirma. “No obstante, pese a ser una buena noticia, llega prácticamente con diez meses de retraso e incluso con cinco respecto al calendario fijado por la propia Secretaría de Estado”, añade. Para recuperar el ritmo habitual, consideran que se debería tratar de plantear la siguiente convocatoria de proyectos antes incluso de que se haya resuelto esta. Por último, aparte de las convocatorias, la Cosce considera esencial que el Gobierno haga lo necesario para poder utilizar todo el presupuesto destinado a ciencia, algo que en algunos casos podría complicarse al ser ya noviembre y estar tan cerca el final de año.

Castaño también está de acuerdo en que, además de agilizar la llegada de las ayudas a los investigadores, es importante que se realice una inyección de dinero que permita recuperar niveles de hace dos o tres años, “porque ahora estamos en niveles de hace diez”, afirma. “Se necesitarían unos 600 millones”, indica. Además, señala que las universidades también podrían necesitar una inyección similar a la del CSIC, que recibió 70 millones de euros para mantenerlo a flote. En cualquier caso, considera necesario que el Gobierno demuestre que cree en la necesidad de un cambio de modelo que permita a España competir en algo más que la hostelería y reclama que no se obligue a emigrar a una generación de jóvenes investigadores muy bien formados y cargados de talento que son el futuro del país.

Respecto a la nueva división entre investigación de excelencia y orientada a la resolución de retos, tanto Andradas como Castaño consideran que su relevancia está por ver. Andradas cree que la mención a la excelencia es poco más que un guiño a una palabra que está de moda y que la diferencia real de la distribución significa que un tercio de las ayudas se destinará a investigación no orientada (la enmarcada en el apartado de excelencia) y dos tercios para la orientada. Castaño cree que el efecto de esa distribución dependerá de la aplicación y que, como se trata del primer año en que se emplea, “los resultados aún están por ver”.

 

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