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¿Cómo saben los tiburones que estamos ahí?

¿Te has planteado alguna vez cómo reaccionarías si te encuentras un tiburón de frente nadando en altamar? No queremos que este verano sufras riesgos, así que toma buena de cuántos minutos y cómo debe de ser la huída para evitar que el tiburón arrime su afilada dentadura a tu cuerpo serrano.

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A pesar de todo lo que nos ha enseñado Steven Spielberg sobre los tiburones, sentimos comunicarte que no hace falta sangrar para que nos detecten. Es cierto que tienen un sentido del olfato realmente espectacular, siendo capaces de detectar sangre en concentraciones de una parte por veinciminco millones, lo que equivale a una gota de sangre en un tanque de agua de 9000 litros de capacidad. Con ayuda de corrientes de una velocidad de 3,5 km/h un tiburón que se encuentre a 400 metros sólo tardaría siete minutos en oler la sangre.

Pero no es la única forma que tienen de dar con nuestra tierna carne. Disponen de una visión excelente, y aunque existiese alguno miope... también te encontraría. Además, su extraordinario oído les permite oír las bajas frecuencias, por lo que podrían advertir tu presencia con el sonido de tu chapoteo a medio kilómetro.

Lo peor, es que aunque dieses con un tiburón ciego, sordo y sin nariz, también podría encontrarte. Su cabeza está plagada de unos canales rellenos de gelatina conocidos como “ampollas de Lorenzini” que se encargan de registrar los leves campos eléctricos que generan los seres vivos. Es decir, si no sangras, no te mueves y tu corazón y tu cerebro dejan de funcionar... no tienes por qué preocuparte por los depredadores marinos.

Si el tiburón consigue encontrarte, la única forma de salir de allí dignamente es darle la vuelta y hacerle cosquillas en la barriga. Eso le inducirá a un estado que se conoce como 'inmovilidad tónica' que le dejará flotando en el agua como hipnotizado. Es la técnica de las orcas para defenderse de los tiburones: plos ponen panza arriba y los sujetan en esta posición hasta que los ahogan. Dispones de unos 15 minutos para huír antes de que el enemigo reaccione.

De todos modos puedes relajarte. Los tiburones casi nunca atacan a las personas, a no ser, que las confundan con una foca. Según cifras de los 22 estados costeros de EEUU, una vez hecho el promedio a lo largo de los últimos 50 años, tienes 76 veces más probabilidades de morir fulminado por un rayo que por el ataque de un tiburón.

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